Mientras Thomas cruzaba el puente que lo llevaría a la oficina del coronel, la horrible preocupación de morir le deambulaba por la mente. No podía correr el menor riesgo; no solo por sí mismo sino tampoco por Chloe. ¿Y si el coronel estuviera allí y no desactivará las trampas, y luego fuera enviado a la cárcel? Era su única elección, optaría una y otra vez por proteger a las únicas personas que le quedaban en el mundo, sus hermanos.
Cuando se acercaba al final del puente, se fijó en un pequeño grupo que se había reunido cerca del punto de control. Unos cuantos guardias hablaban cerca a la única entrada por la que podía ingresar. De repente la alarma de la aldea sonó, anunciando que habían tropas enemigas acercándose; los guardias rápidamente ingresaron a resguardar la casa, al ver esto Thomas entró tras ellos sin ser visto, los guardias entraron al cuarto de armamento y él al del comandante.
Después de que Thomas desactivara las trampas escuchó una voz por el pasillo, su inmediata reacción lo llevó a esconderse bajo el escritorio.
Cuando la puerta se abrió despacio Thomas supo que había llegado la hora de asumir sus consecuencias.
—No puedo creer que de nuevo estén tratando de ingresar, sabiendo que todo se encuentra resguardado. —Dijo el coronel dirigiéndose a uno de sus guardias.
Thomas sintió unos pasos acercándose a él, se quedo mirando las botas y se preparó para que le atacara el terror, una ola de pánico lo inundó por completo.
Cuando el coronel estuvo a unos cuantos pasos de él, un fuerte grito dejó en silencio la habitación.
—¡Coronel, unos rebeldes intentan ingresar a la aldea, lo necesitamos urgente!—Dijo una fuerte voz.
En ese instante las puertas de la habitación se abrieron y Thomas escuchó como los pasos se alejaban de él.
Thomas respiró profundamente. Había llegado el momento de huir, pero antes debía desactivar las bombas. Observó unos cuantos botones en una de las mesas de la habitación, de inmediato identificó el de las bombas y se apresuró a apagarlo.
Al salir se dirigió al sótano donde se encontraba la cueva con los túneles, al haber ingresado en ella notó que el túnel era más estrecho de lo que imaginaba, percatándose así de que solo podía continuar su camino gateando; avanzó lentamente hasta sentir un fuerte tirón en su pie, sacándolo así inmediatamente del túnel.
Thomas inspiró profundamente y se levantó observando a un guardia a su costado apuntándole con un arma, el cual le miraba el rostro detenidamente a Thomas y éste aprovechó el descuido para arrebatarle el arma; hundió su codo en el vientre del guardia, sujetando su cuello y así apuntándole con la pistola a la sien.
Un plan aterrador empezó a cobrar forma en su mente, y se le encogió de miedo el corazón al comprender lo que tendría que hacer. Apuntó el arma al brazo del guardia, cerrando los ojos para evitar ver su sufrimiento.
Con el corazón en un puño, Thomas se forzó a respirar. Todo era cruel y retorcido, pero dentro de un momento todo ya habría terminado.
Entró lo más rápido posible al túnel dejando atrás el cuerpo sin vida; al llegar al final vio como una figura surgió de entre las sombras, una chica de pelo rojizo y ondulado lo esperaba del otro lado del túnel.
Cuando la reconoció, Thomas exhalo un suspiro de alivio.
Era su hermana, Chloe.
Ella se abalanzó hacia él dándole un fuerte abrazo.
—¡Te has demorado mucho! Pensé que te habían atrapado, incluso que habías muerto— dijo ella con tono alegre.
—No ha sido fácil llegar hasta acá, pero te lo contaré todo en el camino.
—Vale, todos están en dirección oeste. Vamos allá —echó a andar cuesta arriba y volvió a mirar a Thomas quien la seguía pero en su rostro podía notar cierta preocupación.
En el resto del camino Thomas le contó todo lo ocurrido exceptuando la muerte del guardia.
Chloe se detuvo al llegar a una zona donde el terreno volvía a ser llano.
—Por aquí —dijo, y señaló a la izquierda.
El resto del grupo se encontraba allí, al arribar varios integrantes del grupo se mostraron sonrientes a la llegada de Thomas.
—Realmente no pensé que volverías, Thomas. —dijo Logan con tono brusco.
—Yo hubiese pensado lo mismo sobre ti, pero la diferencia es que tú ya estarías muerto. — dijo Thomas con tono arrogante.
Un fuerte gritó sobresalto a todos.
—¡He visto a alguien junto a los arbustos! —grito asustado el más joven de todo el grupo, Jack.
Rápidamente Ian y Nick revisaron los arbustos pero no divisaron a nadie.
—Jack, ¿estás seguro que no fue la sombra de un árbol? —dijo Daniela.
—Solo vi algo moverse pero al acercarme ya había desaparecido. —respondió.
—¿Y dónde se supone que vamos a dormir? —preguntó Sara, mirando a su alrededor como si esperara que unas cuantas camas brotasen de la nada.
—Ian y yo trajimos cinco sacos de dormir, lo que quiere decir que dormirán por parejas. —dijo Dayana con tono autoritario.
Sara alzó la voz y dijo —yo dormiré sola— retorciendo su rostro por la ira.
—No Sara, dormirán de esta manera: Jack con Thomas, Chloe con Daniela, Megan con Sara, Nick con Logan y yo dormiré con mi hermano, y espero que todos estén de acuerdo y quien no, se puede ir. — respondió Dayana con tono irritado.
Todos guardaron silencio y se dispusieron a armar el campamento para pasar la noche.
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Niebla azul
Science FictionA mediados del siglo XXVII, la guerra entre países había destruido por completo cada nación del planeta, trayendo consigo la escasez. Entre los pocos sobrevivientes se fueron creando aldeas para combatir al mayor enemigo: los rebeldes. Diez jóvenes...