Capítulo siete.

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El tono de espera sonó una vez antes de que contestará.

—¿Aló? —Frank atendió —.

—Hola Frank, ¿qué tal?

—Muy buenas, Guille, ¿qué necesitas?

Guillermo suspiró antes de contestar. ¿Debia decirle? Es su mejor amigo y la única persona en la que podía confiar en cosas que le pasaban y, sobre todo, en cosas del amor. Pero era diferente cuando era Samuel el del medio.

Guillermo se preguntó cuando había sido tan estúpido como para enrollarse con el chico que su mejor amigo quería.

Decidió no decir su nombre.

—Necesito un consejo de mi mejor amigo.

Frank miró su celular extrañado.

—Claro, ¿qué pasó, bro?

Guillermo suspiró nuevamente. Tal vez no era una buena idea, ¿y si se enteraba? Le odiaria por siempre. ¡En realidad ni siquiera sabía en que estaba pensando al besar a Samuel!

—Ayer salí con un chico.

—¿Qué? ¿En una cita? ¿Con quién? ¡Cuenta! —Habló Frank emocionado —.

—Si, fue como una cita. No puedo contarte quien es, aún no es oficial y queremos mantenerlo en secreto por un tiempo, ¿sabes? Prometo decirtelo pronto —Dijo Guillermo, y luego maldijo en sus adentros por decir tantas mentiras en tan poco tiempo —.

Frank se extrañó, ¿desde cuándo Guillermo salía con chicos? Y, sobre todo, ¿desde cuándo su mejor amigo de toda la vida le ocultaba cosas?

—Vale, esta bien. Al menos cuentame como fue, ¿estuvo bien?

Guillermo suspiró al recordar la noche pasada.

Las estrellas iluminandoles junto a la luna, las hermosas rosas a su alrededor, el hermoso lago frente a ellos, los suaves labios de Samuel sobre los suyos.

Un suspiro no pudo evitar escapar de sus labios.

—Supongo que eso significa que estuvo genial —Volvió a hablar Frank —.

Guillermo olvidó por un segundo que se trataba de Samuel y empezó a hablar con su amigo.

—Me llevó a un lugar precioso, en la naturaleza, tu sabes cuanto me gusta la naturaleza Frank, dijo que era su lugar favorito, ¡y me llevó a mi! Y luego, ¡Frank escucha atentamente! Y luego él... Me besó —Contó toda la historia, sin importarle que su amigo luego le dijera que se escuchaba como una quinceañera enamorada —.

Frank no pudo evitar reir, su escandalosa risa se escuchó desde el otro lado del teléfono haciendo que Guillermo riera junto a él, era inevitable no ser contagiado.

—Vaya, realmente te gusta ese chico, estoy muy feliz por ti... —Por fin habló Frank —.

Guillermo volvió a sentirse mal, recordó nuevamente que estaban hablando de Samuel y se incomodó. ¿También estaría feliz si supiera que era Samuel? Debía contarselo, pero no era el momento.

—¿Y cómo vas con lo de Samuel? —Preguntó Guillermo, tantear el terreno no le vendría mal —.

Frank bufó.

—Es raro pero... No puedo sacarlo de mi cabeza, ¿sabes? Es como que... realmente me gusta, ¿entiendes?

Guillermo se tiró en su cama. Claro que sabía lo que era. Desde el primer momento en que sus miradas se cruzaron supo que Samuel tenía algo especial y, cuándo le besó la noche pasada, lo confirmó.

—Lo siento amigo, pero... ¿Sabes? Él realmente no es tan genial, es de los tipicos chicos malos de esos que se van con chicas con muchos pechos y un gran trasero mientras fuman puros y se toman un whisky, debes encontrar alguien que te quiera y... —Fue interrumpido —.

—Mierda, Guillermo. Haces que lo desee más, ¿tienes idea lo sexy que me resulta un chico malo? Por favor.

—Eres tan masoquista —Comentó Guillermo riendo —.

Cambiaron de tema y continuaron hablando de temas al azar, la mañana había cambiado a la tarde sin darse cuenta y cuando ya eran las cinco el timbre sonó.

—Entonces ella solo empezó a bailar y en un momento comenzó a... —Guillermo interrumpió la movida historia de Frank —.

—Espera, tocaron el timbre, ya vengo.

Dejó el telefono sobre su cama al recibir una confirmación de su amigo y bajó a la puerta. ¿Quién podía ser a esa hora? Su madre estaba ocupada en el salon de belleza y su padre estaba en su oficina con sus cosas de abogados.

Al abrir la puerta en su rostro se dibujó una sonrisa.

—Hola —Saludó Samuel—.

—Hola...

—Estaba por la zona y vi tu casa y recordé que anoche pasé por aquí, ¿lo recuerdas?
Guillermo rió. ¿Este chico era tonto?

—Si, lo recuerdo Samuel.

Ahora fue el mayor quien rió.

—Solo chequeaba que la noche anterior no fue un sueño.

Guillermo sonrió y se sonrojó, a la vez que Samuel sonreía satisfactorio, era tan fácil enamorar a este chico.

—En fin, quería saber si querias ir a dar una vuelta, tal vez comprar helado y hablar sobre nuestras aburridas vidas y fingir que nos importa —Siguió hablando Samuel —.

Guillermo rió y mordió su labio.

—La gente normal espera 48 horas antes de volver a invitar a la persona a salir —Guillermo le retó —.

—No puedo aguantar 48 horas sin estar a tu lado.

Un notorio sonrojo se asomó en la cara de Guillermo. ¿De verdad él había dicho eso? ¿Qué no podia estar sin él? El menor sentía que en cualquier momento iba a desmayarse.

Realmente él no sabía porque estaba sintiendo cosas tan fuertes por Samuel, ¿cuánto llevaba aquí? ¿Dos semanas? Era una locura, pero al ver su hermosa sonrisa todo parecía tener sentido.

Su actitud de chico malo, la profunidad de sus ojos, su cuerpo de gladiador, la forma tan sexy en la que podía fumar un cigarro.

Guillermo no tenía idea como aquel chico tenía tanto poder sobre él en tan poco tiempo.

—¿Tienes cigarrillos? —Preguntó Guillermo mientras tomaba su llave —.

—Siempre, chiqui.

Y se marchó junto a aquel chico que lo volvía loco, olvidandose de todo lo de su alrededor.

Y, sobre todo, de la llamada que estaba teniendo con su mejor amigo, que lo esperaba del otro lado de la línea.

Corromperte |Fanfic Wigetta|.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora