No Sufras Sola -Kaneki y Tú-

Capítulo 1 | Peligro

Estaba en el auto, junto a mis padres y a mi hermano, Kenji. Nuestros padres nos dijeron que hoy íbamos a salir de paseo a la ciudad de Tokio. Con Kenji gritamos de alegría. Casi parecíamos niños. Actualmente tenemos 18 años. Pues si, somos mellizos y nos llevamos muy bien.

El nombre de mi hermano quiere decir "Segundo Hijo" ya que, entre los dos, soy la mayor.

Pasamos una tarde hermosa el día de hoy. Llegó el horario de la merienda y mis padres decidieron que, antes de irnos de vuelta a casa, debíamos ir a merendar por aquí. Llegamos a una cafetería llamada "Anteiku". Habían muchas personas merendando allí y muchas personas que atendían. Pero había alguien que llamó mi atención. Un chico de cabello color negro o, siendo más justo, color azabache, con un parche en su ojo izquierdo y el otro ojo de color gris. Llamó tanto mi atención que no paraba de mirarlo. Luego una chica me saca de mis pensamientos. Era una chica de cabello corto y de color violeta y ojos del mismo color. Bueno supongo que ambos lo eran porque su ojo derecho estaba completamente cubierto por su flequillo. ¿Había una manía aquí para que todos tengas un ojo cubierto?

-¿En qué puedo servirles? -pregunto aquella chica que, por lo que veía, trabajaba aquí

-Cuatro cafés, por favor -dijo mi madre. ¿Desde cuándo pedí un café?

-En seguida se los traigo -dijo aquella chica retirándose. Yo sólo miraba a mi madre.

-Madre... Nunca pedí un café -le dije. Ella solo me miraba... ¿Decepcionada?

-¿Qué acaso te volviste anti-café, (t/n)? -me pregunto seria. Negué nerviosamente con la cabeza- Entonces no le veo problema a la situación -iba a hablar pero la chica de pelo violeta trajo los cafés. No paraba de mirar a mis padres y a mi hermano

-Que lo disfruten -todos asentimos en señal de agradecimiento. Ella se fue con aquel chico del parche en el ojo, un niña de pelo corto marrón claro y un chico que tenia el pelo alborotado y era de un tono amarillo tirando al naranja. Era algo raro, pero si notan a que traía lentes. Se ponían a hablar sin parar de mirar a nuestra mesa. No le di importancia y seguí tomando mi café.

(...)

Me quedé dormida. Un repentino freno del auto me hizo despertar agitada. Pensé que habíamos chocado pero me lo imaginé todo.

Mis padres y mi hermano estaban despiertos pero no inmutaban palabra alguna. Kenji, parecía enojado y algo triste, pero mis padres... parecían desilusionados. Comencé a asustarme.

-(t/n) -dijo mi padre seriamente- Ya llegamos -finalizó. No dijo nada más. Mi madre asintió. Y Kenji bajo del auto. Solo. Yo solamente lo seguí a el.

Me di cuenta de que no estábamos en casa. Seguíamos en Tokio. Pero era de noche, las calles desoladas y ni había ni un alma allí.

Me asusté.

Kenji, tenia los puños cerrados. Estaba muy enojado. Yo me acerqué a el despacio.

-Kenji -dije tocando su hombro. El se giró rápidamente con una expresión muy enojada y triste. Yo me asusté de su acción- ¿Qué está pasando? -dije a penas con un hilo de voz. Mi hermano no respondía. -¡Kenji! ¡¿Qué está pasando?! -le grité. Estaba tan asustada que no comprendía nada de la situación.

El solo dijo. "Lo siento..." con un hilo de voz. Yo me asuste cada vez más. Porque el entró al auto y se fueron sin mi. Comencé a correr y correr detrás del auto pero no los alcanzaba.

Acaso... ¿Me habían... abandonado?

-E-Esto n-no puede s-ser... -susurre. Me quedé inmóvil. Unas cuantas lágrimas salían de mis ojos. Estaba asustada, triste y confundida. Pero la tristeza ganaba sobre todas las demás emociones.

(...)

Pasaron las horas y estaba caminando sin rumbo. Pregunté a una persona que me crucé la hora, eran las 23:48pm. Mi celular estaba apagado. Sin batería, no podía llamar a nadie.

Vi un callejón. Tenia miedo pero necesitaba pasar por ahí. Algo me lo decía. Sentía que no debía hacerlo pero... lo hice. Entré sola a callejón.

Todo estaba tan oscuro. No podía ver nada. Pero luego. Veía un sombra y escuchaba ruidos extraños. Me asusté. Pero no hice caso al miedo que me recorría por todo el cuerpo. Necesitaba ayuda. Camine hacia esa persona.

Cada vez que me acercaba escuchaba más ruidos aún. Hubo un momento que esa sombra desaparece. Estaba aterrada. No sabia que hacer.

Al cabo de unos minutos y me quedé en el mismo lugar. Luego escuché un ruido a mi derecha. Giré mi cabeza en dirección de donde provenía el ruido. Caminé hacia el, pero sentí como pise algo. Me agaché y tome lo que había pisado. A penas podía ver pero, en cuanto vi y sentí que era lo solté inmediatamente. Había pisado una mano cortada. No era de mentira, era real. Me comenzaba a asustar cada vez más.

Me eché a correr y sentí como algo me agarraba. Trate de mirar a mi pie y era un Kagune. Si, sabía que era. Yo había escuchado de los Ghouls que acechaban por la ciudad de Tokio. Sabía que ésta vez... moriría.

-Vaya, vaya, (t/n)... no tenia ni idea de que te encontraría tan temprano el día de hoy, One-chan -esa voz... la reconocía. Pero no la identificaba a la perfección. Comencé a llorar. Iba a morir. Lo sabía. Tenia miedo a la muerte. Luego sentí como el o ella me mordió una parte de la pierna. Di un quejido y más lágrimas salían- Pero si esto es... ¡Delicioso! -sentía como su mano arrancó otro pedazo de mi pierna. Esta vez grité.

Comencé a ver borrosa la situación. Sentí que aquel Ghoul me había tirado y caí tan fuerte que me estaba por desmayar. Pude ver como alguien golpeaba arrancó aquel Ghoul. Tenía una máscara que le cubría un ojo y era negra. Tenía también una especie de boca dibujada y un cierre sobre esa boca.

Lo último que vi fue al Ghoul que casi me mata huir. Luego me asusté porque el otro Ghoul se acercaba a mi.

Con mis fuerzas dije.

-Matame -dije entre sollozos. Quería morir. Ya me mordieron en la pierna, estaba desagrandome. No podía vivir más. Volví a llorar otra vez- P-Por favor... matame -le suplique. Luego sentí como veía todo negro.

No se so me desmaye o...

Morí.

-Shiro-