capitulo 9

4.2K 154 6
                                    

El molesto sonido del teléfono perforó en su cerebro,y dando un salto se incorporó en la cama.

-¿Dígame? –su voz ronca por el sueño le resultó extraña.

-_____, soy Oriannys.

Rápidamente, sintió el sueño y la pesadezapoderarse de su cuerpo, soltando un suspiro se dejó caer un poco hacía atrás,y se apoyó en las almohadas de la cama.
-Hola
Oriannys...-dijo muy débilmente.
-¿Te he despertado? ¡Oh, lo siento, cariño, nosabía que dormías! –exclamó la
morena através del a línea.
-No grites –pidió _____.
-Bueno, perdón, ¿tienes resaca? ¿saliste de fiestaayer? Es la una y media, no pensaba que estuvieses durmiendo a esta hora.
-¿La una y media? –preguntó asombrada, y abrió losojos rápidamente.
-Si, pero bueno, da igual, sigue durmiendo tú quepuedes, sólo te llamaba para saber como iba todo.
-Mmm... como siempre.
-¿Y mi hermano?
_____ reaccionó. Y buscó a su alrededor a
Omar, se descubrió sola en la cama, y una especie dedecepción de apoderó de su cuerpo. Pero no debía de sentir nada por el estilo.
-No sé.
-¿Qué? ¡Ya voy! –gritó la
morena, hablando con otra persona- Tengo que colgar,_____, después llamo.
-No hace falta, no soy una cría.
-Lo sé, pero bueno. ¡Voy, voy! Me tengo que ir.Hasta luego.
-
Oriannys...
-¡Ah, una cosa! Te llamaba para decirte que me voya retrasar una semana más.
-¿Qué? –pi, pi, pi... El sonido de la línea cortadasonaba en su oído. _____ se quitó el auricular de la oreja y miró el teléfonocomo si fuera algo extraño. Después colgó.
¡Maldita seas!, pensó. ¿Cómo que se iba a retrasaruna semana más? ¿Cómo se atrevía a dejarla una semana sola con aquel hombre quele había echo el amor toda la noche?
Ese hombre que la había dejado tan cansada que lehabía dado la una y media de la tarde durmiendo.
Dios santo. ¿Y donde estaba ese hombre?

-Al fin se levantó la dormilona –la voz risueña ysensual de
Omar la hizoincorporarse en la cama. La sabana cayó destapándola- Bueno... si me recibes así,me olvido del almuerzo, y vuelvo a la cama contigo.
_____ miró hacía abajo, y vio sus pechos con suspezones erguidos para él desnudos. Enseguida se tapó.

-Mmm...
-¿No vas a decir nada más... uhm... con más sentido?
-Buenas tardes...
-¡Y tan buenas! –dijo acerándose a ella con unasonrisa picarona en la boca- ¿Qué tal has dormido, castaña?

Sin poderloevitar una tonta sonrisa apareció en su rostro, mientras él lo acariciaba.

-Bien... -contestócon la sonrisa, aún dibujada.
-Así me gusta, que sonrías...
Él se inclinó sobre ella, y acarició los labios de_____ con los suyos. Ella suspiró.
-
Omar...
-¿Mmm...? –un murmullo bajo, sensual, que la hizoestremecerse.
-Ha llamado
Oriannys.
-Mmm... lo sé.
-¿Lo sabes? –preguntó sorprendida.
-Ahá... fui a coger el teléfono antes que tú para queno te despertases, pero cuando descolgué estaba mi hermana diciendo que eraella.
-¡¿Me has espiado?!
-¡No! –contestó él, riendo por la voz con sorpresade ella- ¿
estabas hablado de mi?–preguntó con curiosidad y divertido.
-Pues no...
-¿Seguro?
-Me preguntó por ti... -dijo ella.
-¿Y?
-Se tuvo que ir.
-Uhm...
-Es la verdad.
-Claro...
-¡Oye que es cierto! –se defendió ella.
-¿Y quien ha dicho lo contrario? –preguntó élenarcando una ceja.
-Tú...
-Yo no he dicho nada, pequeña, así que no digascosas que no he dicho.

_____ se dio lavuelta en el colchón y se puso de lado.

-No tengo ganasde discutir –dijo- voy a seguir durmiendo.
Omar tuvo que morderse el labio para no reírse acarcajada limpia, ella no estaba enfadada, ¿no se daba cuenta de que mentíafatal? Su expresión corporal lo decía todo. Estaba indignada, incómoda. Enparte se sentía bien, pero se sentía extraña. Y no sabía como afrontar todoaquello.
Cosa que
Omarno entendía en absoluto. Habían pasado una noche... muy placentera, el muydebería de ponerse con mayúsculas. Aquella mujer era increíble, y él habíadisfrutado como un crío. Mentira... como un crío no, como un buen adulto. El sexohabía sido increíble. Más que eso.
Pasó el dedo por la espalda de _____ siguiendo laseñal de la columna vertebral.

-Bueno –murmuró mientras su dedo descendía- Siquieres dormir, me iré yo solo a comerme el almuerzo que estoy preparando.

Las tripas de_____ crujieron, y ella se sonrojó. Omarvolvió a morderse el labio e ignoró el ruido.
Su dedo continuo descendiendo hasta llegar a laparte más baja de su espalda, y después de detenerse unos segundos, volvió acomenzar el camino, esa vez hacía arriba.
Una vez llegó al cuello, se inclinó sobre ella y lebesó el hombro, acercó su boca al cuello de ella, y subió hasta alcanzar suoreja.

-Duerme bien, muñequita –susurró. Y levantándose,la dejó sola desapareciendo por la puerta.

_____ oyó la puerta cerrarse y se giró hacía ella;estaba sola en la habitación. ¡La había dejado sola!
Bueno, ¿y ella que le había dicho? Que queríaseguir durmiendo ¿no? Entonces, ¿De qué se quejaba?
Aún podía sentir la caricia de su dedorecorriéndole la columna vertebral. Su cuerpo se estremecía ante el solopensamiento de
Omar tocándola, pormuy breve que fuera ese contacto. Aquel hombre la hacía temblar.
Cerró los ojos e intentó dormir, de pronto, teníacalor. Buscó los bordes de las sábanas y sacó los pies por los extremos. Ya notenía calor. Pero se sentía incómoda, y comenzó a girar sobre su enorme cama.Tan grande que se sentía sola.
Cerró los ojos de nuevo, y apretó los puñosaferrándose a la almohada cuando la imagen sonriente de
Omar apareció ante ella.
-Te odio –refunfuñó.
Mentira...
-¡Cállate! –gritó para si misma. Volvió a rodarsobre el colchón intentando conciliar el sueño. Algo que parecía imposible enese momento.
Harta de todo; harta de
Omar, harta de si misma, retiro las mantas y seincorporó en la cama. El estómago le crujió de nuevo y tuvo que reconocer quetenía demasiada hambre como para dormirse sin más.
Y es que era normal, después de todo el ejerciciopracticado que estuviera tan hambrienta.
Al levantarse, algunos músculos internos sequejaron, y ella sonrió ante el recuerdo de la noche pasada. Se metió en laducha, y al salir se vistió con unos simples pantalones cortos y una camiseta.
Aún descalza, y con el pelo húmedo cepillado, salióa la cocina para picar algo.
Se detuvo de pronto al ver a
Omar en la mesa, puesta para dos. El estómago le volvióa gruñir ante el olor de la lasaña que le golpeó la nariz.

-Siéntate –ledijo él con una enorme sonrisa en los labios- te estaba esperando.


Una Dυcнa Dιverтιda - omar y tu terminada (+17)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora