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Año 5 A.C

Las Tres Diosas veían como los seres de abajo vivían en zozobra constante, pero mantenían la fortaleza ante el frío de la noche, las criaturas que los atemorizaban salían en la oscuridad, a pesar de las fogatas que hacían los demonios no les dejaban tregua. Los Dioses se apiadaron de ellos y escogieron a dos personas con un humilde y blanco corazón para regalarles un poco de su magia, pero una de ellas, enojada con las otras dos Diosas por querer regalar su magia quiso darles una lección y escogió al hombre más malvado y odiado de la tribu Matusalám dio un poco de su magia que el utilizo en cosas macabras, oscuras y perversas.

Lykam era una de las elegidas en el principio de los tiempos por las piadosas Diosas, su magia era blanca y pura y la usaba solamente para curar a los enfermos y heridos, sus manos eran milagrosas y amaba su posición en la tribu y todos sus hermanos y hermanas la respetaban como la buena curandera que era. Su hermana Pyka era la segunda elegida y ella se encargaba de la protección de la tribu y la bendición de las cosechas y las cazas, las dos amaban su trabajo y respetaban las leyes que las Diosas le dieron:

Jamás utilizar la blanca y pura magia para hacer daño.

Kinop, era el malvado hombre que disfrutaba con el dolor y la zozobra de los habitantes de la tribu. Les hacía daño cada vez que podía. Su magia era negra, como su alma, él no tendría el perdón de las Diosas.

Por mucho tiempo la tribu vivió en armonía a pesar de Kinop y su maldad. Las hermanas se casaron y procrearon con los guerreros más fuertes de la tribu. Una noche Kinop, convenció a los ancianos y jefes de la tribu que ellas eran las responsables de que las cosechas y la caza no se dieran, las culpo de magia negra y que debían ser eliminadas sin pestañear. Kinop era un consejero de la tribu y ellos le hicieron caso, esa noche las quemarían a las dos, pero Lykam y Pyka ya lo sabían por sus visiones y sus presentimientos. Esa tarde crearon entre las dos un hechizo vinculante que perdurara hasta el fin de su gran tierra, y a pesar de ese hechizo sus hijas e hijos ya mostraban las señales de tener sus poderes milagrosos y bondadosos.

Todos los integrantes de la gran descendencia de la tribu al cumplir los 16 años debían ser reclamados por la luz y solo su corazón decidiría que camino tomaría, si tomaba la luz seguiría en los terrenos de la tribu, pero si era más oscuridad que luz ellos serían desterrados a otro lugar, donde la oscuridad reinaba, su corazón no querría seguir estancado en las tierras y ellos solo se irían.

Las hermanas prepararon sus libros y pociones y las guardaron para sus descendientes con explicaciones muy certeras para sus esposos y con lágrimas de amor y dolor se despidieron de ellos, no cambiarían el rumbo del destino ya que así debía ser. Pero ninguna de las dos sabía que Kinop siempre estuvo enamorado de Pyka y que ella jamás le correspondería. El mismo creo su hechizo para que Pyka volviera a la vida, cada 105 años después de morir para el volver a vengarse por no ser correspondido.

Pyka amaba a su esposo, era su único amor y por ello le prometió encontrarse en la otra vida, ya que ya lo había visto, y sabía que la encontraría.

-Encuéntrame, pero por favor no tardes.-Dijo ella despidiéndose de él. –Te amo, y siempre te amare-

-No me tardare, te lo prometo- Dijo él abrazándola y dándole un beso de despedida.

Esa noche las hermanas murieron en paz, porque sus vidas vinculadas estaban con los hombres a quienes amaban, y en paz porque sus hijos estarían bien al cuidado de sus esposos    

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⏰ Última actualización: Feb 28, 2016 ⏰

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La chica y el cazador de sueños ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora