Narrador omiso
Emily se encontraba en su casa mientras Martina, su mejor amiga, intentaba convencerla para ir a comprar un vestido para el baile, pero Emily se sentía tan rota que no podía ni levantarse de la cama, hace unos días encontró en el tablero de anuncios del Instituto que se buscaba la dueña de un diario y calló en cuenta que era el suyo que perdió y busco con desesperación pero no encontró, descubrió que el idiota de Ethan lo tenía y seguramente estaba buscando a la autora de esas cartas para él para reirse en su cara, cosa que ella no permitiría que le hiciera de nuevo.
-Vamos Emi,bonita, vamos a ir a buscar el vestido perfecto para el baile, olvida al estúpido de Ethan, él no merece que pierdas tu tiempo pensando en él - dijo la rubia mientras tiraba del brazo de la castaña.
-De acuerdo iré y ya deja de tirar mi brazo que al final me lo descolocarás- dijo la castaña divertida, a lo que la rubia sonrió de oreja a oreja por la respuesta de su amiga.
-Esa es mi Em- dijo la rubia.[...]
Las chicas se encontraban en una tienda de disfraces, empezaron a tontear con ellos, mientras que se los ponía y desfilaban poniendo poses divertidas, poniéndose caretas y máscaras y ante el espejo ponían caras raras, pero no encontraron nada de su agrado para llevar al baile y por eso decidieron ir a la hermosa tienda de la madre de Martina, en aquella tienda podías encontrar los vestidos más bonitos de la ciudad.
Al llegar a la tienda las jóvenes le informaron a Clara, madre de Martina, lo que necesitaban para el baile, Clara emocionada fue en busca de vestidos para sus chicas.
-Venid,espero que os guste estos que he elegido para vosotras- dijo Clara esperanzada. Todos los vestidos eran largos y con vuelo, eran preciosos.
Empezó Martina probandose los vestidos que su madre eligió para ella, todos eran bonitos pero el que enamoró a la rubia fue el tercer vestido.
-Con este me quedo- dijo emocionada.
-Buena elección hija, te toca Emi - dijo Clara.
La castaña empezó a probarse todos los vestidos que Clara había elegido, todos eran preciosos pero aún no había encontrado ninguno que le llamara la atención. Rendida la castaña se sentó en la silla desesperada y triste por no encontrar el vestido idóneo para ella, se había probado todos los vestidos de la tienda pero ninguno estaba hecho para ella.
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La Chica Del Diario
Short StoryUna mañana Ethan encontró un diario, donde había "cartas" para él que nunca fueron entregadas, esas cartas le excitaron para buscar a la chica del diario, pero nunca llegó a imaginar lo que podía desatar eso.