*Sofía*
Me desperté en mi blanquísima habitación, inundada por toda la luz del sol que pasaba por mi ventana. Froté mis ojos y me levanté como un zombie hasta el baño de mi habitación. Lavé mi cara con agua helada y lavé mis dientes. Mierda, no hay cepillo para peinarme. Bueno, lo haré con mis dedos. Bajé hasta el salón y vi a mi hermano, super concentrado jugando a la play con un chico.
-Buenos dias! -dije mirándoles. Ellos me miraron con una sonrisa-
-Buenas hermana, mira él cheeto -señaló al chico barbudo de su izquierda, éste me sonrió-
-Encantao' hermana de Mahe
-Igualmente Cheeto, llámame Sofía -dije dedicándole una sonrisa-
-Mangel, voy a vestirme para comprar cosas para la habitación ¿vale?
-¿Te acompaño?
-Nah gracias, me gustará ir sola
-No quiero dejarte sola Sofía, acabas de llegar y...
-Mangel, de verdad, no me perderé
-Háblame por whatsapp para saber que estás bien ¿si?
-Vale -dije alargando las vocales. Subí de nuevo a mi habitación para coger la ropa que después de una ducha, iba a ponerme. Saqué la ropa del armario (foto) y me metí en la ducha. Abrí el grjfo sintiendo caer todo el agua por mis hombros, dejándome medio atontada. Me enjaboné mi cuerpo con la esponja azul (reservada para mí) y mi pelo con un champú de frutos rojos. Salí de la ducha, enrollándome en una toalla celeste y el pelo de igual forma. Mi móvil empezó a sonar, haciendo que diese un saltito del susto. En la pantalla ponía "Mamá". Oh dios, se me olvidó avisar que llegué. Deslicé mi dedo por la pantalla y cogí la llamada.
-Mamá! Antes de que me eches la bronca, lo siento por no avisar cuando llegué, estuve muy liada ordenando la ropa y caí rendida al poco rato
-Está bien, pero me diste un susto que no veas niña -suspiró- ¿Qué tal por Madrid? ¿Y tu hermano? ¿Coonociste a algún amigo suyo?
-Mamá, calma las preguntas -dije riendo- pues por Madrid genial, hace bastante calor en comparación de allí. Mi hermano genial, le veo sonreir como nunca y tiene un apartamento bastante apañado. Y sí, ayer conocí a su mejor amigo, se llama Rubén y hace un rato he conocido a Cheeto, otro de sus amigos, son bastante simpáticos todos no tienes de que preocuparte
-Que bien cariño, esperamos noticias tuyas ¿vale? Besitos de papá y míos!
-Os quiero!
-Espera no cuelgues! ¿Recuerdas nuestra promesa verdad?
-Si -suspiré- y yo te lo prometí, confía en mi
-Eso espero, disfruta cariño!
-Chao mamá! -Colgué y seguí vistiéndome. Me sequé el pelo con la toalla y para mi suerte si había cepillo. Pasé toda la ropa por mi cuerpo y salí del baño.
-Hermano, voy al super!
-Vale! -Respondió desde la planta de arriba. Seguro editando. Cogí las llaves de repuesto y fui en camino al super. Cogí un carrito y fuí echando "Pintura celeste y blanca. Brochas medianas"
Me acerqué donde había sábanas, cojines y almohadas. Cogí un par de cojines blancos y sábanas también blancas. Lo metí todo en el carrito y fui a la caja. Costó más barato de lo que creía. Metí todo en un par de bolsas y cogí un taxi hasta la casa de mi hermano. Llamé al timbre, pero me acordé de que llevaba llaves. Dejé todo en la habitación y revisé toda la casa. Mangel no está. Marqué su número y lo cogió a los 3 toques.
-Diga?
-Mangel! ¿Dónde estás?
-En casa de Rubius ¿por?
-Me voy a aburrir aquí sola -reí-
-Pues espera un momento -oí como le decía algo a su amigo y cogía el móvil de nuevo-
-Dice Rubius que te vengas si quieres
-Vale! ¿Dónde vive? -me dió su dirección-
-Okay, en 10 estoy allí -colgué. Agarré de nuevo las llaves y pillé un taxi que me llevase hasta la casa de Rubius-
