Capitulo 8°

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- Ella es, hermanito – me dijo.

- ¿Eh? – le dije sin entender.

-¡Ay, aja! ¡No te hagas el tonto! Sabes de lo que estamos hablando. Ella es la persona que el destino ha puesto para tu camino.

- Jajaja, que graciosa eres – le dije, pero ella no rió. Mire a ______.

- No te rías del destino – me dijo.

- El destino es un pelele, no siempre sale todo como él dice – dije.

- La mayoría de las veces si – dijo ella.

Lentamente me fui alejando de ella, para no despertarla. La acomodé bien en la cama y la tape. Con Sully salimos de la habitación, antes de despertarla. Mi hermana rió divertida al ver en donde estaba durmiendo.

- ¿Te resulta gracioso? – le pregunte algo molesto.

- Pues, lo siento. Pero si – me dijo y volvió a reír – Ay, ya hermanito. No te pongas de mal humor.

- Juro que me siento muy extraño, Sully – le dije

- Lo sé, por eso vine – dijo ella.

- ¿Qué debo hacer? - pregunte. Ella se acerco a mí y se sentó a mi lado.

- Eres el Diablo. El ser más temido de todo el mundo. Eres malo, despiadado, vil y muy mentiroso. Pero aunque no puedas creerlo tienes algo bueno.

- Si, claro – dije irónico. Me miro fijo.

- ¿Acaso piensas que el yin-yan fue hecho por un loco que estaba ebrio? – me preguntó. Me gire a verla – Dentro de lo bueno, siempre hay algo malo. Dios no es perfecto hermano, te lo ha demostrado. Y aunque todo el mundo crea que si, no es así. Y dentro de lo malo, siempre hay algo bueno.

- ¿Qué es? – le pregunte confundido.

- Busca dentro de ti, busca que ya lo vas a encontrar – dijo y se puso de pie – Solo sigue a tu... no tan usado, corazón.

Desapareció. Me dejo, aquí, con una extraña sensación dentro. La duda. Nunca tuve duda en mi vida. Siempre fui seguro de mi mismo, de mis acciones. Nunca sentí nada por nadie. Ni lastima, ni admiración, ni amor. Bueno, tal vez cariño por mi hermana y un poco de aprecio por mis hermanos. Eso es algo bueno. Creo. Me puse de pie y camine hasta la habitación. Ella dormía profundamente. Guiado por lo que Sully llama, mi corazón, me acerque a la cama y me acosté junto a ella. Se movió un poco y me abrazo contra ella. Su aroma inundo mis sentidos. Cerrando los ojos, vi pasar frente a mí la soledad de mi eternidad.-

Fin POV

Comencé a moverme lentamente. Apreté los ojos al sentir la claridad de la luz sobre ellos. Mi cuerpo aun estaba dormido. Sin abrir, aun, los ojos moví mis piernas y lo que sentí me dejo inmóvil. Alguien estaba en la cama conmigo. Lentamente comencé a girar, para encontrarme a un ángel a mi lado. O eso parecía. Dormía, dormía profundamente. Lo mire bien. Cada poro de su rostro, parecía estar descansado. Sus dorados cabellos, estaban levemente desordenados. Sentí un impulso por acomodarlos. Y cuando al fin todo mi cuerpo despertó, recordé que anoche estaba bailando con él y ahora estaba aquí, durmiendo con él. Lentamente me puse de pie, no quería despertarlo se veía tan lindo así. Con cuidado salí de la habitación. Me duche, rápido y salí. Volví a entrar a la habitación y él seguía durmiendo. Ahora ocupaba casi toda la cama. Lo mire bien. Había algo distinto en él hoy. No lo sé bien. Tome mi ropa y salí de ahí para cambiarme. Cuando termine comencé a hacer el desayuno. Desde lejos escuche el sonido de las llaves. Ella entró.

- ¡Buen día! – dijo elevando la voz.

- ¡Shh! – le dije desde la cocina. Ella entró y me miro.

- ¡Hola! ¿Qué tal? Hace como dos o tres días que no te veo – me dijo. Se acercó a mí y me saludo.

- ¡Baja la voz! – le dije en voz baja. Me miro bien - ¿Cómo has estado?

- Ay, ni te imaginas. Nunca he estado mejor en mi vida – dijo y ambas salimos de la cocina, para sentarnos en la sala.

- Ya me imagino, como debe haber quedado el pobre de Aron – dije divertida. Rió por lo bajo.

- Creo que por una semana no podrá moverse.

- ¡Sea! – dije divertida y ambas reímos.

Él salió de la habitación. Ambas nos volteamos a verlo. La mandíbula de Sea cayó al suelo al verlo, parado allí. Él me miro bien y luego miro a mi amiga. Jackson solo traía puestos unos calzoncillos y una musculosa blanca que se apretaba bien a su cuerpo.

- Hola – saludó con voz rasposa tallandose el ojo derecho, supuse que se acababa de despertar.

- Ho... hola – le dijo Sea. Él me miro a mí.

- Preciosa, ¿Puedes venir un segundo? – me preguntó.

- Claro – dije y me puse de pie.

Camine hasta la habitación y entramos. Cerré la puerta y me gire a verlo. Cuando lo hice algo sintió romperse dentro de mí. Como dije antes, mientras él dormía se veía distinto. Y si que lo estaba. Sus ojos eran más claros, mucho más claros. Asombrosamente llamativos. Mire el color de su pelo y era también más claro del que recuerdo. Y ahora que lo miraba mejor, no tenía esa apariencia siniestra de siempre.

- ¿Qué... qué sucede? – le pregunte.

SENTIMIENTOS CON EL DIABLO [Jackson Wang y Tu](adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora