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-Despierta Ziria –Le susurraba una voz con cariño, mientras le acariciaba el rostro-. Vamos pequeña...

¿Quién era el dueño de aquella voz? ¿Por qué estaba todo oscuro? ¡Dios, le dolía la cabeza un montón! ¿Por qué le pesaban tanto los parpados? Consiguió abrir un poco los ojos, hallando a Drake con mirada tierna a su lado... Qué guapo y dulce que era... ¡Un momento! Se alarmó, al no comprender que hacía tumbada con Drake acariciándole el rostro ¡No, no!

-No me toques -Le exigió cuando se despertó del todo-. Ya te dije que no me iba acostar contigo, aunque fueras el último hombre...

-¡OH, Ziria! –Soltó sorprendida Rini, por sus palabras mientras intentaba aguantarse la risa.

-¡Rini! ¿Qué haces aquí? ¿Qué ocurre? –Preguntó extrañada al ver tanta gente pendiente de ella.

-Ha sido Rini, quien te ha hallado desmayada en el pasillo -Habló Drake con mirada dulce-. Mañana llega el médico de la escuela. Así que Angus ha ido a buscar al del pueblo más cerca.

-¡Oh, pobre Angus! Para que le haces dar ese viaje al pobre hombre... -Lo encaró enfadada-. No sé que me ha ocurrido, pero ya me encuentro mejor. Solo un poco desorientada...

-¿No te encontraras en estado verdad? –Le inquirió Drake.

-Déjame pensar... -Soltó con sarcasmo-. La última vez intenté seducir al espíritu santo... Pero me dejó corriendo, al ver que era virgen -Soltó un tanto molesta.

-¡Ziria! –La riñó Rini.

-No te enfades –Rió él-. A mí me acabas de acusar hace unos instantes, de estar seduciéndote nuevamente para llevarte a la cama.

-Me estabas acariciando... -Señaló indiganda.

-El profesor Drake, estaba preocupado como todos nosotros -Lo defendió la otra mujer.

-Chaquetera... -susurró ella en voz baja, pero sin escapar a los oídos de él.

-Eres increíble –Le señaló risueño-. Al final, tendré que seducirte de verdad, para que tus acusaciones al menos sean ciertas.

-Pues ves y cómprame una careta, así intentaremos ser de tu tipo...

-¡Ziria! –La riñó nuevamente Rini-. Es obvio, que ya te encuentras mejor.

-Ten cuidado, no te tome la palabra chica... -Rió él, cuando ella le sacó la lengua por sus palabras.

-¿Puedo ir a mi habitación? Yo ya me encuentro bien –Pidió en una suplica.

-No tienes buena cara –Habló Rini-. Esperemos a que el doctor te observe.

-Bueno... Al menos me siento más tranquila al saber que no hago buena cara -Soltó un suspiro.- Así, sabré que no tengo ninguna posibilidad de que este se me abalance encima para seducirme.

-¡Oh, dios! ¡Pero quieres callarte ya! –Se rió Rini, sorprendida por las palabras de su compañera.

-¿Si quieres, te llevo a tu dormitorio en brazos? –Sugirió él con un guiño de ojo.

-Ni en pintura guapo... -Le respondió.

-Pues entonces, cállate y quédate tumbada a que venga el doctor –Ordenó serio.

Media hora después, el doctor hablaba con ellos después de inspeccionarla en solitario.

-Me gustaría que le hicieran unos análisis... -Pidió el doctor.

-¡A mí no me pincha nadie! –Renegó ella enfadada.

-¡Cállate! –Rini, alzó los ojos al cielo ante su comportamiento.

Magia En NottinghamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora