Mucha gente dice que no hay nada peor que ser ignorante.
Yo, en cambio, opino distinto: no hay nada peor que ser ignorante, saberlo y no hacer nada para cambiarlo. Y soy culpable de esto último.
Durante toda mi vida, supe que el feminismo era algo malo.
Un concepto extraño, enrarecido y que no podía significar nada bueno. ¡Porque claro! ¿Cómo algo que se llama feminismo va a ser algo bueno? ¿Cómo una palabra que tiene en sus entrañas la connotación de lo femenino no va a estar endemoniado? ¡Y con razón! Porque yo tenía algo bien claro cuando era chica, y era que las feministas nunca podrían luchar por la igualdad entre el género masculino y el femenino, porque sino se hubiera llamado igualitarismo. ¡Seguro no eran más que unas solteronas rencorosas que no habían podido encontrar esposo y se querían vengar de ellos! ¡Claro que sí! ¿Cómo iba a ser de otra manera, si el hombre siempre es el bueno? El hombre no es chismoso, no es holgazán, no es avaro y todo lo que hace, lo hace por su esposa. La mujer en cambio, ya lo sabía yo muy bien, es la que cuchichea constantemente en contra de la vecina; la que se queda todo el día en la casa sin mayor tarea que cuidar a los hijos y limpiar un poco; la que no hace nada y después se queja de todo.
Pero en mi fuero interno, yo sabía que algo iba mal. Sabía que yo nunca había buscado en internet o en libros qué significaba verdaderamente y qué conllevaba el feminismo. Sabía que toda la información que había reunido durante mi existencia no habían sido más que comentarios de gente mayor (hombres mayores, porque incluso cuando era chica ya tenía la concepción de que la mujer nunca sabía tanto como el hombre). Sabía que no sabía mucho, y sospechaba, también, que no sabía nada.
Porque, claro, nada es imparcial en la vida. Por más confianza que depositemos en los adultos que se encargan de cuidarnos cuando somos chicos, y pese a nuestra infinita certeza de que ellos lo saben todo, no es así.
Pocos adultos saben todo sobre poco. Y muchos adultos saben poco sobre mucho. Así que, con todo el amor del mundo, vamos a preguntarles sobre x tema y ellos nos responden con cariño, diciéndonos que las nenas se visten con vestidos rosas y les tienen que gustar las princesas; y los nenes se visten con pantalones azules y les tienen que gustar los autos. Y les creemos, porque más allá de que nos digan mentiras, confiamos. Y ellos reúnen toda la autoridad que almacenan en sus entrañas para decirnos qué está bien y qué está mal. E incluso cuando saben que les falta años luz para interiorizarse en un tema específico, ponen esas voces de gente grande que nos obliga a replantearnos todo otra vez y absorber sus conocimientos.
Y esto pasa; sería una tontería insólita decir que dónde, cómo y cuándo nos criamos no tiene ninguna repercusión en el ser humano en el que nos convertimos después de muchos años. Y sí tiene que ver, pero está en nuestras manos moldearnos para ser lo que queremos ser. Personas despiertas que no se dejan engañar por los medios de comunicación; personas dispuestas a luchar por lo que creen correcto; personas con la capacidad suficiente para admitir que ignoran tanto, tanto que nunca llegarán a saberlo todo, pero con la sensatez de intentarlo.
Así que, ahí estaba yo. En un profundo duelo mental entre conformarme con la comodidad y simpleza de lo que hasta ahora me resultaba conocido, o explorar y entender. El hecho de comprender cosas es algo que muchas personas pasan por alto; ese clic magnífico que resuena en nuestras mentes cuando al fin entendemos el porqué; ese instante glorioso en el que todo parece tan fácil y no nos entra en la cabeza cómo otros no pueden captarlo.
Pero no es fácil. Nada es fácil. Si algo se te presenta con facilidad, entonces no es más que un preludio de lo difícil que será o, lisa y llanamente, una mentira que te estás obligando a creer. Entender no es fácil. Y explicarse, aún menos. Porque tengo la certeza de que aquello que comprendemos debe ser explicado para el que aún no entiende; de que el aprender y entender no sirve para nada si no es compartido. Difundido y viralizado a los cuatro vientos porque tiene que ser así. Porque el saber nos vuelve incorruptibles.
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El abecé del machismo en Wattpad
Random¿Cómo conseguir que nuestras protagonistas femeninas no sean entes sin capacidad de acción y raciocinio? ¿Cómo evitar que tiren por la borda toda su dignidad para acabar siendo unas oprimidas que viven por y para sus dueños? ¿Cómo poner fin a una...