7 - Final alternativo

579 67 15
                                    

El peliazur fue a la casa de Karma, ya que tenía su propia llave. Entró y empezó a rebuscar entre sus cosas hasta que encontró ese objeto que había sido motivo de su visita.

El autopeluche.

Lo abrió, cuidando de no deformarlo, y sacó de él un pequeño micrófono con memoria incorporada, que se encendía una vez que el peluche fuera besado.

Se llevó el micrófono a casa, dispuesto a escuchar los audios.

"Te amo, Nagisa. Maldita sea... ¡Yo también te amo! Te amo y te amaré hasta el fin de mis días... Por eso quiero que vuelvas, por favor... No me voy a resignar a perderte... Pelearé por ti... Por nuestro amor, y por nuestro bebé.", oyó la voz de Karma grabada por el micrófono.

Después de todo no mentía, ¿eh?
¿Debía volver o no? ¿Debía perdonarle o no? ¿Debía volver a amarlo o no?

Pensó y pensó toda la mañana hasta que finalmente lo decidió, y a pesar de todo lo que pasó y lo que sintió...

Amaba a Karma.

¿Por qué no? Se había casado con Akari para olvidarlo. Y le dolió mucho ya estar comprometido para cuando el pelirrojo dijo que también lo amaba.

Habían pasado por muchísimas cosas, pero el corazón de Nagisa seguía latiendo y viviendo solo por Karma.

Se arregló lo más que pudo, tenía que ir a la prisión. Necesitaba verle y hablar con él.

...

- ¿Diga? - Preguntó Karma del otro lado del cristal, levantando el auricular.

- Hola, Karma.

- Nagisa... No pensé que vendrías. - Dijo el pelirrojo, ligeramente emocionado. - Ahora que estás aquí, quiero pedirte disculpas, ¿sabes? Maté a tu esposa y luego... Hice algo peor. Lo siento mucho, Nagisa.

- Era justo eso de lo que te quería hablar. Verás... Me casé con Akari solamente por despecho.

- ¿Despecho?

- Sí... La verdad, hasta ahora te sigo amando, ¿puedes creerlo?

- ¿Estás hablando en serio, Nagisa?

- Por supuesto. Y no solo eso... Cuando salgas... Quiero-

- Por supuesto que podemos ser familia, cariño. - Afirmó el más alto, poniendo su mano en el cristal, y sonriendo. - Después de todo, si no estás, es como si algo me faltara. No sé cómo podría hacer para sobrevivir sin ti.

- Y yo tampoco lo sé. Por eso es que te pido que estemos juntos, ahora como una pareja de verdad. - Dijo, colocando su mano en el mismo lugar donde estaba la de Karma.

- Pero... ¿Cómo ser familia si nuestro hijo... Falleció?

- Karma... Lo dices como si no recordaras lo que me hiciste el día que mataste a Akari. - Mencionó acariciándose el vientre. - Tomé la prueba y... Lo estoy.

- ¿Es mío? - Preguntó el pelirrojo perplejo.

- Tú me violaste, Karma. Y eres el único con el que lo he hecho.

- Un niño nuestro... No puedo creerlo. ¡Quiero salir pronto de aquí, para ir a visitarlos!

- ¿Sabes? Haré unos movimientos. Te voy a sacar de allí lo más pronto posible. No importa si quedas con servicio comunitario, no te quiero aquí. No soportaría ver al padre de mi hijo en una prisión... Quiero cuidar a mi pequeño contigo, Karma.

- Y yo también quiero estar contigo y con nuestro bebé. - Aseguró el de ojos mercurio. - Te prometo que me portaré bien aquí, hasta que salga. Y si salgo, será únicamente por ustedes.

- La visita ha acabado, joven Shiota. - Avisó un guardia.

- Entiendo. Pero, por favor, llámame joven Akabane, ¿sí?

- ¿Por qué? - Preguntó intrigado.

- Me voy a casar con este hombre. - Aseguró con una sonrisa, en referencia al pelirrojo.

- Pero él es su violador.

- No fue una violación, más bien, me dejé~

- Pues tendremos eso en cuenta para los papeles.

- Por favor, necesito que se arreglen algunos malos entendidos. - Luego volvió a hablar al auricular. - Tengo que irme, Karma. Nos vemos, ¿sí?

- ¡Nagisa, espera!

- ¿Qué pasa, cariño?

- Te amo.

Esas dos simples palabras provocaron que el ojizarco se ruborizara hasta la orejas.

- Yo también te amo, Karma.

El pelirrojo se inclinó y posó sus labios sobre el cristal, Nagisa sonrió e imitó las acciones contrarias, con el fin de tener aunque sea un pequeño contacto.

Se separaron luego de unos segundos eternos, ambos sonrojados y sonriéndose.

Nagisa se fue del lugar, había que hacer muchísimas cosas antes de que su amado saliera libre.

...

La pena fue reducida considerablemente, cosa que para cuando Karma salió libre, Nagisa tenía un bulto muy notorio en el vientre. Era obvio que ya había cumplido los nueve meses, el pequeño nacería dentro de muy poco.

- Bienvenido, querido. - Saludó el peliazur, quien recibió un fuerte abrazo de parte del más alto.

- Te extrañé, Nagisa. - Luego bajó hasta llegar a acariciar su vientre. - Encantado de conocerte. Soy tu papá, Karma~

- Estoy seguro de que le vas a agradar mucho, y que nosotros seremos más que felices cuando seamos familia.

- ¿Ser familia? - Preguntó Karma extrañado.

- Eh... Sí. Tú dijiste que seríamos familia.

- Y no solo ser familia. Vamos a casarnos, cariño.

- A casarnos... Y ser felices, ¿sí?

- Te lo juro.

Y sellaron su pacto con un profundo beso en los labios, transmitiéndose todo el amor que se tenían. Y en espera de su prometedor futuro.

Nagisa estaba más que feliz con su prometido, estaba completamente seguro de que jamás se arrepentía de haberle dicho alguna vez:

"Te doy una oportunidad de amarme."

Te doy una oportunidad de amarme.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora