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Te dieron unos días de descanso, más de los que comúnmente te dan. Me sentía feliz y emocionado, saldríamos como antes lo solíamos hacer.

Una salida solamente tuya y mía, a pesar de que nuestros amigos de toda la vida te insistieron en salir y festejar juntos cualquier cosa que se les ocurriera, te negaste. Fácilmente dijiste que no podría ser, que en otra ocasión sería con ellos, que lo único que querías era estar a mi lado y yo me sentí el hombre más amado del mundo.

¿Sabes? Pensaba que por tener un trabajo así podrías volverte frío y olvidar todas aquellas palabras que salías decirme remplazandolas por unas huecas, pero no fue así, tu amor seguía creciendo así como el mío hacia ti.

- Hay una mesa por allá - me hablo al oído tomándome por mi cadera. Asentí y comencé a caminar entre la gente hasta llegar a la mesa. - Pediré algo de tomar - de nuevo asentí

Mi cabeza baja y subía al ritmo de la música mientras te esperaba, un chico se acercó a la mesa.

- ¿Estás solo o buscas compañía? - brinque un poco al verlo tan cerca.

- ¿Te quitas o te quito a golpes? - le dijiste al oído y por lo cerca que estaba logre escuchar también, como era de esperarse el chico se alejo, tu rostro molesto da demasiado miedo pero para mi siempre ha sido lo más lindo que he visto.

- Celoso - rodee con mis brazos su cuello y él mi cadera.

- No, no lo soy. - besé la comisura de sus labios, me acerque a su oído - Flaco ¿Recuerdas cuando coquetee con chicos para ponerte celoso y tú en realidad lo estabas?

- ¿Cómo olvidarlo? - me a pegaste más a ti - Eres demasiado bueno en eso - me besaste.

Regrese a su oído - Pensé que me dejarías, pero no lo hiciste.

Te reíste - Aquella vez fue culpa mía, te había hecho enojar, y aunque no lo hubieras hecho por eso... no te hubiera dejado.

- ¿Por qué? - comenzamos a movernos de un lado a otro.

- Porque ya te amaba demasiado como para dejarte por algo como eso, quizás y te obligaría a que me miraras solo a mi.

Te di un corto beso - Siempre te miro a ti - Pegue mi frente con la tuya. - Sí, hubo muchas cosas que no hiciste, pero tu me amaste, me protegiste.

- Te amo, te protejo, siempre será así, bebé.

Esas palabras tuyas siempre quedarán en lo más profundo de mi corazón. Cada vez que me quedo solo de nuevo viendo por la ventana si llegarás el día acordado trato de recordar una y mil veces esas palabras, pues mi corazón se siente vacío y olvidado, se que no es tu culpa pero tampoco es culpa mía extrañarte de esta manera.

Fue por eso que decidimos casarnos ¿No? Ya teníamos una relación bastante larga y ambos odiabamos no poder vernos como queríamos, así que me lo propusiste, y te acepte sin pensarlo ni un minuto, anhelaba tener esa vida a tu lado, experimentando todas esas facetas que el matrimonio nos brindaba, negativas o positivas, pero eran obstáculos que queríamos enfrentarlos juntos y lograr mantenernos como siempre.

Muchas cosas no hiciste, pero muchas cosas me diste y estoy feliz con cada uno de esos días.

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But You Didn'tDonde viven las historias. Descúbrelo ahora