De acuerdo a los antecedentes entregados, el diario de vida hallado corresponde a lo que ocurrió en el año 20xx,... la extraña cólera que sacudió el mundo y cambió para siempre...
Escritos de un diario de vida
30 de Abril
Nadie sabe cómo empezó todo esto. Solo sé que comenzó con una particular melodía en boca de extraños, llegando a reproducirse en varios lugares del mundo, incluso aquellos rincones obscuros que permanecían olvidados por la mente humana.
Al principio se creyó que era una canción de moda, que como toda canción de moda deja un coro y un ritmo pegajoso, uno empieza a silbarla o a tararearla, de inmediato.
05 de Junio
Entonces creímos que era algo sencillo. Pero hablando un día con George (uno de las personas de nuestro grupo) me explicó la trágica pérdida de su padre.
Iba a comprar al mercado algo para comer, había poca gente esa mañana y un frío inusual atestaba las calles.
Antes de entrar con su padre al local, sintió que su viejo se detuvo repentinamente, y apretó fuerte su mano. George se volvió y vio a su padre que quedaba paralizado y mirando fijamente un punto, como si viera algo que lo tomara por sorpresa. Estaba con la mirada perdida y entonando una extraña melodía. Le preguntó que le estaba sucediendo y nada. Lo zamarreo, le gritó y hasta le pegó sin resultados. Solo seguía con una sonrisa estúpida y entonando esa melodía más fuerte. De hecho comenzó a mover los brazos al son de la sinfonía que salía de sus labios. Comenzó a caminar lentamente sin perder el ritmo y se alejó perdiéndolo para siempre.
Al relatarme George lo sucedido lloró un poco.
A mí me parece que viendo la realidad global hay que prepararse para lo peor.
12 de Julio
Muchos huyeron por la carretera buscando un refugio, era el miedo a que de alguna manera se contagie. Eso nadie puede saberlo, lo del contagio digo... y debido a que quedamos sin tv, radio, periódicos, etc. Mucho menos podemos saber si hay científicos trabajando en ello.
Me pregunto si esa sinfonía la inventó alguien y sin saberlo al tararearla produce un efecto en el cerebro que conduce al trance total.
Peter cree que es una manipulación extraterrestre, que la melodía fue impuesta por ellos para tener control total de nosotros y así abducirnos.
Ya no se que pensar, ahora nos encontramos en un taller mecánico. Somos 9 personas, entre ellos: George y Peter que ya mencioné; sigue Linda, Robert y su hijo Joseph de 6 años, también están Phil y Martha un viejo matrimonio, y por último, Paul que es un pastor del campo. Yo me llamo John y dejó constancia con estos escritos que existimos y que intentamos sobrevivir a esto. También para decir que no nos rendimos fácilmente ante este Apocalipsis. Hay ratones pequeños que nos siguen y comen por ahí. A lo mejor están esperando que caigamos de cansancio para empezar a comernos.
23 de Julio
Ha pasado harto rato y ya va a amanecer pronto. Algunos durmieron sobre un viejo tractor, uno de color rojo que se encontraba afuera del taller. Otros, nos mantuvimos despiertos, es que nos aflige que en el sueño podamos, de una manera inconsciente, entonar esa melodía y no despertar jamás.
28 de Julio
Es de día y empezamos a caminar por los campos. Nadie comenta nada.
Por los largos campos hay mucha siembra de maíz. De lejos parece algodón amarillo, no se ve mucho entremedio.
Avanzando hacia el horizonte, entre las hierbas, encontramos a una anciana. La vieja no era vidente, sus ojos poseen una cornea gris clara. Ella balancea sus brazos al compás de aquella melodía, sinfonía tarareada que pronuncian sus labios sonrientes. Sus dientes son extrañamente tan blancos y tan bien formados. Su largo vestido de seda, claro y casi transparente, me hace pensar en un hada.
Es la primera vez que siento un terrible escalofrío al observarla. Me pregunto si ella puede vernos, si es que en su mente nos pide a gritos que la liberemos sin resultado. Debo decir que la escena es tétrica y no hay palabras para describirla bien. Tengo miedo. Definitivamente, esto me ha afectado.
Muchos lloran en silencio. Yo por lo menos no tengo nada que perder.
Esta atardeciendo. Hay un viejo árbol, con un tronco enorme. Creo que dormiremos bien ahí.
02 de Agosto
Al otro día me encuentro con que el grupo quiere dividirse. Unos creen que es mejor volver a la ciudad, yo creo con el resto que es mejor alejarse de todo.
No nos pudimos poner de acuerdo y el grupo finalmente termina cortándose. Solo quedamos George, Linda y yo. El resto se largó.
A veces pienso que andaría mejor solo. Funciono de una mejor manera así. De esta forma si tengo que salvarme no pienso en el de al lado. Por algo moral, o lo poco que me va quedando, no podría abandonar a Linda... ni a George.
06 de Agosto
Caminando por el campo se hace de noche nuevamente. Hemos llegado a un viejo molino. George no quiere quedarse y desea seguir. Pretende encontrar más gente, pero esta vez con respuestas sobre lo que ocurre. Yo me niego y Linda igual. George se despide con un fuerte abrazo prometiendo volver si es que le va mal.
Luego de que la oscuridad acaeciera, Linda y yo estamos muy abrazados y tranquilos. Luego de un rato en silencio, Linda me pide que hagamos el amor. Dice que debiéramos hacerlo para sentirnos más vivos. Yo pienso que es una mala idea. No deseo apegarme a nadie, pero pensándolo mejor, Linda es más débil que yo y no puedo ser tan frío con ella. Además Linda sería una buena mujer, si es que alguna vez pudiéramos arreglar todo esto, me quedaría con ella.
Al terminar, se duerme en mi brazo y me dice que se siente segura conmigo. Yo pienso que quizás esta acción debilitó mis fuerzas. Me encuentro menos firme. No deseo flaquear y trato de olvidarlo.
Esa noche sueño con aves. Aves blancas cruzando los cielos. Es tan hermoso, casi no hay partes celestes que observar. Sólo una bandada de aves surcando el cielo y con su canto: una promesa, una esperanza. Saldremos de esta me digo.
07 de Agosto
Me despierto con la sensación que es hora de avanzar solo. No quiero despertarla. Trato de levantarme sin hacer ruido. Ella se mueve. Al parecer, se percata que algo intento. Repentinamente, se da vuelta y me toma con fuerza los brazos. Su cabeza se inclina y observo que sus ojos lloran. Ambos se emblanquecen. Su cuerpo rígido, con las venas marcando su cuello me toman la cabeza. Ella se acerca a mi oído y comienza a entonar una melodía que me es familiar.
FIN