Parte sin título 8

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A las nueve de la noche, con mal humor se dirigía a lo que eran sus aposentos privados. Tenía más o menos una hora para cenar, antes de ir hacer la ronda de apagar las luces del ala de los dormitorios.

Estaba enfadada. A decir verdad, llevaba enfadada desde que Drake le dijera aquello ¿Quién se creía que era? Un hombre muy listo, desde luego... Aceptó de mala gana. Sabía más o menos, el por qué de su carácter hacia él. Pero lo llevaba muy difícil, si se creía que iba a caer en sus brazos. Era, lo único que le faltaba apuntarse a la agenda sobre tareas. Ya tenía suficiente con sus libros de magia y la energía, que iba por ahí suelta acosándola, como para sumar ahora que su jefe quisiera seducirla... Si todo hubiese sido diferente, quien sabría ¡Que tonterías decía! Si hubiese sido diferente, es decir, si supiese utilizar la magia estaba segura de que no estaría allí... Y quien sabe, si su perspectiva hacia los hombres también sería diferente.

Fue al acercarse a su puerta, que notó aquel delicioso olor a tarta de cerezas ¡Un momento, no era temporada de cerezas! Abrió la puerta con sus llaves y allí tenía la respuesta. Sus tías, estaban en lo que era su sofá leyendo sus anotaciones sobre conjuros y... La mesa puesta. Lo que le faltaba, se suponía que allí iba a tener tranquilidad ¡Y un cuerno!

-¡Hola cariño! –La saludó animada Amalie, mientras tejía un jersey al lado de Giselle.

-Hola tías -Las saludó, sin ocultar el tono amargo por el fastidio.

-UY, veo que no vienes con muy buen humor -Comentó Giselle, sin levantar la mirada de sus anotaciones-. Eso no te ocurriría, si te hubieses quedado en casa.

-Mejor me callo... -Le dio como respuesta ante su comentario.

-Muy bien, como quieras -Siguió leyendo en silencio.

-¿Te resulta interesante? –Le preguntó Ziria, yendo a ponerse delante de ella con los brazos en jarra.

-Sí, son datos muy interesantes ¿De dónde los conseguiste?

-De unos libros que hay en la biblioteca.

-¿De ésta biblioteca? –Preguntó extrañada.

-Sí, porque lo ves extraño.

-Por qué no son libros, para que estén en ésta biblioteca ¿Sabes lo importantes que son? Por no mencionar su valor...

-Lo sé... Pero no os podríais imaginar la de libros antiguos que hay en ella, dispuestos a los alumnos –Señaló Ziria.

-¿Sirvo ya la cena? –Interrumpió Amalie con voz dulce.

-Por mí si... -Respondió Giselle.

-Este es otro punto, del que hay que hablar... -Remarcó ella, yendo a sentarse junto sus tías a la mesa-. No podéis hacer esto... -Suspiró con cierto pesar por sus palabras.

-¿El qué? –Preguntó Amalie, mientras empezaba a servir la deliciosa sopa de fideos.

-El venir aquí sin avisar... Os pueden descubrir.

Pero ninguna le hizo caso a esa observación...

-¿Y todos son sobre historias? –Volvió a preguntar Giselle, interesada en los libros-. ¿Has visto alguno de conjuros?

-Aun no eh tenido tiempo de investigar tanto –Soltó un tanto exasperada.

-Me gustaría echarle un vistazo -Susurró Giselle.

-¡Ni hablar! –Dejó la cuchara en el plato con mala gana-. Os podrían descubrir.

-Sabes que eso es muy difícil –Rió su tía Giselle.

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⏰ Última actualización: Mar 07, 2016 ⏰

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