-Eres imposible, Minaliel- termine de acomodar una de mis medallas que había quedado ligeramente torcida al colocarme mi traje de gala o al menos lo que yo consideraba mi traje de gala ya que Robín no compartía mis gustos. Ja! La pobre chica intento persuadirme para que utilizara un vestido, tanto planchar su cabello le había quemado un par de neuronas también. Hoy era el estúpido baile que harían por la pronta misión que haría junto a los guardias y jefes de guardias, era una idiotez hacer un baile por cada cosa que ocurriera en los reinos, nos vamos a una misión extremadamente peligrosa de donde seguramente no saldremos vivos ¡Hagamos un baile!, hace dos días que los monstros no atacan ¡Hagamos un baile!, el príncipe verde aprendió a leer ¡Hagamos un baile!, el rey Celeste se cayó por un pozo ¡Hagamos un baile!. Por cada acontecimiento ligeramente emocionante que sucedía en este aburrido reino querían hacer un baile. Todos estos reyes eran una cuerda de fiesteros y frescos.
-Que novedad- termine de hacerme una trenza para recoger mi cabello y no llevarlo suelto como había sugerido Robín momentos antes. Me dirigí al espejo de cuerpo completo que estaba en una de las esquinas del living de mi casa, estire mi traje con las manos intentando quitar algunas arrugas y algunas pelusas que no sabia como había adquirido, mire a Robín atreves del espejo y la vi rodar los ojos.
-Es un baile Mila- hizo una pausa y me miro a los ojos atreves del espejo y pudo ver mi desespero y añadió- este baile es especial, no todos los dias te vas a una misión tan importante como a la que vas a ir en pocos dias- miro mi atuendo con desprecio y arrugo la nariz- no creo que un atuendo como..- movió su mano de arriba abajo con desesperación señalando mi traje- eso sea lo adecuado para un baile tan especial, Mila te amo.. Pero tu sentido de la moda y de la empatía son un asco y los odio.
Rodee los ojos y suspire. Habia comenzado con un discurso ligeramente lindo y termino insultándome, otra razón por lo que estos bailes me parecían un asco. Robin siempre estaba que cambiara de idea y fuera vestida como una de las princesas, con zapatillas de tacón bajo y elegante y cabello suelto y bien arreglado pero eso no pasaría. Me gire para quedar frente a ella y la mire aburrida.
-No cambiare mi traje. Ahora mueve tu culo y termina de arreglarte para que podamos volver temprano a casa- camine hasta uno de los sofás y me tire para quedar medio acostada e intentar descansar y reunir fuerzas que de seguro necesitaría en el baile.
-No- la negación rotunda y firme de Robín me sorprendió y me sobresalto. Abrí mis ojos y la mire anonadada, estaba de pie al lado del sofá donde minutos antes había estado sentada y me miraba con ojos brillantes y llenos de determinación, tenia los labios apretados en una dura línea y las manos apretadas en puños. ¿Pero que M le pasaba?. la mirada de determinada vacilo en sus ojos, sus labios se arrugaron hasta que formaron algo muy parecido un pico de pato y sus manos en puños se alisaron y paso sus palmas repetidamente por su vestido- No quiero llegar al baile y al par de horas volver a casa, quiero estar toda la noche en el baile- esta vez sus ojos estaban suplicando porque la entendiera y accediera pero dioses pedía algo imposible- las chicas dicen que despues de media noche los bailes son mágicos- puso esa inquietante mirada soñadora y suspiro antes de decir- que son como sacados de un cuento de hadas.
Tiene que estar bromeando. ¿Bromea cierto?.
¿Sacado de un cuento de hadas? Si no me estaba riendo en su cara en este momento era porque la conocía y aunque Robín podia parecer muy ruda físicamente pero era una de las persona mas sensibles que habia conocido y no queria que se echara a llorar por haberme reído de "Su baile de cuentos de hadas".
Nadie mejor que yo sabía que ella soñaba con los cuentos de hadas, princesas, amor verdadero y todas esas mentiras que solo estan en la tv y en los libros. Y como en todo cuento de hadas ella soñaba con ser la princesa y conocer a su príncipe azul (y si que era azul, ya que Robín deliraba por el príncipe Azul, el hijo del rey Azul) en un hermoso baile y casarse y tener una familia y vivir feliz para siempre y bla bla bla y cada una de las estupideces que se le ocurría a su brillante cerebrito.
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Ojos del destino
FantasíaCada uno está marcado con una gran distinción, que podría definir tu futuro. ¿El color de piel? ¿La estatura? ¿O tal vez algo tan simple como tu sexo? Jaja, nada de eso. Aunque en un pasado sí hubiera podido ser así, pero ahora las cosas han cambiad...