El calor acompañaba hoy al pequeño pueblito de Gravity Falls, era hora de asolearse en un día de encanto veraniego, eso pensaba Mabel quien ahora salía del baño mientras peinaba su larga melena. Ella no llevaba suéter pues había un golpe ligero de ondas de calor en la pequeña cabaña y Dipper seguía durmiendo como oso bebe.
-¡Niños!- Gritaba el tío Stan desde las escaleras con una malteada de fresa y otra de chocolate en sus velludas manos.
-¡Ya vamos!-Dijo Mabel mientras caminaba hacia las escaleras para ir a tomar la refrescante bebida que había preparado Stanley.
-¿Y Dipper?, no me gaste casi toda la mañana en hacer estos primores para que tu hermano no baje-Dijo Stan desesperado.
-Vaya, tranquilo ya voy a subir para que ese cerebrito baje.
Mabel caminaba hacia las escaleras, lo que no sabía es que su hermano ya había despertado, cuando llegó a la habitación Dipper se sacaba la camisa, vio su espalda desnuda; en seguida las mejillas de la gemela se sonrojaban lentamente.
-¿Mabel?-Preguntó el castaño al ver que su hermana no se perdía ningún detalle de el tórax de el menor.
-Lo siento, estoy algo distraída, el tío Stan quiere que bajes de inmediato, si no subirá y te jalara de las patillas hasta llegar al comedor.-Decía Mabel entre risas nerviosas que ponían algo incómodo al gemelo menor de los pines .
Mabel se acercaba a las escaleras mordiéndose un mechón de cabello, al escuchar unos pasos se vio obligada a mirar hacia atrás, era Dipper sin camisa de nuevo, el calor era el culpable ahí, en ese choque de miradas entre Mabel y Dipper, la castaña no sabía si hacía más calor debido a las ondas o si en realidad le gustaba ver a su hermano sin camisa.
El líquido de las malteadas llenaba de frescura el interior de las bocas de Dipper, Mabel y Stanley. La gente no podría ir ahora a la cabaña del misterio así que Stan ahora optaba por ir a las albercas de Gravity Falls, pero nadie quería entrar al auto así que apagaron un poco el incómodo calor con globos de agua.
-¡Siiiii!-Gritaba Mabel al enterarse que esa era la mejor idea que había tenido el tío Stan en toda su vida.-Iré al baño a cambiarme.
Dipper siguió a su hermana, desde hace mucho había puesto ojos pervertidos en ella, hace un mes se había enterado de que su hermana ya era toda una mujer pues su cintura y sus piernas lo decían todo. Al bajar de las escaleras con el traje de baño rosa de una estrella El pines la fulminó con la vista, era obvio que Mabel era ingenua para darse cuenta de que su hermano no se perdía ningún detalle de toda su figura, ni de su cara.
-¿Y qué esperamos? ¡ A divertirse!-Gritó el tío Stan mientras veía que Dipper no ponía atención a los globos, uno le pasó justo encima de sus mechones castaños.
Más eso pasaba por la mente del tío Stan, ahora solo Mabel pensaba en que hombre se veía su hermano sin camisa y que suave se veía su piel en esa zona del cuerpo, se le antojaba abrazarlo y acariciar su pecho, le encantaba así sin vellos.
-¡Hola chicos! Adivinen quien tiene más poder aquí: Soos.- Dijo el moreno algo divertido con dos pistolas de agua en sus manos, una morada y una azul, ambas algo grandes.
-¡¡¡Dame una!!!.-Dijo Mabel quien estaba apuntándole a Dipper, ¡hermano!, no puedes con esto.- Al fin había disparado hacia el castaño quien cayó en seguida a causa de que el agua había entrado a su minucioso ojo y tropezó.
-¡Ouch!, eso dolió.-Decía Dipper enojado y avergonzado, pero abrió su ojo y todo cambio al ver la sonrisa comprensiva de su hermana que le ofreció una mano para ayudarle a pararse.
Después de que toda la tarde pasó estaba oscureciendo y la temperatura empezaba a bajar rápidamente, era hora de entrar a la casa y bañarse.
Mabel estaba secándose el cabello y cepillándolo con su pijama puesta y Dipper se sacaba la ropa dentro del baño. Cuando el castaño salió la mayor de los hermanos Pines estaba dormida, su respiración acompasada y relajada con sus largas pestañas, no quería prender la luz y arruinarle el sueño, quería verla dormir después de todo se veía hermosa.
-¿Que pasa? Es tu hermana y no te la puedes quitar de la cabeza ahora, la miro otra vez; oh oh.-Se dijo a sí mismo el pines con una voz inaudible.
Los pensamientos obscenos sobre su hermana algunos más que otros lo acompañaban casi toda la noche hasta que decidió pararse e ir a darle un "beso de buenas noches" en los rosas labios de Mabel, al rosarlos sintió el paraíso y no paraba de gustarle esa prohibida boca, Mabel abrió los ojos ya era demasiado tarde.
-¿Di-Dipper?.-Preguntó Mabel sonrojada, le habían gustado los labios de su hermano en ella pero quería una razón de por qué los había rosado con ella.
-¡¿qué he hecho?! He besado a mi propia hermana, ¡soy una horrible perso!-Las palabras fueron cortadas de su boca ya besada pues Mabel le gritó.
-¡Baja la voz! Dip, no eres una horrible persona, eres de las mejores...y no me besaste mal, te falta practica, si quieres hazla conmigo.
-Entonces...¿quieres mis labios?-Dijo Dipper inseguro al pensar que la respuesta sería no.
-¡Si!.-Dijo Mabel con entusiasmo y acercándose a los labios del varón y profundizando el beso más y más hasta sentir dos traviesas lenguas cruzada entre sí.
Los nervios y el calor juntaron a las dos almas gemelas.
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Pinecest [One shots]
FanfictionÉl pines no sabía exactamente lo que rondaba en su cabeza a los 13 años, no, no, él no podría estar enamorado de la chica equivocada, ¿acaso era esa chica su hermana?