El último botón

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"El último botón"

Ella la miraba tendida desde la cama que aún conservaba su calor. Sus brazos protegían la almohada impregnada de ese perfume con olor a lavanda que tanto le gustaba olfatear. Su cabello, tan revuelto como siempre, se encontraba disperso de una manera graciosa en el colchón cubierto de las sábanas color fucsia, y en su rostro se marcaba el más grande semblante de tristeza, al mirar como la otra mujer recogía del suelo las prendas que fueron aventadas con prisa hasta llegar ahí.

Sus movimientos eran lentos... Tardó una eternidad para llegar al momento en que finalmente, cerraba cada uno de los botones de su camisa a cuadros. Su expresión no era triste del todo, sino que más bien tenía dibujado ese aire de seriedad tan característico en ella. Su cabello negro sin duda estaba un poco más acomodado que hacía apenas unos segundos, sin embargo aún se asomaban las huellas de una pasión que ya estaba más que consumada.

En algún momento sus ojos verdes buscaron contacto con los orbes cafés de la mujer de la cama, pero ésta búsqueda pereció en cuanto se quisieron mostrar las posibles consecuencias... Flaquear en ese instante no era una opción para ella... Tampoco lo era volver a perderse en el deseo por saciar sus instintos... Ella no podía arrumbar la soberbia que siempre estaba presente en sus acciones, y mucho menos mostrar el profundo dolor que aquella situación le causaba... Ni esa punzada en la parte baja de su vientre...

Querían prolongar el momento para hacer más adecuada la plática, o por lo menos un poco más soportable, pero faltaban solamente dos botones y prefirieron tener como recuerdo siquiera, las palabras que pudieran decirse... La pelirroja tomó aire, y después de suspirar, pareció tomar un poco de valor también...

- No, Lolo... Esos no los abotones...

- ¿Por qué?- preguntó la chica de piel blanca, aún sabiendo la respuesta. Después sonrió un momento, pero recordó que no era el momento de sonreír y retomó su semblante serio- Me tengo que ir...- completó con un poco de frialdad.

- No hace falta que me lo repitas, eso ya lo sé - respondió con pesar mientras miraba el techo, como si buscara distraerse y no pensar más en el dolor que no podía dejar de sentir.

- Las cosas son así, nena. No puedo cambiarlas y tú tampoco... Sabes que si yo pudiera...

- ¿Por qué no? ¿Por qué no podemos cambiarlas?...- interrumpió con duda genuina y no como un reto retórico.

- Tú lo sabes mejor que yo... Ahora tienes todo lo que te mereces, Camz... Shawn es bueno contigo... Y es todo lo que tú alguna vez buscaste. Tiene todas las cosas con las que tus papás deben estar felices al saber que por fin las estás consiguiendo. Y lo más importante; te ama. Te ama y está dispuesto a darlo todo por ti.

- No sé porque te empeñas en repetirme sus virtudes, como si eso nos sirviera de algo... ¿Por qué siempre tienes que omitir las tuyas?... Sabes que no funcionará... Él podrá ser la persona perfecta... Pero tú eres la persona que yo quiero en mi vida...

- Es mi mejor amigo- Soltó tambaleándose por un instante. El solo pensamiento de estar diciendo aquello le hacía sentirse asqueada de ella misma. De lo que representaba esa situación. De lo mal que le hacía sentirse estar haciendo aquello, momentos antes.

- Ya lo sé, Lolo, pero...

- No hay "pero" que valga en esto, y tú lo sabes perfectamente, Camz. Esto nunca debió de suceder, simplemente no debiste de meterte en mi vida, no debí de dejar que me robaras el corazón... No tenemos justificación... ¡No debimos enamorarnos!

SOL Y LUNA (One Shots Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora