Capítulo cinco.

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Guillermo se acercó a Samuel rápidamente.

—¿Podemos ir a la parte trasera a fumarnos uno? Mi madre hoy me ha gritado y necesitó relajarme —Preguntó Guillermo —.

Samuel asintió y ambos caminaron hasta la parte trasera del colegio. El mayor sabía la reputación que Guillermo tenía, y sabía también que si lo veían con un cigarrillo al gran e inocente Guillermo Diaz habría mucho de que hablar.

—¿Qué ha pasado con tu madre? —Preguntó Samuel, pasandole el encendedor —.

Guillermo bufó e inhalo la primera calada del cigarrillo. Samuel no sabía porque ver como el ser inocente de Guillermo era corrompido más y más en cada pitada era tan exitante.

—Creo que a olido mi ropa o algo y ha empezado a gritarme que si había fumado y que si lo hiciera estaría desepcionada,  tuve que decirle que había ido a ayudar a los fumadores de mi escuela y a darles papeles que yo y Frank habíamos imprimido y bla, bla, bla.

Samuel le miró sorprendido.

—Oh, Guillermo, estoy asombrado, ¿tú mintiendo? No conocía este lado malo de ti.

—Ya, cállate tonto —Guillermo rió—.

Samuel miró al chico frente a él expulsar el humo de su boca y se quedó fasinado, le resultaba tan sexy.

—Debo admitir que... —Se acercó a Guillermo y puso sus labios en su oreja — Quiero conocer más ese lado de ti.

El cuerpo del menor se estremeció al sentir el aliento a cigarrillo de Samuel en su oreja. Le miró y sonrió. El timbre sonó y ambos tiraron las colillas de sus cigarros.

—¿Quieres salir esta noche? Conozco un lugar bellisimo que... —Samuel fue interrumpidó —.

—No, no. No voy más a fiestas, no me gusta ese ambiente, ni me agrada el olor a marihuana —Guillermo se negó —.

—No hablo de ir a una fiesta, tontorron. ¿Qué te parece ir por ahí a dar unas vueltas esta noche? Vamos en mi coche, prometo sorprenderte y que te gustará.

Guillermo miró a Samuel y le sonrió. ¿El mayor queria darle una sorpresa? Claro que aceptaría. Asintió y se despidió de él mientras mordiendo su labio intentaba ocultar una enorme sonrisa.

—¡Hola, Guille!  —Apareció Frank—.

Guillermo volvió a la realidad y saludó a su mejor amigo.

—¿Qué tal?

—¡Bien, compañero! Oye, ¿por qué faltaste a Algebra ayer? Y... —Frank se detuvo y empezó a olfatear a su alrededor— Espera, ¿no sientes un aroma extraño?

Guillermo también olfateo, sin entender. ¿Qué aroma? Él no sentía nada.

—No, Frank, no siento nada.

El mayor siguió olfateando.

—Es olor a cigarrillo, ¿estuviste fumando? —Preguntó enojado —.

Los ojos de Guillermo se abrieron de par en par. Frank era su mejor amigo, pero sabía lo mucho que quería a los padres del menor, no podía contarle la verdad.

—Claro que no, sabes que estoy en contra del cigarrillo, debe ser de alguno de estos parguelitas de por aquí.

Frank asintió.

—Vale Frank, debo irme, teng... —Dijo Guillermo, pero fue interrumpido —.

—¡Espera, Guille! Quería preguntarte si querías venir hoy a casa, es viernes y eso —Preguntó divertido — ¡Prometo no llevarte a ninguna fiesta!

Guillermo sonrió, iba a decirle que si, pero recordó que no podía. Tenía planes con Samuel esa noche, su sonrisa se intensificó. Ya quería saber que era lo que el mayor tenía planeado para él.

—No puedo, perdón —Se excusó, pensó en decirle que tenía un evento de sus padres, pero Frank sabía que si hubiera algún evento él habría sido invitado — Tengo planes.

Frank le miró extrañado. Su amigo no era de los que tenía planes un viernes en la noche, ¿qué le estaba pasando ultimamente?

—¿Qué tipo de planes?

Guillermo pensó en que podía decirle, cuando la cámpana sonó nuevamente. Frank bufó y se despidió de su amigo. Se libró de él en ese momento, pero sabía que no iba a durar para siempre y que tenía que buscar una excusa.

¿Tenía que verse con otro amigo? No, eso no. Frank sabía perfectamente que él era su único amigo. ¿Noche familiar? Él sabía que sus padres los viernes tenían cena de la empresa, no iban a poder salir con él. ¿Una cita? No, eso tampoco, ya que...

Guillermo lo pensó nuevamente. ¿Una cita? Sería buena excusa, aunque pensar en una cita con Samuel hacía que se sonrojara, ¿algún día ellos dos podrían estar juntos? Guillermo alejó esos pensamientos de su cabeza y se adentro a su salón.

Samuel no era de los que salian con chicos como él.

Los ojos del menor se encontraron con los del otro. ¿Desde cuándo Samuel tenía ingles con él? El mayor le sonrió, Guillermo se acercó y se sentó a su lado.

—Se podría decir que sé menos ingles del que debería saber, así que tendré ingles contigo lo que queda del año, sé que te encanta ver mi cara más de lo habitual, no intentes disimularlo.

Guillermo se sonrojo.

—Cállate, tonto —Dijo Guillermo —.

Samuel rió por el acto defensivo del menor y prestó atención a la clase. La profesora hablaba de verbos y abreviaciones cuando una carta se deslizó por la mesa.

"Muero por verte esta noche :D Y tú?".

Las mejillas de Guillermo se pusieron de un color carmezí al recibir la nota del chico que tenía a su lado. Arrancó un pedazo de hoja y le contestó.

"Mmm, no lo sé, no estoy seguro".

Deslizó la hoja y volvió a prestar atención a la clase, bueno, la que podía, solo estaba esperando la contestación de Samuel.

Pronto llegó y el menor no pudo evitar sonreir.

"Venga tonti, que te haces el difícil? Te tengo loquito! :P Por cierto, quieres ir a tomar un café en el almuerzo? Me lo debes!"

Guillermo tampoco tardó en responder.

"Uy, quieres salir conmigo en la tarde y después en la noche? Eres un chico muy exigente, Samu. Pero bueno, diré que si ;)".

Samuel no pudo evitar sonreir con el apodo, hacía años no le llamaban de esa manera y jámas le había gustado que lo hicieran, pero con Guillermo era diferente.

Escribió una última carta y dio por finalizada la hora al oirse el timbre, antes de que Guillermo se fuera le alcanzó y se la entrego.

—Toma, torpe.

Guillermo rió y abrió la pequeña hoja doblada.

"Es que no puedes decirme que no a mi! Admitelo :P Igual lo entiendo, yo tampoco puedo decirte que no a ti, tu preciosa carita me lo impide ^^ Nos vemos en el almuerzo, te recojo en tu casa a las diez pm chiqui, aunque tendras que pasarme la dirección en el café xD".

Guillermo se sonrojó nuevamente con el apodo del mayor.

Estaba ansioso porque fuera esa noche.

Corromperte |Fanfic Wigetta|.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora