Capítulo 4.

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Dos horas después Amelia acababa al fin el trabajo. Lo envió via email junto con las instrucciones para la impresión. Aún se sorprendía de cuánto tiempo podía pasar frente a la computadora. Definitivamente tenía que amar su trabajo. Como no supo nada de Joe en todo el rato salió de la habitación de éste y lo buscó en la cocina, donde estaba hablando todavía con un tipo lo bastante grande con chaqueta. Suponía que era el de la aseguradora. Joe estaba con unos jeans ajustados y una camisa blanca observando unos papeles mientras el hombre, de unos cuarenta y tantos años le explicaba. Ella se dirigió entonces a la sala para no interrumpirlos.

Se acercó al ventanal que daba a gran parte de Central Park. La vista la hacía sonreír, aunque no tenía nada que envidiar a la vista que tenia la habitación de Joe de noche. Era un apartamento fantástico. Extrañaría ésa vista cuando tuviera el dinero suficiente para alquilar un piso propio. Minutos después escuchó la voz de Joe despidiendo al hombre en la puerta y luego acercarse a ella hasta llegar a su lado. Observó primero la vista que tenían al frente antes de fijarse en ella. Ella hizo lo mismo y le brindó una amplia sonrisa.

-¿Quieres pizza de almuerzo?

Amelia soltó una sonora carcajada y respondió.

-No se me ocurriría algo mejor que éso.

*****

Una hora después estaban en el suelo de la sala, sentados sobre una alfombra peluda color rojo mientras cada uno se llevaba un tercer pedazo de pizza con extra queso y bacon a la boca. Reían a cada momento mientras Joe le contaba una que otra aventura de su vida de artista. Ella se sorprendía de lo divertida que podía ser ésa vida de vez en cuando. Aunque no le llamaba la atención en lo absoluto el ser tan famosa. Ella sólo quería que sus vestidos hicieran resaltar a las celebridades.

-Entonces, dime... ¿Qué planeas hacer aquí en Nueva York?

Le preguntó el, más interesando en su respuesta. Sí, habían hablado de ello cuando se conocieron en el avión, pero había sido pura palabrería. Ésta vez la pregunta iba dirigida a las aspiraciones de la chica. Estaban entablando una amistad. Ella dejó la mitad del pedazo que tenía sobre un plato desechable antes de hablar.

-Bueno, ya había mencionado que conseguí un trabajo... El lunes comienzo de lleno, aunque ya me han pedido trabajos desde que salí de casa.- Se echó a reír ante el pensamiento. Se recordaba muy estresada antes de salir de casa para montarse en un avión.- Luego comenzaré unas clases nocturnas de diseño. Vieron mis trazos y mi portafolio como principiante, así que tengo una beca para poder estudiar. Aunque ahora se ha añadido encontrar un apartamento lo antes posible...

Hizo una pequeña mueca y miró hacia sus manos. El tema de la estafa la hacía sentir tan incómoda. No quería presentar cargos porque no conocía a la persona que la había estafado. La hacía sentir tan frágil y estúpida como en sus dias de escuela. Joe acercó su mano y levantó su mentón.

-Ya te dije... Te quedas aquí hasta que puedas conseguir un buen apartamento. Hasta te ayudaré a buscar, si quieres. Pero no te sientas mal por ésto. Me tienes a mi.

Y la sonrisa que le brindó ése chico la hizo volver a sonreír y a sentirse positiva. Nada podría romper ése pequeño ambiente de paz...

...nada, excepto el sonido chirriante del teléfono de Amelia. Joe se echó a reír cuando ella puso los ojos en blanco y tomó el aparato para contestarlo.

-Diga.

Dijo con desespero mientras se levantaba del suelo y caminaba hasta el ventanal para tener algo de privacidad.

-¡LÍA, PRINCESA MÍA!

Se alejó del auricular cuando escuchó el grito emocionado de su madre. Había olvidado el llamarla cuando llegó a Nueva York, seguro pensó que le había pasado algo a su hija.

La Chica De Joe JonasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora