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Capítulo 18

Narra Steven

Mientras pasan los 10 minutos más incómodos de mi vida, trato de recordar lo que paso ayer después de salir del bar pero no recuerdo nada, solo recuerdo que llegue acá y llame a Amelia pero luego de que me subieran a su cuarto no recuerdo nada más. Escucho la puerta de entrada abrirse y veo a la madre de Amelia, subiendo enojada luego de eso se escucha ruido, y bajan las escaleras, Alexander se queja ya que su madre Lo tira de la oreja.

-Te he dicho que te dieras prisa.

-Pero si solo me estaba poniendo perfume- contesta mientras se sube el cierre del jeans.

-Como sea vámonos o llegare tarde- dice mientras lo empuja hacia la puerta- adiós, tengan mucho sexo, tú padre llegara tarde y yo igual- dice saliendo pero se devuelve- y el Alex, obviamente no dejare que llegue a molestarlos.- dice cerrando la puerta.

-¿Y ahora que hacemos?- pregunta Amelia yo me encojo de hombros ella se apoya en mi hombro. Siento mi celular vibrar lo saco y es un mensaje de María.

María:

Mí tesoro, ven hoy al bar para que podamos hablar, tu padre esta arrepentido.
Marjorie te extraña, dijo que le haz prometido venir hoy, te esperamos... Y te amamos.

-¿Quieres ir a dar una vuelta?- le pregunto guardando mi celular.

-Claro, ¿A donde?- pregunta sin sacar la mirada del televisor.

-A bailar- respondo y ella me mira- salsa- respondo antes que pregunte a donde- ve a cambiarte.

-Me iré a duchar- yo asiento y ella sube a su cuarto. Yo decido llamar a María.

-Steven- saluda ella feliz- ¿vendrás hoy verdad?

-Si, iré- respondo.

-¿A que hora llegaras?- pregunta ella feliz.

-No lo se- respondo seco.

-¿Sigues enojado?- pregunta triste- tu sabes que tu eres todo para mi- dice llorando- no, nos dejes de nuevo.

-Hablaremos después, adiós- digo.

-Esta bien- contesta ella soltando un suspiro, corto la llamada.

-¿Estaré en lo correcto?- me pregunto en voz baja. Luego de media hora Amelia baja con un vestido rojo que le llega a medio muslo y se ve radiante.

-Estas hermosa- digo mirandola de arriba a abajó. 

- lo se- dice y me guiña un ojo.

-¿Estas lista?- pregunto.

-No, a un me estoy duchando- contesta ella riendo.

-Entonces, tienes que dejarme que te lave la espalda- digo en tono coqueto.

-Eres un pervertido- dice en el mismo modo, la siento en mis piernas y veo como se le sube el vestido, ella me besa.

-Será mejor que nos vallamos- digo cuando paramos para tomar aire- Tenemos que ir a mi casa para que me pueda duchar- digo y la saco de encima de mis piernas.

-¿Conoceré tu casa?- pregunta sonriendo.

-Si, a menos que tu no quieras- digo y me encojo de hombros.

-Claro que quiero- contesta- ¿Veremos a tus padres?- pregunta y veo que se calla de inmediato.

-Si- digo tratando se sonreír- pero los veremos en la salso-teca.

-Está bien- contesta ella.

(...)