Capitulo 27

3K 149 1
                                        

MARATÓN 5/?
—Eres un tonto...— le dije riendo pasando mis brazos por su cuello y poder unir nuestros labios, sin siquiera pedir autorización, adentro su carnoso y exquisito miembro en mi boca, tanto como su miembro y el mío debatían en una pequeña guerrilla, tan satisfactoria como las caricias que Nathan proporcionaba sobre mi pierna...
—Te imaginas que tus padres llegaran y nos encontraran asi...— me dijo riendo después de separarse de mis labios
—Creo que mi madre se desmallaría, mi padre se quedaría en shock ...— le dije imaginando la escena —Pero... están a kilómetros de aquí... asi que no hay nada de qué preocuparse...— le dije mordiendo mi labio inferior.
—Eso me agrada...— dijo pícaramente atacando mis labios, lo tomaba de la nuca para dar mayor intensidad al beso y que no pudiera alejarse de mis labios, aunque estoy cien por ciento segura de que alejarse no estaba entre sus planes.
Se acomodó sobre mí, siempre cuidando no lastimarme, Nuestros cuerpos se acoplaban perfectamente, tal como dos piezas de rompecabezas. Mientras el deleitante roce de nuestros labios seguía, comencé a jugar con el borde de su playera, hasta que decidida introduje mis manos por debajo de esta y asi poder tocar su suave y tibia piel. El no tardo en hacer lo mismo, sus manos paseaban de mi cintura a mi abdomen. Nuestras respiraciones comenzaban a acelerarse, su pecho se contraía a causa de la dificultosa situación. El beso cada vez era más salvaje, comencé a subir su playera, quería deshacerme de ella y poder sentir su piel en contacto con la mía. Tuvo piedad de mi, y se separo de mis labios para sacar el pedazo de tela, -a estas alturas bastante incómoda- y la lanzo a un lado. Aproveche para cargar mis pulmones nuevamente con ese aire vital que el beso me había robado. Su lengua recorría toda mi cavidad bucal dejando ese delicioso sabor, por donde quiera que pasara. Comencé a levantarme, sin separarme de sus labios, para sentarme en la cama y poder cambiar de lugar con Nathan, cuando logre que estuviera recostado, me senté sobre su cadera y sonreí victoriosa al verlo en el estado en cual estaba, su pecho se contraía rápidamente y me miraba expectante.
Devoré nuevamente esos labios que ahora habían adquirido un intenso color rojo y un grosor más antojable de lo común.
Subía mi blusa al mismo tiempo de que acariciaba mi piel que poco a poco iba siendo descubierta, dejo de subirla hasta que llegó al inicio de mi pecho, asi que me separe de él y saque mi blusa para lanzarla al mismo lugar donde estaba la de Nathan.
Su mirada paseaba por mi torso semidesnudo, sonrojada me recosté sobre su pecho, solo que ahora mi víctima no fueron sus labios, si no su cuello. Lo besaba parsimoniosamente haciéndolo estremecer. Pasaba mi lengua e hincaba mis dientes, provocándolo soltar pequeños y sensuales gemidos, que me incitaban a continuar con mi labor. Baje dejando un rastro de besos, hasta su clavícula, donde en lugar de dar un beso, succione su piel para dejarle una marca, mientras que con mis manos acariciaba todo su bien marcado torso. Escuche su risa mientras que me abrazaba pegando aun más nuestros cuerpos, era totalmente increíble sentir su tersa piel en contacto con la mía, giro haciéndome quedar nuevamente debajo de él. —

||EL NIÑERO||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora