Todo ha sido diferente desde entonces

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Todo ha sido diferente desde entonces, su calor, su olor, su cabello como recién sacado de los cielos ha desaparecido completamente de mi vida. Echo de menos cuando nos juntábamos en el ventanal a oscuras a ver las estrellas en medio de la noche, cuando le decía que la quería y ella entonces me respondía con un beso donde las únicas personas que existían en el universo en ese entonces era ella y yo y donde únicamente cuando nuestros labios se juntaban sentía en mi interior calor, como si de mi corazón fuera a explotar ya roto por el tiempo y las personas que lo usaban como si fuese algo que no es capaz de sentir y ahogar sus mierdas con él.

Aún recuerdo cuando me pasaba horas esperando a que apareciese el ocaso, no nos comunicábamos de otra forma que cuando estábamos juntos, ella y yo, cuando la veía llegar mi corazón se aceleraba como si de un motor se tratase, me ponía nervioso, sobre todo cuando la veía ondear al viento esa cabellera negra noche y se acercaba a mi y me saludaba con un "Hola mi alma". Éramos como un cuerpo y un alma, solo me sentía alejado de este mundo cuando ella y yo nos tumbábamos a la orilla del lago, cuando yo me sentaba y ella se apoyaba en mi donde ese árbol y nosotros dos solo sabíamos lo que pasaba allí cada dia que nos juntábamos. Cuándo ella no estaba me sentía distinto, como cuando estas en este mundo en cuerpo presente pero no en alma ni en mente, asi era yo con ella, me pasaba el dia y la primera parte de la tarde pensando en cómo sería verla de nuevo aunque me haya pasado todo el atardecer y toda la noche con ella diciéndola cuanto la quería y admirando todo de ella, era inteligente, lista, con dos dedos de frente y con un cuerpo que para mi era como una droga, esos ojos verdes tan preciosos semejantes al reflejo del amanecer en la hierba recién cortada combinando esos labios carnosos color rosa que tanto me gustaba besar, sentía que cada vez que la veía necesitaba más y más de ella, admiraba su cabello y a su vez me encantaba su piel, oh y tanto que la adoraba, resaltaba todas sus facciones claras en un lienzo blanco con unas pocas pecas debajo de los labios, los cuales usaba como excusa para besarla y volver a drogarme con esos pequeños tejidos rosas.

Me encantaba su forma de vestir, con una camiseta de tirantes que le quedaba estupendamente con unos shorts a la altura de los muslos y unas converse que le venían como un guante.

Supongo que aun echo de menos pasar el tiempo con ella, me hizo sentir único en el mundo con sus historias, con su afán soñador y risueño resplandor, cuando me contaba esas cosas me encantaba como las contaba y como se le iluminaba la cara con esa sonrisa que alegra el dia a cualquiera, había días en los que por X o por Y estaba mal hasta que aparecía ella entre el resplandor del atardecer, ella sabía como animarme, siempre cuando me lo notaba se me acercaba, se ponía un poco de puntillas y me decía "Hola pimpollin", eso me animaba y me resultaba gracioso, ella era única, nunca la había visto mal por nada, siempre estaba alegre y eso conseguía transmitírmelo de alguna forma u otra. Sin duda a ella le hacia feliz hacer reir a los demás, siempre preocupándose por todo el mundo anteponiendo sus sentimientos a los de ella misma, aun la echo de menos pero desde que ocurrió lo de aquella vez no he vuelto a verla...

Ella y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora