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- ¿Listo?

-Estoy nervioso.

- Vamos, papá. Mamá, él está resentido. Le gritaste muchas cosas.

Tom bajó su mirada, avergonzado. Gustav rió, sus padres a veces podían ser taann raros. A pesar de tener siete; se comportaba más maduro que ellos. Y eso que tenían veintidós -su madre. Su padre veinticinco-.

- Ve, no ha dejado de llorar.

Tom suspiró y entró.

- ¿Bill?

- ¿Tom?

- Bill, en serio lo siento... No me fue mi intención hablarte así. Sabes como me pongo cuando me concentro e el trabajo.

Bill posó una mano frente a su rostro a pedido de que se callara a la vez negaba suavemente mientras sonreía.

- Te tengo noticias -musitó con suavidad, había comenzado a jugar con sus dedos en forma nerviosa.

- Dime... -alentó más calmado, suspirando profundo para no seguir disculpándose.

- Estoy... -Le miró por el rabillo del ojo-, estoy esperando otro niño, Tomy.

Tom le miró estupefacto y con una mueca de sorpresa. Se quedó callado por unos instantes haciendo que el nerviosismo de Bill aumentara. Temía que su esposo no lo fuera a aceptar. Ya que al principio tuvieron varios problemas con Gustav al Tom y Bill pensar que era hijo de Andreas.

- ¡¿Qué?! -Exclamó finalmente, su mente no procesaba la noticia.

- Así es.

- ¿D-Desde cuando lo sabías? -El mayor peinó sus rastas con la mano mientras volteaba la mirada a Bill para buscar indicios de que no mentía. ¿Un nuevo hijo?, no podía creerlo. Era una noticia sumamente importante. (A su gusto, ya que apenas sí se consideraba buen padre con Gustav a pesar de todos sus esfuerzos que valían la pena)

- Hace dos meses... -El menor soltó un pequeño suspiro-. Yo no quería decírtelo aún pero...

Un golpe seco en el suelo le distrajo y miró a Tom preocupado. Su esposo se había desmayado.

- ¡Gustav! -llamó a si hijo alarmado tomando del rostro de Tom y golpeando con levedad una de sus mejillas para intentar que despertara. Éste se asomo por la puerta para mirarle-. ¡Ve por agua, por favor!

- ¡Sí, papi!

-•-

Se hallaba apoyado sobre la pared sentado y con un gesto pensativo. Aún procesando las palabras que le dejaron atontado y sorprendido.

- ¿Es un sueño? -murmuró al aire.

Gustav se acercó y le pellizcó el cachete.

- ¡Hey! -reprochó el rastudo rascando esa mejilla adolorida. «Me hubiera quedado callado»-. No, no es sueño.

- Los dejo. Solos -murmuró Gustav.

- Tom, yo... -comenzó a decir Bill, buscando las palabras para expresarse aunque el nerviosismo se lo evitaba.

- ¿En serio... esperas otro niño?

Bill asintió temeroso. Tom se levantó y fue hacia él.

- En serio yo lo lamento... Tom, no lo sabía... creo que el condón se rompió aquel día y... ¡Umh! -Cuando hablaba sintió como su esposo le besaba, pero de inmediato se separó los labios de su esposo. Bill le miró aturdido.

- ¿Cuánto tienes?

Los ojos del chico brillaron de felicidad porque su esposo le aceptara. Era obvio, sino ya hubiera pegado el grito al cielo o hubiera hablado con tono enfadado.

- Cuatro meses -chilló risueño, tomando de su vientre con ilusión.

- Por eso estabas engordando -bromeó haciéndose el pensativo. Bill se hizo el ofendido.

- ¡Hey!, puedo ser flaco o puede que se me olvide comer pero no es para tanto tampoco. -Formuló un puchero con su boca que Tom quitó con un beso amoroso.Este sonrió atontado. t

- Cálmate, lindura. Solo bromeaba -besó sus labios.

A Bill se le escapó una risita.

- Te amo.

- Te amo -respondió igual con una sonrisa enorme en el rostro. Bill le atrajo hacia sí y volvió a besarle. Dejando de lado todas sus preocupaciones; cerró sus ojos e hizo que su esposo se acostara encima suyo.

- ¡Yupi! ¡Tendré otro hermanito! -exclamó el niño. Ambos le miraron y sonrieron sin siquiera haber despegado sus labios.

- ¿Ya te dije que te amo? -dijo el mayor con tono meloso y se levantó. Gustav aprovechó y se acomodó al lado de su madre para poder besar el vientre algo abultado de este. Bill acarició sus cabellos con un sonrojo notorio en sus mejillas.

- ¿Ya te dije que espero gemelos? -respondió Bill, en su voz se notaba cierto nerviosismo.

- Lo sabía, mi amor... nuestros hijos serán... -pero recapacitó las palabras que habían sido pronunciadas-... un momento... espera, ¿qué?

- Sí, son gemelitos, Tomy. -rió nervioso cuando su esposo se levantó y le miró con los ojos desorbitads.

Dos. No uno. Dos. ¡Dos bebés! Gemelos. Oh Dios.

- Oh, Dios. -De nuevo otro golpe resonó en la habitación.

Otro desmayo por parte del mayor.

- ¿Más agua, papi? -dijo Gus al mirar a su padre y notar un temblor en las manos de este.

- Sí, mi amor. Creo que sí.

Through the Monsoon (TWC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora