Cap11: Max.

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Capítulo 11: Max.

—¿Te encuentras mejor?— susurró la suave voz de Max.

Lo miré hacia arriba con ojos lagrimosos, una tenue sonrisa se formó en mi rostro.

—S-si... yo ya... ya estoy mejor.— le susurré mientras me separaba lentamente de él.

Poco a poco empecé a sentir que ese calor que me rodeaba se iba extinguiendo; hasta que terminó desapareciendo por completo.

—B-bueno yo... debo regresar al aula.— dije cabizbaja, para luego irme a paso rápido.

No quería ver atrás, porque probablemente me encontraría a un Max cada vez más lejos, con una expresión de dolor en su rostro, la cual no quería ver.

Al llegar a la sala de clases me senté y descanse, por alguna razón me sentía agitada, sin fuerza alguna, mi respiración era irregular, y mi corazón no dejaba de doler, no entendía el por qué, «¿Qué es este sentimiento? no puedo detenerlo...»

Me estire en el pupitre y traté de dormir para hacer que todos esos extraños pensamientos desaparecieran.

Durante el sueño.

Dos figuras que ya había visto anteriormente aparecieron frente a mi; claramente eran Ana y Mia, pero no lograba ver a Cutting.

—A-Ana... Mia, ¿dónde está Cutting?, no la veo.— susurré.

—¿Ella?, está en ese rincón.— dijo Ana apuntando a una esquina.

Me acerqué lentamente hacia aquel rincón para saber a qué apuntaba. Quedé literalmente petrificada al observar aquella figura.

Aquella figura desnutrida era Cutting, de sus brazos brotaba sangre, al igual que de sus piernas; los cortes provocados con fuerza hacían que su piel se abriera. Ella se encontraba sentada, tapando sus ojos, mientras hilos de sangre corrían por su antebrazo, como cascada carmesí; terminando en una gota, tintando de rojo el piso en donde se encontraba.

—C-Cutting... ¡¿qué te paso?! ¡¡¿¿por qué estás así??!!— pregunté eufórica agarrándola de los hombros y sacudiéndola delicadamente para hacerla reaccionar.

—Alicia... ¡¡NO QUIERO!! ¡¡no lo permitiré!! ¡no dejaré que ese chico te aleje de mi!— exclamó
agarrándome del cuello y poniéndose encima de mí.

De pronto empezó a apretar cada vez con más fuerza, impidiéndome la entrada del aire a mis pulmones. Mi conciencia se desvanecía poco a poco, lo último que veía era la expresión de dolor y sufrimiento de Cutting, mientras una lágrima rodaba por su mejilla, cayendo a la mía.

          ***

Desperté pegando un pequeño salto, miré a mi alrededor y me encontraba en clases, todos estaban en silencio.

«¿Qué... pasó?, ¿otro extraño sueño?» me pregunté al mirar de un lado al otro.

Quise preguntarles a mis amigas qué es lo que había pasado, pero no respondieron; eso me dio a entender que... probablemente, ellas no querían decirme, o darme alguna explicación de lo sucedido.

El resto del día y de la clase me la pasé viendo hacia la ventana; sin poner ni un poco de atención al profesor.

          ***

Nuevamente tocaron la campana, pero esta vez para irnos a casa, estaba completamente agotada; tomé mis cosas sin ánimo y me retiré lo más silenciosa que pude. Pero alguien se dio cuenta que faltaba mi presencia.

—¿Por qué te vas tan pronto?— preguntó la voz de Max.

—¿Qué "por qué" preguntas?— susurré fría mirándolo hacia atrás con mi capucha puesta.

—Zeeh, ¿por qué?— preguntó nuevamente como un niño pequeño.

—Tengo sueño, estoy aburrida, cansada, con flojera, esas son razones suficientes como para irme directo a mi casa.— murmuré nuevamente cortante, para luego darme la vuelta y pasar por la puerta, directo a la salida.

—Hey ¡hey!, ¡espera!— gritó la voz de Max sosteniéndome del antebrazo, —¿no quieres venir conmigo y algunos amigos? harás amigas también—.

Lo pensé por un momento, iba a decir que sí pero...

—No lo hagas, recuerda a todas esas personas que dijeron ser tus amigas, pero luego te traicionaron sin siquiera pensar en tus sentimientos.— dijo Ana haciéndome entrar en razón.

«Tienes razón, no debo confiar en nadie.»

—No puedo, no confío en los amigos, y como no confío, para mi no existen; ahora suéltame, por favor.— susurré cortante; me solté de su agarre y me fui caminando a paso rápido.

No quise mirar hacia atrás, no quería ver la cara de decepción de Max, así que solo me fui.

Al llegar a mi casa ésta se encontraba totalmente vacía, en silencio. Siempre llegaba primero que todos, ya que no voy a ningún lado como mis hermanos; solo me voy a casa, y quedarme sola hasta que ellos lleguen... es hermoso. Nunca se sabe a qué hora llegarán.

Fui a mi habitación, cerré la puerta y dejé mi mochila tirada en alguna esquina de la pieza, me saqué el uniforme y me puse algo ligero; me sentí como en casa... libre, como antes, el colegio lo sentía como un encierro eterno, pero desgraciadamente, mañana tendré que regresar voluntariamente a esa cárcel, entrar a esa celda, y... estar con Max... otro día.
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Cuerpo de Muñeca. [Ana y Mia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora