Jamás imagine que encontraría a la mujer de mis sueños, que te hace soñar con cada palabra que sale de su boca, esa persona que con solo mirarte hace latir tu corazón como un motor.
Si, desde el primer instante, desde la primera mirada, las primeras palabras que cruzamos fueron suficientes para saber que todo lo que un día busqué desesperada mente estaba frente a mí.
Su mirada y su sonrisa, de verdad era lo que me enloquecía. Recuerdo haber cruzado miradas con élla unos meses atrás, recuerdo también decir "Quiero que sea para mí" pero siempre bajaba de mi nube con esa enorme decepción de que las cosas no siempre son como quieres y que esa mujer era verdaderamente inalcanzable.
Era realmente perfecta físicamente, nada extravagante para los demás, pero para mí, lo más hermoso que mis ojos hayan podido ver. Sus ojos cafés, cabello castaño. Ese poder de sacarme una sonrisa con solo mirarme. Me miraste de una manera especial e hiciste que mi corazón latiera tan fuerte que hasta miedo sentí que saliera de mi pecho.
Fue mágico, esa noche la luna se encendió y jamás pensé que sería el comienzo de nuestro amor. Hace ya casi mas de un año y medio desde que sucedió y aún puedo recordarlo como si hubiese sido ayer. Pero como siempre "Nada es perfecto" Había un obstáculo entre nosotros. La distancia... Si, quizás muchos piensen que el amor a distancia es de tontos, pero ella y yo estábamos tan seguros de nuestro amor, que nadie podía derrumbarlo.
Recuerdo siempre fui tímido por miedo a sufrir como lo hice veces anteriores. Pero sentía que no podía más, mi amor crecía en cada segundo que pasaba y necesitaba demostrarlo. Una noche, en el largo verano que pasaría junto a ella, para luego volver a casa, nos encontrábamos en la piscina, bajo la luna y las estrellas, hablábamos de su vida y de la mía. Ella acababa de cumplir 18 años, y fue un regalo hermoso que yo la invitara a bailar el vals bajo la luna.