Ella sabía que no debía venir. La invitaron por pura cortesía, mejor dicho por lástima. La vieron muy sola y no tuvieron más remedio que invitarla, aunque fuera tan rara, que aburría a toda la gente con solo abrir la boca. Y no ayudaba el hecho de que vistiera de aquella forma tan...extraña, que hacía reír a todos. Era tan distinta, que asustaba.
A ella no le gustaba ser anormal, intentaba cambiarse a sí misma día con día. Se esforzaba tanto por ser alguien que no era que cansaba. Nunca lo lograba, pues no existe alguien que haya tenido éxito cambiando quien es y cómo es.
Vestía un vestido negro con detalles a color vino. Para ella era un vestido hermoso. He aquí el problema; era diferente al de todas las demás jóvenes. La miraban raro y se reían muy poco disimuladas.
Cuando ya no pudo más, se dirigió al tocador sin poder aguantar las lágrimas y se encerró en un baño. Subió las piernas e hizo lo imposible para que las lágrimas no cayeran de sus ojos.Ya un poco más calmada, salió y se observó en el espejo. Nada que no pudiera reparar, se dijo a sí misma. Quería quitar todo rastro de sufrimiento de su rostro, era demasiado orgullosa para que la vieran llorar, y puso una enorme y brillante sonrisa en su lugar. Fue tan sencillo que dolía.
Vino con una acompañante, pero a penas y le hacía caso, por lo que estaba sola, viendo bailar a las jóvenes en la fiesta, divirtiéndose.
Al cabo de un rato, sonó su canción favorita. Deseaba con todo su ser que alguien la sacara a bailar. Sabía que eso nuca sucedería. Tuvo ganas de llorar de nuevo, por lo que estaba a punto de pararse a ir al baño cuando de repente alguien la toma del brazo.
Una joven hermosa, con pelo de oro y ojos verdes le regala una sonrisa y la invita a bailar, a lo que asiente muy emocionada, queriendo llorar, ésta vez por alegría (por lo único que deberían llorar todas las personas)Al bailar, la joven le dijo, en medio del ruido.
-¿Quieres ser mi amiga?, me encanta tu estilo único y me agrada que siempre tengas una sonrisa en el rostro a pesar de que no la sientas del todo.- estaba tan sorprendida que lo único que pudo hacer fue abrazarla.
-¿porqué haces esto? Soy diferente-
-¿y eso es malo?-preguntó la joven con el ceño fruncido.-me agradas precisamente por eso. Deberías estar orgullosa de lo que eres y como eres, nunca querer cambiarlo.-después de esto, puso una sonrisa en su rostro, ésta vez, verdadera...
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Mini historias.
RandomAmor, Dolor, Alegría, Felicidad, Sufrimiento, Sonrisas, Lágrimas... ¿Qué más se podría pedir en ésta vida?