Poesía inocente

Caballos

Ay Dios ese pelaje de ensueño

melenas doradas, que conquistan

con su relincho,

hasta el mas mínimo atardecer.

Montar sobre ellos 

es una bendición,

y por eso escribo esta oración

me gustan los caballos 

los llevo en el corazón,

y si ellos pudieran hablar

les cantaría una canción,

de rosas frescas y mañanas frías

y así ellos sabrían que yo soy su amigo.

Son de paso fino,

considerados los mejores amigos

del hombre, me llevan en su alma

y a mi me llenan de calma.

Yo hablo desde adentro,

desde que nace el potrillo,

y el caballo lo ve parir,

el siente con amabilidad

que no hay mejor afecto

en el mundo, que el amor...