5.Minecraft: la historia de Solitude

55 2 0
                                    

Bien, ¿saben?, estoy realmente asustado. No creo querer volver a jugar Minecraft en lo que me queda de vida, y es que, lo que acabo de presenciar, me dejó marcado de una forma terrible. Las manos me sudan y mis dedos tiemblan mientras escribo, lo que hace que deba intentar escribir cada palabra unas dos veces antes de seguir con la siguiente. Prendí todas las luces de mi pieza, hasta la televisión la tengo encendida, todo para distraerme de las terroríficas imágenes que me ha traído un juego que, antes, podía considerar inofensivo.

Todo empezó hoy por la noche, mientras jugaba Minecraft. En lo que jugaba hablaba con mi novia por Skype, así que para escucharla mejor llevaba audífonos puestos. Estaba explorando eso de crear nuevos mundos con diferentes Seed, palabras o números que convierten la creación aleatoria en un mundo fijo, con valores predeterminados según el número o palabra que se escribe. También, antes de jugar Minecraft, había visto unos videos Gore que me mandó ella, mi novia, por lo que también tenía eso dándome vueltas por la cabeza. Así que, después de escribir bobadas y ver en qué mundos resultaban, decidí intentar con palabras más "oscuras". Puse "Muerte", "Odio", "Mentira", "Infierno" y varias otras, todas resultando en mundos sin ninguna maldad aparente. Al quedarme escaso de ideas, recordé con qué estaba tratando: ¡era Minecraft!, si quería encontrar algo fuera de lo normal, debía intentarlo con una Seed relacionada con este mismo. Luego de pensarlo un poco, llegué a una Seed que era perfecta para la ocasión, "HerobrineIsAlive". Puse el modo de juego en "Creative" y le di clic a "Crear".

Aparecí en un mundo normal, o eso parecía. La única diferencia era que a mi alrededor no había nada, tan sólo pasto, y también que era de día pero el sol no aparecía. Al principio pensé que quizá los gráficos no se habían cargado del todo bien, así que no le di importancia. Busqué por todos lados para encontrar árboles, o lo que fuera, y al no verlos, decidí abrir mí inventario (con el modo creativo debería tener todos los objetos disponibles) para crear un árbol y así "adornar" un poco el paisaje. Hasta ese momento todo iba bien, puse un sapling y algo de polvo de hueso en mi acceso rápido, planté el sapling e hice crecer dicho árbol. Para mi sorpresa, el árbol que salió era gigante, mucho más que el promedio; debe de haber medido unos 20 bloques de alto. Presioné espacio dos veces para volar y ponerme arriba del árbol, pero al llegar arriba noté que había algo en su copa. Era un cartel. Al leerlo de frente, quedé sorprendido.

El cartel estaba en inglés, pero su traducción decía:

"Todos se han ido.
Sólo quedo yo.
No me busques.
Déjame encontrarte".

Al verlo y releerlo unas cuatro veces, me dije a mí mismo, "Vaya broma de Notch...", calmándome con la idea de que quizá había encontrado un secreto digno de un reconocimiento. Aun así, no salía de mi asombro, y pasado esto decidí seguir explorando.

Me puse nuevamente a volar y me dirigí hacia un punto lejano en el horizonte. Mientras seguía noté que la tierra seguía siendo plana, con el detalle de que el color del pasto iba opacándose cada vez más, de forma tan gradual que no me daba cuenta. Llegó un punto cuando su color era demasiado oscuro, así que bajé para examinarlo más de cerca. Justo en cuanto pisé tierra, di dos pasos y di con una caída. Me asusté e intenté apretar doble espacio para volver a volar, pero no servía, tampoco podía mover la mira; apreté la tecla Escape pero era inútil, no funcionaba tampoco. Lo único que podía hacer era ver cómo iba cayendo y cayendo, cada vez más rápido, a un lugar cada vez más rodeado de tinieblas, hasta que en un momento todo se hizo negro y sólo pude ver la barra de acceso rápido.

Finalmente toqué suelo, o así pareció, porque el personaje hizo el ruido característico de daño (lo cual era extraño, porque ni siquiera tenía la barra de vida), sólo que esta vez, fue distinto. El ruido era más fuerte, como un gruñido de dolor, casi como si en la caída se hubiera roto algo. Ahora podía mover el ratón, pero con lentitud. Miré hacia arriba, pero no se veía nada, ninguna clase de entrada. Podía caminar, pero la mira se inclinaba ligeramente hacia abajo con cada paso que daba, como si el personaje estuviera cojeando, y podía oír ligeros gruñidos cada vez que avanzaba. La tecla Escape seguía sin funcionar.

CreepypastasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora