Había pasado una semana del incidente en el baño y aún le debía el famoso "Favor" a Jack por decirle a Astrid que me salvara la vida, literalmente.
Y aquí estaba yo, un martes 13, día en el que la mala suerte se concentra en arruinar las vidas de los seres humanos, en mi caso, era un día común, normal, nunca he creído en ese tipo de cosas, siempre he pensado que cada quien se crea su propia suerte.
Son las 8:30 Am y como siempre voy atrasada al colegio, la hora de entrada es a las 8:00 Am pero mi vida se trata de esto, yo vivo de esto, sentir la adrenalina de llegar tarde a clases, es algo que me fascina. He intentado ser una persona puntual, pero eso no es lo mío.
Estaba en la parada del autobús, esperando, habían pasado casi 10 minutos desde que salí de mi casa, mire mi celular y empecé a revisar los mensajes, uno por uno, cuando por fin termino, levanto la cabeza y veo pasar el autobús más rápido que un cohete, literalmente.
Ya eran las 8:45 Am, y de alguna u otra forma tenía que llegar al colegio, así que me dispuse a caminar, pensándolo bien, para ser martes 13 no iba nada fuera de lo común.
Saqué mis audífonos de mi mochila y me los puse, Dios, que lindo era escuchar música, comencé a caminar sin prisa, para ser sincera, a la primera hora tenía matemática una asignatura no muy agradable para mí.
Saqué mi celular y cambie la canción, empezó a sonar Rock of ages, un temazo, ya eran las 9:00 Am, pero como dije, era algo común en mí llegar tarde a todas partes, un día de estos voy a llegar tarde a mi propio funeral.
Subí todo el volumen de mi celular y comencé a cantar como loca mientras miraba que nadie se diera cuenta, iba cruzando la calle cuando mi celular se resbalo de mi mano y cae en medio de esta, en ese momento venía un auto, me agache a recoger el aparato lo más rápido posible, pero como soy la Miss torpe, se me resbaló de nuevo, y esta vez el auto venía más cerca y más rápido. El conductor comenzó a tocar la bocina como loco, y no tuve otra alternativa que correrme de la calle hacía la vereda y ver como mi celular era asesinado por un auto con grandes ruedas.
Veía mi vida pasar mientras ese auto asesinaba mi celular, corrí a recogerlo del suelo, seguí caminado mientras miraba la pantalla, era un desastre, encendí la pantalla para ver sí aún funcionaba y para la buena suerte de la vida, y mala para mí, el celular no funcionaba, le saqué la batería y lo volví a prender, nada, no pasaba absolutamente nada y ya estaba entrando en pánico
-Gracias señor-dije mirando hacía el cielo.
Ahora no sabía exactamente la hora, pero no era algo que me importara. Seguí caminando hasta llegar al Colegio, en la entrada estaba uno de los inspectores de aseo impidiendo la entrada de los alumnos que llegaban tarde.
Sabía que este era mi segundo atrasado de la semana, pero en serio que no era mi culpa, siempre me despertaba temprano y a pesar de eso, llegaba tarde de igual forma.
Entré al establecimiento dándole una sonrisa al inspector, tenía que sacar mi lado más dulce para que no me detuvieran y me llevarán a la oficina de la directora, seguí los grandes pasillos, y llegué al casillero de Astrid, lo abrí y tomé los cuadernos de la siguiente clase, lo cerré comencé a caminar de nuevo cuando sentí unos pasos de alguien que se dirigía a mí por detrás, miré de reojo, como el exorcista, y me di cuenta que era Jack, ahora si que mi día iba a empeorar, definitivamente.
-Por qué tan apurada-preguntó con un dejo de risa en su voz.
-Porque tengo eh... una urgencia-dije rápidamente mientras doblaba al pasillo donde estaba la cancha de Deportes, maldita sea, ahora no tenía ninguna salida.
-Mentira, no tienes ninguna clase ahora, no fuiste a la de matemática y ahora debes esperar a la siguiente, y para eso falta media hora, no sabes mentira Amy.
Hice como que no había escuchado nada y seguí caminando, aún que ahora me dirigía hacia las gradas del gimnasio, no tenía otra salida, sabía que él venía sólo a molestarme y a cobrar el favor por el incidente de la otra vez.
-Deja de caminar, admitelo, no tienes salida, y recuerda que tarde o temprano esto pasaría, ahora debes cumplir tu promesa, deberás hacer lo que yo te diga, te guste o no, promesa es promesa.
Dejé de caminar y me gire para enfrentarlo, quién demonios se creía para obligarme a cumplir un trato, sí, sé que se lo prometí, pero no por eso me iba a exigir lo que quisiera.
-Primero que todo, no te debo absolutamente nada, segundo, sí se me da la gana cumpliré el trato, y tercero, baja las revoluciones, idiota.
Comenzó a caminar hacía MI y yo retrocedi, Jack era bastante alto por lo tanto era algo intimidante la mayor parte del tiempo y sobretodo si la persona que estaba a centímetros de él medía 1.64.
-Bueno, perfecto, si no quieres cumplir tu palabra, esta bien no te obligare-Sentí un gran alivia al escuchar eso, sólo pensar que tenía que hacer algo que el quisiera me aterraba, conociendo el nivel de estupidez en su interior era más que obvio.-Pero ten por seguro que haré de tu vida un infierno-dicho esto dio la media vuelta y se marchó, realmente esté chico era bipolar, ayer todo iba perfecto sin contar las estupideces que hace diariamente, y ahora había dejado el ambiente totalmente tenso.
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Los Hamilton
RandomDefinitivamente vivir con el trío de mis hermanos inmaduros y sentimentales no es lo mejor del mundo, pero Bienvenidos al cuarteto mejor llamado "los tres mosqueteros, y el condón roto