No se si llamarlo poder, o don, o sólo ingenio de mujer. O simplemente una maldita forma retorcida de manipular y manejar mi vida y la de los demás.
Lo único que si era cierto y sabía, era que me gustaba hacer esto. Que era muy buena haciéndolo y que estaba jodidamente mal de la cabeza.
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Tengo esta extraña mente, puedo imaginar cualquier cosa. Desde lo más hemoso hasta lo más bizarro y brutal. Todo esto mientras tomó un café o acomodo los papeles para mi jefe. Todo en mi mente.
Puedo ir por la calle camino al trabajo, manejando mi lindo auto. Esperar el semáforo, ver la pareja que esta a punto de cruzar la calle, tranquilos. Esa mujer feliz de cabello largo negriso y falda color uva hasta las rodillas tomada de la mano por su feliz esposo, confirmado por su pequeño anillo en la mano que sujeta con delicadeza la cartera de su esposa. Ah! Pero que caballero, preciosa pareja. De pronto en mi mente puedo imaginar como en una fracción de segundo, la camioneta jeep roja que viene en el canal contrario se pasa la luz roja, intenta evitar chocar contra el mazda plateado que viene frente a él. Perdiendo el control y así arrollando a la hermosa pareja y dejando en un charco de sangre al noble caballero y a su fiel esposa tirada en el caliente asfalto con su falda uva rasgada y sucia. El semáforo cambia y los autos detrás de mi hacen ruido para que salga de mi imaginación y vuelva a la realidad. Todo esto sin que ningunas de mis terminación nerviosas cambiarán su ritmo.
Esto no es nada comparado con todo lo que mi mente ha hecho en estos ultimos 7 años
No me considero loca ni de mente. Sólo soy una chica con una buena imaginación.
La pasada noche estaba con mi amigo Anthony "Tony" en el bar. Un hombre se nos acercó y ofreció un par de tragos gratis. Sabía que estaba casado. En su dedo desnudo se veía la diferencia entre el color de su joven piel y la de ahora cambiada unos tonos más ocura con los años de matrimonio que debe tener encima. No discuti su amabilidad y acepte los tragos. El hombre se presentó como William Villanueva, afamado doctor cirujano con 15 años de carrera, mil maestrías, 2mil diplomados fuera del país y separado de su esposa. Sonreí a sus palabras saboreando un nuevo juego para mi.
Tomé un sorbo de mi trago, cruce mis piernas y sonreí lasciva. Era excitante lo que estaba por empezar para mí. Aclaré mi garganta y puse el trago de nuevo en la mesa.
-Mi nombre es Jessica, acabo de llegar al país luego de una larga tesis en España sobre los museos de historia en ese país. Soy abogada pero no lo ejerzo, pues, me dediqué a la historia, museos y el arte. Aparte el cabello de mi hombro y regrese el trago a mis manos con una sonrisa de satisfacción y como si me hubiese ganado una brillante medalla dorada.
En esto del arte de mentir yo era una experta. Podía inventarme personalidades tan tan creíbles a los ojos y oídos de los demás, que hasta yo misma me las creía a veces. El hombre se removió en su asiento, maravillado al parecer por mi presentación. Remojo sus labios pasando su mano por su barba de varios días. Sabía lo que esto significaba pero mi amigo y yo queríamos algunos tragos gratis más. Así que seguí mi juego por un par de horas más.
Ya eran las 2:43 am y quería regresar a casa. Debía ingeniarmelas para sacarme de encima al "cirujano" así que empecé a unir piezas. Listo!
Sr. Villanueva, Mi amigo y yo debemos retirarnos mañana es un dia importante pues mi querido amigo Anthony presentará su nuevo proyecto arquitectónico con los inversionistas y no debemos llegar tarde. Gracias por su compañía, si usted desea podría llamarme a este número para volver a vernos algún otro día (mi número no era correcto) Nos despedimos y salimos casi corriendo del bar. Tomamos un taxi y llegamos al apartamento de Tony, borrachos y con el mismo número de billetes en nuestras cuentas bancarias. Ahora bien. Para que entiendan les contaré dos secretos.
1. No soy ni media palabra de lo que le dije al tipo del bar quien era.
2. Este es mi juego favorito y lo puedo jugar todas las veces que quiera en un día.
