Capítulo nueve.

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Guillermo bostezó mientras entraba al colegio a paso rápido, esperaba no encontrarse con nadie y menos con él.

Nuevamente Samuel ocupó sus pensamientos toda la noche y, aunque lo intentó, no pudo evitarlo.

Mientras tanto, el mayor deambulaba buscandole, realmente quería probar de la piel de ese chico y si tenía que ir en contra de sus principios lo haría.

Guillermo era magestuoso ante sus ojos.

Pensó en su redondo trasero y cuanto deseaba apretarlo con sus manos mientras el gemía de placer mientras lo penetraba.

Alejó esos pensamientos y revisó su pantalón. No había erección, perfecto.

Guillermo miró a su lado encontrandose con un Samuel viendo hacía el suelo. Le miró extrañado y luego recordó nuevamente el otra día, abrió su casillero y empezó a sacar sus libros antes de que él le viera.

Frank le interrumpió.

—¿Qué tal, compañero? —Saludó animado —.

Guillermo le sonrió y miró a su lado, Samuel rascó su nuca dejando ver unos notorios chupones. Se sonrojó automaticamente al pensar en que él había podido dejar esas marcas.

—¿Viste el cuello de Samuel? —Comentó furioso su amigo — Seguro se acostó con alguna zorra el fin de semana, no sé si la odio o si deseo ser ella.

Guillermo frunció el seño al pensar que su mejor amigo le había llamado zorra, aunque se lo merecía. Casi había follado con Samuel, cuando él no le quería de la misma forma, lo más presiado que tenía iba a regalarlo. Agradecia tener sentido común.

Samuel volteó hacía Guillermo, haciendo que sus miradas se encontraran. El menor alejó rápidamente la vista, volteando hacía Frank.

—Si, supongo. ¿Podes platicarlo yendo a ingles? No quiero llegar tarde —Se excusó el pelinegro —.

Frank le miró extrañado, y cuándo estaba apunto de contestarle alguien le interrumpió.

—Guillermo, ¿podemos hablar?

La voz de Samuel inundo a Guillermo, sintió nuevamente ganas de llorar. Ese chico corrompía todo su sistema.

Volteó a verle, con la cabeza en alto y le echo la sonrisa más falsa que tenía.

—No.

Samuel frunció el seño, a la vez que Frank se ponía frente a Guillermo.

—¡Hola, Samuel! —Saludó sonriente —.

El mayor miró extrañado al chico y le apartó, volviendo su vista al chico de cabello azabache.

—Por favor, hablemos —Rogó Samuel —.

Guillermo bufó y miró a Frank, quien le miraba furioso. Caminó hacía el patio, con Samuel siguiendole.

Los pasillos empezaban a vaciarse, hasta el punto en el que, al llegar, se encontraban solos. Samuel sonrió al notarlo, mientras Guillermo se ponía más nervioso de lo que estaba.

—Mira, yo lo siento de verdad, no soy muy de sentimientos, ni de demostrarlos, soy una persona fría, no me gustan los abrazos, ni las apretadas de manos, ni los "Te amo", "Te amo más", "No, yo te amo más" —Comenzó a hablar Samuel — Lo siento si te hice daño la otra vez, no estaba en lo más minimo de mi hacerlo.

Guillermo suavizó todo sus musculos y le sonrió levemente. El castaño sonrió al darse cuenta que había caido en toda esa patraña de los sentimientos ocultos y las intenciones buenas.

—¡Tal vez yo exagere! Es genial que podamos llevarnos bien, podemos ser amigos —Dijo Guillermo, alegre —.

Samuel sonrió, ¿amigos? No era su plan, pero le convendría por ahora. Realmente el mayor estaba harto de tener que dar tantas vueltas, a lo mejor simplemente se follaría a algun otro y se olvidaría de él.

Pero Guillermo tenía algo especial que le enganchaba a él, y estaba seguro que ese sentimiento se iría enseguida consiguiera follarselo.

Mientras tanto, Guillermo estaba en las nubes. Samuel volvió a él nuevamente y, tal vez no le quería, pero haría lo que fuera para que le quisiera, tomará tiempo o no.

—Bueno amigo, tenemos ingles juntos, ¿no?

Samuel sonrió y asintió. Ambos caminaron juntos hacía el salon, chocando hombros entre si.

Entraron a la clase y se sentaron juntos, el pelinegro podía sentir la mirada furiosa de su amigo pero intentaba ignorarla.

—Entonces... ¿Yo te gusto? —Preguntó el mayor —.

Guillermo se removió incómodo en su asiento. ¿Si le gustaba? Claro que sí, Samuel ocupó sus pensamientos desde el momento en que apareció.

Le encantaba su actitud de chico malo y el peligro que el emanaba, sin contar que era el chico más guapo que había visto en su vida. Le sonrió sonrojado y asintió.

El castaño pensó un segundo que contestar.

—Eso es genial, porque tu también me gustas —Finalmente habló — Y me gustaría que salieramos el fin de semana.

Guillermo pudo sentir como todo su sistema era invadido por la felicidad.

———

El menor caminaba felizmente fuera del colegio, iradiaba la felicidad en él, podías notarlo. Pero a Frank parecía importale una mierda.

—¡Hey! —Gritó furioso — ¿Qué mierda se supone que fue... eso? ¿Hablar con Samuel en privado? ¿Llegar a clases pegados? ¿Susurrarse cositas?

Guillermo empezó a tartamudear, ¿qué podía contestarle? Pensó en decirle la verdad, Frank era su mejor y estaba realmente harto de mentirle, pero no podía decirle la verdad, corría el peligro de perderle.

—No somos nada, bueno, ¡somos amigos! —Dijo, finalmente —.

Frank le miró serio, fijandose en sus gestos. Le conocía bien, sabía que siempre que mentía desviaba la mirada y movía su pie derecho, se fijó en ambos lugares y todo estaba en orden, pero seguía sin creerle.

—Frank... —Comenzó a hablar el menor, al notar que su amigo no le creía — Mira, Samuel me cae bien, quiero ser su amigo, no estaré con él, no querría arruinar nuestra amistad, ¡ni la mia contigo! Es más, intentaré que te de una oportunidad.

Frank sonrió a su amigo, pensó en cómo había podido dudar de su mejor amigo, si Guillermo era todo bondad.

Mientras tanto, el menor solo se sentía de lo peor consigo mismo.

—Genial, gracias amigo. Porque sabes bien que si me robas a Samuel, te destruiré —Bromeó —.

Ambos rieron, para luego despedirse. Frank sonrió por tener un amigo increible como el pelinegro y Guillermo fruncia el seño nervioso.

Ya que, aunque sabía bien que Frank había bromeado, si se enteraba que él y Samuel estaban saliendo le destruiría realmente.

Corromperte |Fanfic Wigetta|.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora