Capítulo VI

432 54 5
                                    





Mi padre sonrió y es una sonrisa que jamás olvidaré en mi vida, una llena de felicidad. Sus abrazos y brincos solamente me hicieron sentirme satisfecha de haber recuperado su empresa que con tanto trabajo la saco adelante.

Tighs me dedico la misma mirada.

— ¿No están jugando, verdad?

Nos preguntó.

— ¿Crees que jugaría con el corazón de mi viejo?

Respondió con una pregunta Tighs abrazándolo.

— Oh. ¿Eso quiere decir que nos vamos de este pequeño departamento? — Los tres asentimos al mismo tiempo — ¡Yo que le tome cariño a este departamento! ¡Pero es genial querido! Otra vez tendremos animalitos por dondequiera.

— Yo también querida. Pero así son las cosas. Entonces mañana contratamos al camión de mudanzas — Exclamó mi padre riendo con mi madre, me senté de nuevo en el pequeño comedor bebiendo de la taza de té caliente.

Ví a mi hermana sentarse a mi lado.

— ¿Te tienes que ir? — pregunté haciendo un puchero en mis labios. Ella torció la boca.

— Es una isla muy linda, aparte estaré en cruceros por el mundo, estaré bien. Raditz se irá conmigo también Arken, así que no estaré en peligro eso te lo aseguro. Pero tú. ¿Que harás con lo que te dijo Bardock? — me preguntó.

— ¿Vegeta? ¿Un hijo? ¡Debe ser joda! No quiero tenerlo con ese mono. Es salvaje y apenas y nos podemos ver, si estamos cerca, todo está mal ¿Tú crees que juntos y con un hijo estaremos bien? Aparte, el tal Raditz dijo que tiene novia.

— No, Raditz dice eso por qué es una guerrera de élite y es el mejor partido pero nada está dicho aún, falta unos meses para la coronación. Puedes tener citas ¡Cómo dije! Se pueden conocer mejor y en una de esas hay amor.

Negué con la cabeza dando una sonrisa de diversión.

— Bueno, cuéntame. ¿Qué pasa con la actriz que te contrato como su muñeca de moda?

— Está mañana fui a probarme unos vestidos para ella y somos de la misma talla. Cuando ella está de viaje yo iré a probarme sus vestidos que compre para ver cómo se le vería a ella — explique emocionada, ya no me faltaría el dinero pero es que estaba tan emocionada por la ropa.

Tighs se levantó, está cansada y en unas semanas es cuando se iría de nuestro lado otra vez y no sabríamos cuando volvería. Otra vez sería como hija única, me había dado tristeza ya que le tome demasiado cariño en poco tiempo. Un ruido me llamo la atención, observé dentro de mi mochila, una luz roja parpadea. El radar.

Me acaba de una energía por el monte paoz, levanté mi ceja con curiosidad, estudiando con detalle cada movimiento del radar. Lancé un suspiró apagando el radar, no quería saber más.

Tendría también que irme a dormir, el día estuvo pesado y mañana tendría que ir al departamento de Sara Winters para dejarle unos vestidos. Estuve pensando acerca de Vegeta toda la noche, en el colegio siempre está callado y antisocial más que nada, no le habla nadie más que a Goku quién siempre le sonreía a todos.

Se ve que Goku tampoco es de su agrado, pero al menos son de la misma raza y tal vez por eso lo soporta más que a los demás, según Tighs estar fuera de la tierra es una experiencia única. Los planetas que están en otro sistema solar, son lugares muy exóticos según ella.

En la mañana, tendría que perderme algunas clases para ir a dejar los vestidos y zapatos de Sara Winters. Dejé la motocicleta aparcada a un lado de banqueta y el casco a un lado, no tardaría mucho en dejar esos paquetes que pase por ellos y con la talla exacta, solo el cheque y tendría que volver al colegio rápido.

La Vida da sorpresas:Tu destino no esta escrito «En edición»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora