Acababa de abrir la puerta, bajando lentamente el mango de ella, cuando tras Chloe aparecieron cuatro focos de luz cegadora que le obligaron a cerrar los ojos. Ella se giró colocando una mano al frente cubriendose los ojos con la intención de identificar los dos vehículos que acababan de entrar tras la verja que circundaba el local. Lo próximo que se escuchó fue el cliqueo de varias armas cargando munición, y el ahogado grito de Ryan diciéndole a su mujer que corriese hacia él.
Ella se giró con el terror dominando su rostro, completamente paralizada. El sonido de los disparos rompió el silencio del temprano anochecer que comenzaba a rodearlos. Los fogonazos de las balas parpadearon cegadores. El olor de la pólvora quemada se hizo pronto evidente, el humo volvía a dominar como antes el ambiente pero en el exterior del local. El martillar de las armas ahogaba en la garganta de Chloe sus gritos de dolor.
Todos dentro del local reaccionaron velozmente aproximándose al ventanal con sus armas empuñadas. Realizaron algunos disparos dirigidos hacia el haz parpadeante de luz naranja. Sin embargo no tuvieron tiempo tan siquiera de preocuparse por alcanzar a alguien con sus proyectiles. En menos de un minuto aquellos cegadores focos habían desaparecido tras la estela de humo. El olor metálico de la sangre alcanzó el olfato de Ryan. Se abrió paso por sus orificios nasales golpeando violentamente las paredes de estos hasta llegar al cerebro. En ese momento el terror reflejado en su mujer se transmitió a sí mismo, comenzó a temblar mientras el humo se disipaba y podía vislumbrarse el gran charco carmesí sobre el gris cemento del suelo iluminado tenuemente por las altas farolas que se alzaban cada ciertos metros pegadas a la valla del perímetro.
Chloe estaba en el suelo cubierta completamente de sangre. Él consiguió desbloquear su cuerpo y corrió hasta ella dejándose caer junto el cadáver.
-No, no, no, por favor- Abrazó el cuerpo sintiendo el calor del espeso liquido rozar sus manos y filtrarse por las mangas de su sudadera- Amor, tú no… ¡tú no!- Estaba llorando desconsoladamente, como no había llorado desde que era un niño pequeño y no conocía aún el valor implícito en cada lágrima- No puede ser.
Todos corrieron al exterior, deteniéndose en seco al traspasar la puerta y ver la imagen del presidente de su club llorando con su mujer muerta y ensangrentada entre sus brazos.
-¡Joder!- Mason se llevó las manos a la cara y acomodó con ellas su cabello hacia atrás, luego observó a los demás. Todos tenían la misma expresión de dolor e ira en el rostro. Se aproximó hasta Ryan y acarició su cabeza como muestra de afecto- Ryan, lo siento… estoy sin palabras, vamos a encontrar a los cabrones que han hecho esto y a llenarles el cráneo de plomo. Pero debemos limpiar esto antes de que alguien vea la sangre. Vamos- Se colocó de rodillas junto a él y le agarró del brazo, haciendo que soltara el cuerpo y se abrazase a él mientras Mike y Connor tapaban el cadáver de Chloe con una manta y lo levantaban para llevarlo al interior.
-Debemos ir a por ellos- La voz de Ryan denotaba cierto temblor- Vamos a matarlos a todos, a todos ellos- Se había zafado de Mason y miraba a los demás.
-Ryan, antes debemos ocuparnos de Chloe y averiguar quién ha sido, sabes que la paz que logramos es muy delicada, no podemos ponernos a pegar tiros sin preguntar. Déjamelo a mí, tu vete a casa con tu hija, debes contarle lo que acaba de ocurrir y te va a necesitar- Hizo que Ryan le mirara a los ojos.
Él solo asintió y secó sus lágrimas. Se percató de que la sudadera estaba ensangrentada. Se la quitó de un rápido movimiento.
-Quémala- Se la entregó a Mason y seguidamente fue hacia su moto, se colocó el chaleco del club y se fue sin decir nada más.
Mason comprobó que no hubiera nadie en la entrada de la verja con una mirada desde donde estaba y se adentró en el local. Estaban todos alrededor de la mesa sobre la que yacía el cadáver de Chloe.
– La llevaremos mañana de madrugada al crematorio Luckie’s, antes de que abra, como hacemos con todos los miembros – miró a Robert y Louis–. La llevaréis vosotros, yo voy ahora mismo a casa de Ryan, no podemos arriesgarnos a que ataquen su casa, vosotros dos id a preguntar por ahí sobre esto, alguien debe de saber algo, informadme en cuanto tengáis algo – señaló a Mike y Connor.

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El dia se ha ido
Short StoryLa vida de un fuera de la ley siempre tiene sus riesgos. Él sabía a qué se estaba enfrentando al seguir el camino vital que su padre primero y luego su hermano mayor habían tomado, sin embargo, se vio obligado a tomarlo. Nunca tuvo opción de dejar a...