DÍA A DÍA DE UN AMOR CIEGO
Hoy, un día cualquiera, te levantas sonriendo en la mañana y piensas que será un buen día. Tu alegría se debe a que verás un día más a esa persona a la que tanto quieres. Te diriges al instituto con la sonrisa puesta en la cara, pensando que da igual que no hayas hecho los deberes, que da igual si te criticará la tonta de turno, que tú eres feliz porque tienes a tu personita especial ahí. Pero cuando llega el momento de verla, de repente, tu mente empieza a reaccionar. Y esa reacción será la que va a atormentarte día tras día a partir de hoy. Recuerdas que otras personas en algún momento han hablado mal de esa persona que te gusta, y empiezas a entenderlo todo. Te das cuenta de lo cruel que es estar ciegamente enamorado de alguien a quien realmente aprecias, pero cuando alguien te abre los ojos te das cuenta de que esa persona no es cómo tú creías, de que todo aquello que tu corazón identificó como cualidades en realidad son defectos, defectos que no soportas por pequeños o estúpidos que sean. Ahí es dónde empieza la infernal batalla entre tu mente y tu alma, entre la realidad y tu amor ciego. Sientes rabia, frustración, dolor y pena. Ya no entiendes nada, no sabes si quieres a esa persona o si la odias, si quieres lanzarte a besarla o a matarla, si tu enamoramiento ha sido un engaño y realmente no sientes nada verdadero. Tu supuesto perfecto día acaba de ser arruinado. Sales al recreo y miras a todos con desprecio, rechazas preguntas y hablas con sequedad. Solo intentas organizar tus sentimientos, te da igual si el profesor se mete contigo o si el chico de al lado se ríe de ti. Estás borde, seco, amargado y rabioso. Y descargas ese dolor contra la persona que está partiendo tu corazón y tu cerebro sin tener ni pizca de culpa. Le ignoras, le dejas claro que tu mala actitud es por su culpa, la obligas a preocuparse por ti, le creas un sentimiento de culpabilidad. Ni tan siquiera tu mejor amiga es capaz de animarte. Trabajas más de lo normal en clase porque intentas ocupar tu mente con el ejercicio de matemáticas antes que con tus destrozados sentimientos. Solo deseas salir de esa cárcel llamada instituto para poder llegar a casa y refugiarte en tu habitación, con tu música, tu soledad y tus lágrimas. Solo eres capaz de escuchar canciones tristes, las que identificas con tus sentimientos, las que te causan más lágrimas y te deprimen más. Entonces, mientras tu alma se cae a pedazos, esa persona que supuestamente te gusta te manda un mensaje tan amablemente diciendo que está preocupada por lo que te pasaba esta mañana. Tu primer impulso es coger el teléfono y responderle, contarle tu problema, liberar tus sentimientos. Pero repentinamente te detienes y decides no responderle, liberas tu rabia y prefieres hacerle sentir culpable sin darle respuestas. Te conectas a la red social mediante la cual te ha mandado el mensaje, lo lees, pero no le respondes. Seguidamente empieza a mandarte muchos mensajes, pidiéndote que respondas, y tu disfrutas viendo su preocupación, pero a la vez te está matando por dentro hacerle eso. Finalmente, entre lágrimas y canciones deprimentes, decides responderle con un seco "hola". Le mientes diciéndole que estabas ocupado y no podías responderle. Vuelve a preguntar que qué te sucede. Le envías una nota de voz contándoselo, asegurándote de que se note que estás enfadado y confuso. Esa persona no sabe que decir. Mantenéis una conversación dura que termina sin haber aclarado nada. Lo que creías que sería un maravilloso día anochece tras haber pasado por una guerra interna muy fría. Empieza otro día, y va pasando días, días e incluso semanas. Tus sentimientos y tus pensamientos cada vez son más borrosos, pero has aprendido a ocultarlo. Ya forma parte de tu rutina diaria, el sufrir por un amor estúpido que no consigues explicar. Tus actitudes negativas han desaparecido cuando estás con gente, eres falso con todos y aparentas estar tan bien como siempre. Pero en tu soledad sigues pasándolo mal, escuchando música para huir del dolor y llorando en silencio bajo falsas sonrisas. Al final, todo es así, amores ciegos, batallas entre cerebro y corazón, falsedad por compromiso y sufrimiento en silencio. Acostúmbrate a vivir así, porque así será hasta que esa persona desaparezca del mapa.
Marc Ojeda
ESTÁS LEYENDO
Breves Reflexiones de un Adolescente Enamorado
RomanceEsta nueva obra, si se le puede llamar así, simplemente tendrá en sus páginas algunas cortas reflexiones, algún relato amoroso o algún poema. Nuevas reflexiones subiré solamente cuando haya escrito alguna. Espero que os gusten, quizá en alguna os po...