Estaba soñando con el amor de mi vida, cuando de un momento a otro empiezo a sentir que algo corre por mí cara, abro los ojos lentamente, y veo a mis tres hermanos alrededor mío riendo como sí no hubiera un mañana.
-Y ustedes qué me miran-pregunté mientras me resfegaba los ojos con la palma de mi mano.
-Estamos admirando nuestra hermosa obra de arte-dijo Ethan riendo- No conocíamos este Don, somos hijos de Picasso.
Me levante de la cama, y me dirigí hacia donde estaba el espejo, tenía dibujado un enorme bigote, mis cejas eran el triple de grandes, y tenía un tercer ojo. Miré a los causantes de esta arte y los fulmine con la mirada.
-!LOS VOY A DESCUARTIZAR A TODOS, Y VENDERE SUS ORGANOS AL MERCADO NEGRO!-Les grite mientras me colocaba en posición de ataque.
-YO NO FUI-gritaron todos mientras corrían por sus vidas.
Baje corriendo las escaleras en busca de mis hermanos, me fui directo a la cocina para encontrar a mi cómplice.
-Mami tú sabes que te quiero demasiado, y sí me dices donde están los fetos de mis hermanos, te compraré esos bombones que tanto te gustan-le dije guiñándo un ojo.
-Estan detrás de el sillón, y Ethan esta escondido en las cortinas-respondió señalando.
-¡Mamá! te dije que no le dijeras nada-chillo jamey como niña- ¡ERES UNA TRAIDORA!-grito aún escondido detrás del sillón.
-Lo siento hijo, te amo, pero mis bombones son mis bombones -hablo mamá.
Fui lentamente hacía donde estaba Jamey y Nate, luego iría por él bastardo de Ethan, pero primero voy a cobrar venganza.
-¡SON UNOS MALDITOS!-grité mientras los tomaba del pelo- Me las van a pagar, sobre todo porque no nací yo primero, porque son ediondos, y se tiran eruptos más fuertes que yo.
-No me hagas nada a mí ¡Por favor! Todo fue culpa de Jamey, él me obligó-protestó Nate.
-Son todos unos traidores, ¡Nunca más confiare en ti! Traidor-exclamo Jamey achinando los ojos.
Me fui hasta el baño tenía agarrado a Jamey del pelo con una mano, y con la otra tenía a Nate, sabía perfectamente lo que haría con jamey, soy una buena hermana, no voy a hacer absulatemente nada malo.
-Veamos, ¿Quién va primero?-pregunté con una sonrisa malvada.
-Nate, Nate, él, por favor no me hagas nada, juro que no te haré nunca más nada.-habló juntando sus manos.
-Tú primero, porque siempre te comes mis papitas sagradas-apunté a Jamey.
Solte a Nate, y lleve a Jamey hacia él water del baño.
-No te haré nada hermano de mí corazón, sólo te ahogare unos segundos, nada grave que pueda afectar más tu cerebro de pan.
Lo metí al inodoro por 3 segundos, quizá menos, esto se sentía tan, tan hermoso, tenía que vergarme de una u otra forma por mis papitas muriendo en la boca del enemigo. Pero hay que saber que CRUEL ES BUENO.
-Te doy 5 segundos para que corras por tu vida humano mal desarrollado-solté a Jamey.
-¡MAMÁÁÁÁÁÁÁ!-grito Jamey como niñita mientras corria en busca de mamá- AYUDAME, MI HERMANA ESTA LOCA, ¡SE VOLVIÓ LOCA!
Ahora me faltaban 2, Ethan y Nate, aún que pensando bien, a Nate no le haría nada, nunca me hace nada malo a mi no yo a él, pero eso no significa que no me voy a vengar de él, pensaré más tarde lo que haré, en parte soy buena con ellos, ¡Me dibujaron estupideces en la cara! Y ay dios, me tendré que bañar de nuevo, no es que no me guste oler bien pero lo hice ayer y sólo pensarlo me deprime.
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Los Hamilton
RandomDefinitivamente vivir con el trío de mis hermanos inmaduros y sentimentales no es lo mejor del mundo, pero Bienvenidos al cuarteto mejor llamado "los tres mosqueteros, y el condón roto