Hace unos meses....
Stanford entro a su nuevo hogar; una cabaña bastante espaciosa, algo deteriorada por los años que tenia, pero aun así serviría para resguardar todos los objetos y anotaciones que tendría el en un futuro. El terreno era denso, se podía sentir el olor del bosque y el viento soplar con delicadeza entre las ramas. No esperó mucho más antes de entrar dejando sus cosas en el suelo. Observó a su alrededor, sintiendo por un momento un poco de paz
Hace unas semanas
Stanford buscaba entre todos sus cuadernos y libretas un numero, a pesar de sus miles de intentos, aun no había avanzado con algo que lo mantenía muy centrado en esos dias, todos lo extraño de Gravity Falls no estaba por casualidad, sino que algo lo mantenía ahí, algo que llamaba "imán de rarezas" había sido hasta ahora el mayor reto que había tenido Stanford Pines, había pasado varias semanas durmiendo solo un par de horas y en otras ocasiones él ni siquiera dormía porque el insomnio no se lo permitía, cada día su ira y desesperación aumentaba de tal manera que el ya pensaba que su cordura iba a ir despareciendo cada vez mas hasta que un día se iba a encontrar en una calle gritando incoherencias mientras que los demás lo mirarían con desprecio, pero después de varios días logró encontrar el numero de un joven amigo; un genio enpotencia, simplemente alguien que tenía pleno conocimiento en todos los aspectos de la ciencia, si lo tenia con él, sabia que nada podría parar su descubrimiento a este gran imán y a todo el conocimiento existente, para su suerte al contactarlo el aceptó sin mayor problema, y como era obvio para Stanford, desde que su amigo había llegado para ayudarlo en todo aquello que le fuera complejo había ido en aumento, más aun su conocimiento sobre todos los misterios, por fin Stanford veía un futuro exitoso para su investigacion.
Ahora...
- ¡Maldita sea! - gritó con furia mientras botaba variados objetos que se encontraban encima de la mesa
- Stanford, ya basta, solo debemos tratar de nuevo - exclamó su compañero de estudios mientras recogía lo que Stanford había botado, se levantó y miró a Stanford a los ojos - Debemos tratar de nuevo
- ¡De nuevo, de nuevo y de nuevo! - gritó con fuerza mientras se levantaba - ¡¿Por cuanto tiempo estaremos asi?! - dijo para luego mirar por la ventana, al mirar la ventana vio el reflejo de un hombre deprimido, unas ojeras ya muy notables aparecían y su apariencia cada vez era mas descuidada, Stanford al mirarse así se sorprendió y caminó hacia atrás
- ¿Hace cuanto que no duermes? - preguntó él mientras lo miraba serio
- Hace un tiempo... - desvío la mirada para no tener que contemplarse así de nuevo para luego dejar escapar un gran suspiro
- Sal un poco, el bosque resulta ser muy relajante cuando lo deseas, camina un momento y veras como te sentiras mejor - Dijo mientras ponía su mano sobre el hombro del castaño, el miro el suelo por un momento y asintió levemente. Al salir de la cabaña un gran rayo de sol se topo con su ojos haciendo que el se tapara el rostro por unos minutos, miro hacia al frente y vio el frondoso bosque, sonrió y se adentro en el. Tantos meses que no iba a a aquel bosque, caminaba con lentitud y torpeza, miraba todo el lugar y recordaba viejos sucesos, solo bastó uno que otro recuerdo para encontrarse con que estaba sonriendo, hace meses que no sonreia, el mismo hecho de que estuviera sonriendo causo que una sonrisa mas grande apareciera, solo pensaba en como su compañero era un gran soporte para el, sin el, de seguro ya seria el demente del pueblo... Aunque tenia un serio pensamiento en que los del pueblo ya lo pensaban. Camino por varias horas hasta que decidió parar al ver algo nuevo, miro hacia al frente, una cueva bastante onda, y bastante grande para que no la haya visto antes, mas no lo pensó mucho para entrar de inmediato, al entrar solo se encontró con oscuridad, oscuridad y nada mas, toco sus bolsillos y saco unos fósforos y con ellos encendió un montón de ramas secas, al encenderlas tuvo una mayor vista de lo que tenia enfrente, era un triangulo mal dibujado en el cual tenia una inscripción "El ser que todo lo ve y todo lo sabe nunca debe ser invocado" pero para Stanford las palabras "Todo los sabe" fueron suficientes para que dijera el conjuro en voz alta, estaba realmente desesperado, necesitaba respuestas y daría lo fuera por ellas. El inicio del fin
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El Dolor De Una Ambrosia (Gravity Falls) (Billford) (Yaoi)
FanfictionSolo uno sabe hasta donde puede llegar por respuestas, por el infinito poder. Solo uno sabe cual es su precio, cual es su límite. El limite de las personas suele ser distinto, este se logra saber por su pasado y por su presente, pero todo cambia cua...