Tan Solo Un Capuccino

Capitulo 3.2

Mis padres habían ido a verme por la noche así que cuando terminamos me despedí de Lucy y Bruce. Llegamos a casa y lo único que me dispuse a hacer fue tirarme en mi cama dispuesto únicamente a dormir.

(···)

Me desperté como lo hacía cualquier otro día de clases pero como había recordado que hoy no las habría decidí dormir dos horas mas hasta las 9:30 a.m.

Me desperté después de dos hermosas horas de sueño mas (de verdad que las necesitaba).
Me vestí con la ropa que había usado la noche anterior y bajé hacia la cocina; encontré a mamá sentada en la mesa leyendo una revista de cocina.

- Hola mamá. - La saludé con un beso en la mejilla.

- Hola Andrew. - Dijo alegre pero sin apartar la mirada de la revista. - ¿Que desayunaras? - Agregó preguntado.

- Iré al Starbucks a desayunar. - Respondí.

- Ok. Cuidate. - Dijo con una sonrisa.

- Adiós mamá. - Me despedí.

Metí mi laptop en la mochila y salí rumbo al Starbucks. Mientras iba caminando saqué mi smartphone para ver mis mensajes (que rara vez llegaban) :

Bruce: Hola brother! Anoche fue un gusto poder tocar contigo, ojala se repita :)

Respondí:

Andrew: Si es verdad! Igualmente, ojala se repita :)

Seguí revisando y encontré un mensaje de Lucy:

Lucy: Andy, mi amor, las cosas que nos pasaron fueron mágicas, eso quiere decir que somos novios?  <3

Ese mensaje me había sorprendido, la respuesta era más que obvia: NO. Así que decidí no contestar para tener que evitar explicaciones.

Había llegado al Starbucks así que guardé mi smartphone sin responder al mensaje de Lucy.

Cuando entré decidí ir la caja para hacer mi pedido, había una fila que parecía inacabable. Cuando llegué pedí un capuccino solo. Fui a retirar mi pedido, agarré mi bandeja y me dirigí hacia una mesa para dos que estaba vacía (no había mesas para uno), cuando me dirigía hacia la mesa una chica pelirroja de ojos azules se cruzó en mi camino chocando contra mi y haciendo que se me caiga la bandeja de entres las manos.

- ¡Ay! Mil disculpas, venia revisando las fotos de mi cámara y no te vi pasar. - Se disculpó.
- ¡Te pagaré otro! - Exclamó.

- No te preocupes, yo pagaré el mío. - Dije con una sonrisa.

- Ok, pero al menos dejame acompañarte en tu desayuno para compensar lo que hice. - Dijo y asentí tímidamente con la cabeza.

Hicimos fila de nuevo para comprar pero esta vez juntos.
Luego nos dirigimos hacia la mesa en la que yo me iba a sentar antes del accidente. Nos sentamos y ella comenzó a hablar:

- Enserio mil disculpas por lo de hace rato. - Se disculpó y yo negué con la cabeza en señal de que no debía disculparse. - ¿Eres musico? - Preguntó.

- Si ¿como sabías? - Respondí y pregunté.

- Tengo un don. - Presumió sin intención alguna y reí tímidamente. - Por cierto, me llamo Emma, Emma Lakenfort. - Agregó alegremente.