Me despertó mi papá como todos los días a las 6am para ir al colegio. Odiaba ir a la escuela ¿Por qué la tuvieron que inventar? Ah, sí, claro, para que nuestro mundo avanzara con la inteligencia de los humanos. Si claro, como si fuera a pasar.
Después de quejarme de la creación de la escuela, me levanté pesadamente de mi cómoda cama para caminar a mi armario, a tan solo siete pasos de mi cama (si, mi cuarto es pequeño). Me miré en mi espejo de cuerpo completo y vi mi cara llena de granos, lo que hizo empezar mi día con mi autoestima baja, desvíe mi vista y tomé mi uniforme. Me vestí e internamente agradecí a mi madre por obligarme a bañarme todas las noches, porque si no, estoy segurísima de que me dormiría en la ducha por la mañana.
Miré mi cabello y lo vi todo enredado, pero no se veía tan mal, así que solo lo cepille de la parte de arriba, me puse gel y lo amarré a una coleta alta, le eché crema para peinar para dejarlo más suave y no tan enredado. Fui a mi baño y me lavé la cara con los miles de jabones y cosas que uso para quitar mi acné, pero claramente ninguno funciona. Después de lavar mi cara dejé que se secara por sí sola mientras recogía un poco mi cuarto para que cuando llegara estuviera limpio y ordenado. Después de que se secara mi cara y ordenara mi cuarto escuché el grito de mi mamá.
-¡Ya está listo el desayuno!- gritó para avisarnos a Marcelo y a mí para que bajáramos a desayunar.
Rápidamente me puse mis zapatos y al verme en el espejo vi mis espinillas, así que tomé un poco de mi maquillaje para ocultarlo, dándome un poco de seguridad para estar frente a mis amigos y compañeros.
-Buenos días mamá- saludé al bajar las escaleras, viendo como servía en un plato los chilaquiles -¿Marcelo no desayunará?- pregunté sentándome.
-Buenos días- saludó -No, ya sabes que se desveló ayer y no quiere desayunar para dormir un poco más- me contestó, a lo que reí, ya que casi siempre hace eso cuando está cansado.
Comí todo lo que me sirvió y fue cuando vi a mi papá bajar con la mochila de mi hermano...como siempre.
-Buenos días papá- saludé recogiendo mis platos.
-Buenos días- saludó dejando la mochila de mi hermano en la mesa -¿Ya estás lista? Se nos hace tarde- dijo mirando el reloj de la cocina.
-Voy a lavarme los dientes- dije antes de subir las escaleras rápidamente, escuchando el grito de mi papá para que Marcelo se despierte y baje.
Me lavé los dientes a toda velocidad y bajé corriendo las escaleras, tomando mi mochila.
-Ya te están esperando Angélica- dijo mi mamá -¡Adiós!- exclamó para que la escuchara.
-Adiós mamá, te quiero- dije corriendo escaleras abajo. Salí por la cochera subiéndome al carro donde mi papá me esperaba.
-¿Lista? Te tardaste mucho- dijo cerrando el la cochera.
-Lo lamento- contesté mientras aceleraba para ir al colegio.
Cuando llegué al colegio, le di un beso a mi papá antes de bajarme. Lo sé muy cariñosa con mis padres, pero si no puedo ser buena estudiante, al menos quiero ser buena hija. Subí las miles de escaleras para al fin llegar al patio donde se hacía la formación. Vi a Melody (una de mis mejores amigas y parte del ET) y fui a donde ella.
-¡HOLAAA!- le grité haciendo que saltara del susto y me diera un golpe amistoso.
-¡Estúpida, me asustaste!- dijo "enojada" para luego abrazarme, lo que hizo me reír. Melody era rubia, ojos miel y un poco gordita, eso le ha dado muchos problemas consigo misma, pero siendo sincera a mi no me importa.
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Hija de un Mafioso
Novela JuvenilAngelica Wilson una chica de 16 años. Una chica seria, reservada, desafiante y contestona para el publico; divertida, simpática, cariñosa, risueña, chistosa para sus amigos. A vivido con su madre, padre y dos hermanos. Su vida estaba lejos de ser un...