Prólogo

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-¡(t/n)! -se podía escuchar a Kaneki gritar mi nombre a lo lejos. Estaba en el suelo, sentía como mi corazón se rompía en millones y millones de pedazos. El dolor que sentía en ese momento, era incomparable con cualquier herida profunda que hubiese tenido, era más fuerte que cualquier cosa.

Rendida en el piso, escupiendo sangre, podía ver a duras penas a mi hermano. Quien me miraba con decepción y enojo pero la tristeza se reflejaba más que el enojo y la decepción.

Seguía escuchando como Kaneki continuaba gritando mi nombre, una y otra vez. Estaba lejos. No iba a llegar para salvarme. Mis piernas... apenas las podía mover. Mi hermano se seguía acercando hacia mi. Con su Kagune, me tomó y me comenzó a hablar.

Sentí como caí al suelo fuertemente provocando un quejido de mi parte. YaPoco a poco se cerraban mis ojos mientras seguía escupiendo sangre. Ya no escuchaba nada.

Antes de ver todo oscuro, puedo ver a Kaneki como estaba frente a mí. Con una mirada alterada y preocupada. Creyendo que iba a morir, trate de decirle algo que no llegué a hablar con el.

-K-Kaneki... -dije mirándolo com una sonrisa forzada. El puso su mano sobre mi mejilla, mientras me acariciaba allí. También tomó mi mano e hizo lo mismo. A duras penas puse una mano, que estaba cubierta de sangre, en su mejilla dándole, lo que supongo que será lo ultimo que haga en este mundo, el adiós.

Mis ojos se cerraron lentamente. Escuchaba como el gritaba mi nombre desesperado y también como pedía ayuda. Podía sentir como varias personas me subían a algo. Escuchaba como decían que me subieran a la camilla. A mi y a mi hermano.

Eso fue lo último que pude escuchar.

-Shiro-

No Sufras Sola -Kaneki y Tú-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora