Tras esperar con impaciencia, el ansiado día de otoño que anhelaba ha llegado. 15 de octubre, el que será un sábado más para todos; para todos excepto para mí. Otoño, con sus hojas secas y sus dulces miradas entre enamorados acompañadas por el frío viento que arrecia suavemente. Secos y ásperos como sus hojas se encontraban mis sentimientos antes de ese 15 de octubre del año pasado; y dulces como sus miradas eran las mías después de esa fecha. Pero el viento ha sido gélido antes y después de ello; un viento negro que se ha ido llenando de sentimientos y problemas que debido a ese simbólico día fueron creados. Pero hoy no es un día para hablar de problemas, ni de cosas oscuras, tampoco de desastres. Hoy es un día para conmemorar lo que para mí es un récord histórico. Hace ya muchos años en lo que ha sido mi corta vida, viví casi cuatro años encerrado en un enamoramiento de aquellos de la infancia, el cual me hizo conocer mis cualidades artísticas, o más literarias. Aquella de la que estuve enamorado fue algo así como mi musa, una inspiración cualquiera que despertó mi amor por la poesía y demás literatura. Pero nada más que eso. Un enamoramiento ilógico, infantil y que en la actualidad no significa nada. Después de ello, empezó mi época borrosa y digamos, de transición, en la que, durante tres largos años, me "enamoraba" y "desenamoraba" de cualquiera cada tanto tiempo, desde dos semanas hasta tres meses, pasando por diez días. Tres años adolescentes, prematuros, perdidos. Una transición en la que mi orientación sexual estaba cambiando, estaba formándose, estaba descubriendo nuevos mundos y nuevas facetas del amor. Y ya era una costumbre aquella de, básicamente, escoger quienes me "gustaban" a dedo, en función de prototipos y estupideces. Y sí, digo "quienes", porque eran vari@s; a veces un chico y una chica, otras veces tres, y quizá hasta cuatro o cinco personas. Como decía, estupideces, que claro, a mí en aquellos entonces no me lo parecían. Pero me di cuenta de que había perdido tres años de mi vida cuando él apareció en mi vida. Él, alguien nuevo, desconocido, maravilloso. Una persona sobre la cual durante este año he escrito poesías, textos, historias y cualquier representación en papel de lo que siento. Una persona de la que he hablado miles de veces, de la que ya no es necesario hablar. Alguien que poco a poco, aunque me costase reconocerlo, se apoderó de mi alma sin apenas darme cuenta en menos tiempo que en el que cae un rayo. Y es que rayos y más rayos fueron los que cayeron en mi cabeza desde entonces, atormentándola, intentando comprender porque esos prototipos que durante años había seguido se estaban destruyendo rápidamente sin explicación. Y cuando me quise dar cuenta, me había enamorado. Enamorado. Que típico suena, ¿no? Pues sí, claro, suena habitual hasta que te enamoras de verdad. Ahí descubres que es eso. Ahí empiezas a ser alguien diferente. Pierdes el control de aquello a lo que se le llama vulgarmente "amor". Ya no eres tú quien decide quién te "gusta", ni sabes por qué te gusta esa persona. Lo ves todo distinto, te sientes inutilizado, te notas perdido. Pero no te sientes mal. Te pierdes, sí, te pierdes en un laberinto de sentimientos que nunca antes habías sentido; en un callejón de emociones increíbles que transforman tu estado de ánimo en cuestión de segundos; en un mundo paralelo dónde todo es inexplicable, pero te gusta, te encanta, te maravilla. Tus ojos parecen haber sido creados solo para esa persona; tus labios pierden la capacidad de hablar con tranquilidad cuando le tienes delante; tus latidos del corazón se aceleran sin motivo cuando se te acerca; tú ya no eres tuyo, eres suyo. Tu mundo, que antes parecía haber sido simple y nada problemático, empieza a girar en torno a tus sentimientos, ya no gira alrededor de ti mismo, sino que lo hace alrededor de tu alma. Y eso es poco, si tengo que hablar de todo lo que ha significado este año de amor. También ha sido el final de esa transición de orientación sexual, la cual quedó perfectamente definida después de ese día 15. Ha sido un año intenso, en el que mes a mes he esperado la llegada de su día 15, para poder asombrarme una vez más de que este amor parece no ir a terminar nunca. Y no será por no haberlo intentado. Porque en tres ocasiones la mal afortunada de mi mente ha tratado de crearme otros enamoramientos falsos para disuadir este, pero no lo ha logrado. Jugadas realmente inútiles. Es sencillamente mirarle a los ojos y saber que no vas a escapar de esa jaula jamás. Pero ¿para qué? Claro que causa problemas, malos momentos y lágrimas. Pero causa también vivir entorno a un amor que te cuadra la vida, a la vez que te la desordena totalmente. Un auténtico lío que merece la pena vivir alguna vez. Y esta ha sido mi primera vez, mi primer amor verdadero; un amor imposible pero alucinante. Y ha durado ya un año, convirtiéndose así en el segundo más largo de mi vida, y siendo muchísimo más largo que el tercero, si es que lo ha habido. Y aunque es difícil de entender, espero seguir sumando muchos meses más a este alocado amor, a la vez que hace tiempo que llevo deseando que termine ya. Pero el sentimiento es más fuerte que la negatividad. El tiempo forma heridas, pero también las sana. Y de ellas aprendes; unas veces las lloras, y otras las ríes. Hoy sonrío al cielo, pensando en la sonrisa de la persona que me tiene enamorado, dando gracias por haberme hecho tropezar con ella en esta vida. Porque para hablar de amistad ya hay y habrá otros escritos, pero este habla de amor, y él es increíble tanto si eres su amigo como si no. Una personita de la que sinceramente, merece la pena enamorarse. Hoy celebro mi aniversario de amor, celebro este récord vital y celebro haber dejado a mi corazón engancharse a una droga tan sana como lo es él. No hay más que decir; simplemente, me deseo un feliz día XV.
Marc Ojeda
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Breves Reflexiones de un Adolescente Enamorado
RomanceEsta nueva obra, si se le puede llamar así, simplemente tendrá en sus páginas algunas cortas reflexiones, algún relato amoroso o algún poema. Nuevas reflexiones subiré solamente cuando haya escrito alguna. Espero que os gusten, quizá en alguna os po...