Estábamos en clase tranquilamente, la maestra de física estaba explicando algo que no entendía ni mierda de lo que hablaba, todos anotaban en sus libretas, pero yo solo veía a la ventana. Estaba tan sumergida en mis pensamientos hasta que vi a una persona vestida de negro con un arma en las manos, eso me asustó. Segundos después se escucharon gritos en los otros salones lo que hizo a la maestra callar, todos empezaron a murmurar cosas aprovechando el tiempo que la maestra estaba guardando su plumas y dejando la cosa con la que estaba explicando. Vi que aquella persona y otras tres caminaron a la puerta de nuestro salón.
-¡Todos abajo!- gritó una voz de hombre abriendo la puerta de golpe -¡Levanten sus manos!- gritó, obedecí las indicaciones como todos los demás. Enseguida gritos y llantos de varios se empezaron a escuchar.
-¡¿Quiénes son ustedes?!- preguntó la maestra asustada.
-Usted cállese vieja- dijo otro hombre -Siéntese y ponga las manos- dijo él sujetándola del brazo con fuerza obligándola a sentarse para esposar sus manos a la pata del escritorio.
-Niñas del lado izquierdo, niños del derecho- dijo el último hombre -¡Muévanse!- gritó. Estaba asustada, mi cuerpo temblaba mientras lágrimas silenciosas caían por mi cara.
Unos hombres trajeron unos palos y una cortina y la pusieron frente la ventana con la cortina tapando de nuestra vista lo que estaban haciendo.
-¡Levántense las niñas de la primera fila!- ordenó, pero nadie le hizo caso -¡Ahora o las mato a todas!- gritó haciendo que lloraran más y estas obedecieron. Gracias a Dios estoy en la última.
Se pararon y las llevaban detrás de esa cortina después salían y un hombre decía "Negativo". Poco a poco pasaban todas hasta que llegó mi fila.
-Párense- dijo un hombre. Mel estaba a mi lado izquierdo, yo iba a ser la última.
-Tengo miedo- dijo llorando mientras todo su cuerpo temblaba. No pude verla así y la abracé.
-Saldrás de esto lo prometo, no sé lo que esté pasando, pero nada te pasará, volverás a ver tu familia y mañana verás a Roberto riendo frente a ti- le susurré con lágrimas en mis ojos. No sé de dónde saqué la fuerza de hablar sin tartamudear.
-Sepárense- dijo un hombre que nos estaba vigilando. Lo miré y le saqué mi dedo del corazón mientras seguía abrazando a mi amiga.
-Si que tiene huevos- dijo otro hombre riendo divertido.
-Soy mujer imbécil- dije fría, no sé de dónde rayos estoy sacando toda esta valentía, mejor ya me callo a la chingada.
-No te pases de lista- amenazó señalándome con su dedo. Rodeé los ojos.
-No te pases de lista- imité en susurro a lo que Melody rió.
-Eres la mejor- dijo separándose de mi.
-Lo sé- dije sonriendo con egocéntrica.
-Andando- dijo el primer hombre que entró al salón tomándola del brazo. Una vez que se fue dejé que lágrimas salgan de mi, me estaba cagando del miedo, no sabía lo que hacen ahí.
-¿Ya no tan valiente?- preguntó el segundo hombre en mi oreja -Solo era una fachada- dijo burlón. Me volteé a él y lo encaré.
-Si, solo una fachada para mi amiga- dije para después darle un rodillazo con mucha fuerza en sus partes -¿Valiente? Claro que no eso nunca- dije agachandome a su altura -¿Débil? No más que tú- dije burlona.
-James- llamó a su compañero llamado James -Agárrala- dijo tomando sus partes con dolor.
El tal James me tomó por los brazos para no moverme, pero no era mi intención hacerlo.
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Hija de un Mafioso
Teen FictionAngelica Wilson una chica de 16 años. Una chica seria, reservada, desafiante y contestona para el publico; divertida, simpática, cariñosa, risueña, chistosa para sus amigos. A vivido con su madre, padre y dos hermanos. Su vida estaba lejos de ser un...