Primeras balas.

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Tras ello comenzamos a andar a través de el parking. Caminando escuchabamos sirenas por todas partes, conductores por todas partes y por ellos, accidentes. Se acercaba a toda marcha un a moto, pasó al rás, y se oían gritos de personas y yo solo pensaba que a partir de ese día, tendríamos una nueva vida, tenía un nuevo hermano y debía protegerlo.
- ¿Que necesitas cojer en el coche? - susurró.
- Pues una mochila que hay, y un arma, necesitamos protegernos ¿Entiendes? - ni si quiera le miré.
- Si, lo entiendo... por cierto ¿Estas bien?
- Bien... no, tampoco mal, sin mas, estoy.
- Ah bueno.- apartó la mirada.
- Oye, hagamos una promesa.- le miré-. Si por algun motivo a alguno de nosotros dos nos muerden...
- Ajá...- interumpió
- Se lo diremos al otro.
- Si, claro, lo entiendo.- entonces pasó un coche que llevaba un zombi encima golpenado la luna, el coche iba en eses (S) y a poco nos atropella, cogí a Lander y lo lanzé al otro lado de la carretera, yo me aparté aunque me golpeó, pero seguía ilesa. Lander se lanzó hacia mi y me abrazó.
- ¿Estas bien? - dijo medio llorando.
- S...si...- tartamudeé, el sonrió-. ¿Y por que tanto amor así de repente?- le pregunté.
- Por que te quiero, eres ya como una hermanita para mi-. Yo le miré y le puse sobre mis hombros-. Yo pienso igual-. Subí la cabeza para verle y el la bajó, reímos juntos.
Al llegar al coche tube que romper algun cristal para abrirlo, ya que las llaves estaban con mi padre. Pensé y miré al rededor, vi un cartel enorme en el apartamento que se había quedado en llamas ponía "¡No pasar, caminantes¡" y me fijé si habia de ellos por alrededor, al no ver ninguno, golpeé fuertemente el cristal y lo rompí. Empezó a sonar la alama moy fuertemente. Cogí la mochila y un llavero de una foca de cuando era pequeña. Me guardé las lágrimas, lo colgé de la mochila y me metí dentro de el coche. Apagé la alarma. Abrí una caja gracias a la llave que había en un espacio de la puerta de el coche. La abrí y me sorprendí al darme cuenta de que sí había un arma, la tomé. Comprové y solo tenía tres balas en ella.
- Oye, despues de esto... ¿Podemos ir a comer algo? Tengo hambre-. interrumpió bajando la cabeza, con cara triste.
- Claaaro, aqui muy cerca hay un puesto de chucherias y cosas de ese tipo, ahora vamos-. dije abriendo la puerta.
- Wiiiii-. dijo alegre. Salí con la pistola entre las manos y el se sorprendió.
- No te preocupes, a ti nunca te haré daño-. permaneció en silencio y caminamos hasta el camión con la comida.
- Bueno ¿Y que quieres?
- Me da igual...
- Bueno igual mejor llenamos la mochila, ya que igual no encontramos mas comída en días -. dije mirandole y alargando la mano y poniendo la pierna sobre la repisa para alcanzar un bote de algodón de azucar. - Seguro que te gusta-. le sonreí. -. Sujeta un momento la pistola.
- V....vale -. dijo indeciso.
- Ya sabes que no es para jugar no-. agarré el bote. Lander se alejó bruscamente.
- ¿Que pasa? - el agarró fuertemente la pistola, y me apuntó.
- ¿Que haces? Lander, NO -. grite histérica y solté el bote.
- Silencio -. dijo susurrando, y seguidamente disparó. Me sorprendio al compribar que no me había rozado la bala. Había un caminante detras mio.
- D... dios, Lander. N... no se que decir-. dije mientras bajaba de el mostrador.
- Lo tenía que hacer ¿No? Lo siento.
- No, no nooo, lo siento yo, debería de haberme fijado. De verdad, gracias-. lo abrazé de nuevo.
- Me encantan tus abrazos-. me dijo al oído.
- Que bien me caes -. le sonreí cogiendo el bote de algodón.
- ¿Te puedo llamar hermanita? - peguntó. Yo me reí.
- Claro que si-. abrí el bote y se lo di-. Anda, come algo.
- Gracias, hermanita-. dijo riendo. Yo tambien reí mientras cogía todo lo que entraba en la mochila de la "tienda".
- Bueno, creo que no e muy seguro dormir aqui ¿Sabes algo de tu madre?¿Donde vive? Em-. pregunte, a lo que el le... molestó, no contestó y se dio la vuelta y empezó a caminar enfurecido.
- Lo... lo siento, yo... yo solo preguntaba, no era mi intenci...
- ¡NOS ACABAMOS DE CONOCER! Ya te he cogido cariño y tu quieres más y más ¿Y si ts pregunto yo que? EEH, ahora no gusta ¿Verdad? Pues callate, no preguntes esas cosas-. dijo muy muy alterado.
- Yo... lo siento de verdad -. me acerqué para abrazarlo pero se apartó.
- ¡NO¡
- Joder, perdon, ya buscaremos algun sitio aqui, no te vuelvo a preguntar sobre ello.
- Ni se te ocurra hacerlo.
- No, lo juro -. miré alrededor con esperanzas de buscar algun sitio para descansar. El centro comercial estaba abierto de par en par y decidimos ir ahí. Al entrar cerramos la puerta de metal con un candado que había. Pero al escuchar golpes pensé que no era totalemente seguro. Dejé la mochila y el arma en el suelo.
- Enseguida vuelvo, no nos quedaremos aqui si no es seguro-. le dije.
- Vale pero ¿No te vas a llevar nada? -preguntó.
- Mm no, la verdad, tu estarás menos protegido así que necesitas mas proteccion, mira ¿ves esa tienda? - le dije señalando una tienda de ropa.
- Si ¿Por?
- Entra ahí y no salga ni te mueva hasta que yo vuelva a no ser que sea totalmente necesario.
- Vale, pero yo ya se cubrirme las espaldas.
- Aún así, ten cuidado, no quiero qu pase nada el primer día-. caminé en direccion contraria a la tienda, siguiendo el misterioso sonido de los golpes. Había escaleras que se dirigían abajo, todabía había una planta subterranea. Las luces no funcionaban de el todo bien pero aún así estaba iluminado. Oí un ladrido y me paralicé en la mitad de las escaleras. Al bajar de el todo, detras mio había como quince caminantes. De nuevo, se me cortó la respiración. Estaban golpeando una puerta de cristal, sabía que no aguantaría. Oí otro ladrido, pero esta vez mas agudo, como si estubiera asustado. Ví tras el cristal dos personas. Un adulto al parecer, y al otro no me dio tiempo a analizarlo. Quería ayudarles y dí un paso adelante, aunque pensando que no tenía armas. Esa decisión fue la peor entre muchas. Había un machete alargado, lleno de sangre y a mi derecha en el hueco que yo tenía punto ciego un caminant en el suelo, salió y me agarró de el pie. Sin dudarlo cogí el machete y al levantarlo me di cuenta de que los demás caminantes me escucharon, la mayoría estaban girados. No tuve tiempo para reaccionar. Me quité la bota y se me rasgó el calcetín. Pero aún así yo fui hacia arriba, subí las escaleras clavandome las esquinas de los ecalones. Y cuando por fin me encontraba arriba, habia una maquina espendedora, la empujé con todas fuerzas para bloquearles el pasó. Corrí hacia la tienda en la que estaba Lander. Escuché un disparó y ya me puse de los nervios. Corrí lo mas rapido que podía. Como si fuese el fin de el mundo. Alzé el machete y al entrar en la tienda me encontré a uno sobre Lander, le clavé el machete en el pecho y lo tiré al suelo.
- ¿Estas bien? - dije agotada y nerviosa.
- S... supongo-. respondió. Salí de la tienda y ví que los caminantes estaban pasando sobre la máquina.
- Dame la pistola -. le grité.
- Ya... eh... solo queda una bala.
- Una es suficiente, tu damela-. dije con tono enfadado, el me la dió. Disparé al cristal de la tienda en la que estabamos, cogí a Lander de el brazo y salimos fuera. En parte me sentía bien por a ver ayudado a los que estaban encerrados. Ahora no teniamos lugar a dond ir.
- ¿Y ahora que? -preguntó Lander mientras bosrezaba.
- Bueno, la única opcion ahora es sobrevivir. Creo que había un pueblo aqui cerca, no creo que sea peor, mañana cuando amanezca iremos a la ciudad.
- De acuerdo -. me dió mi mochila y la tomé me la puse y en el bolsillo de la esquina guardé el machete.
- Vamos-. suspiré.

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