Un bonito jueves de verano.

Capítulo 4

Han pasado ya dos meses desde aquellas noches sin dormir y hacer el tour por Galicia con mi bro me han ayudado a liberar mi mente de todas las movidas, no he vuelto a saltarme las clases y todo transcurre con normalidad.

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Suena la alarma, vale, mentí al igual sigo llegando tarde a todas partes, diría que es genética pero eso a Jezú no le pasa, me levanto y ya sin desayunar, intento llegar a tiempo, la de informática me tiene en su lista negra ya.

Mierda, esa voz me suena. Ahora caigo, es ella otra vez, me estoy volviendo loco, no me está volviendo loco. Por si tuviera que escuchar su voz de fondo, ahora tengo que escuchar a mis compañeras de clase hablando de ella y de su estúpido partido de Hockey.

— Epa! Que estais viendo?

— Nada, esta chica que juega en mi equipo y tiene un canal de youtube, pero lo siento no es gemelier.

__ Ah por cierto recordad que hoy el partido es a las 17:00 recogerme ya en el polideportivo -comenta en alto

Paso no voy a picar, no voy a ir al verla. Por fin se acaba la mañana, otro día más, otro día habiendo llegado tarde. No puedo parar de oír a mi compañera decir que el partido era hoy a las cinco y no soy capaz de dejar de mirar el reloj, pero no, no pienso ir me la suda el partido y me la suda aún más ella.

15:00, 15:30, 16:00, 16:30... 17:00 tengo que ir, pillo las llaves y salgo de casa a correr, como no, tarde. Durante la carrera para llegar al polideportivo no paro de repetirme por qué, por qué y por qué si total paso de ella, paso de líos.

Cuando me quiero dar cuenta estoy allí delante con el aliento entrecortado y con ganas de encontrármela.