Principios de Conducta. (Steo/Stheo) (Stiles x Theo)

2. Preparación

Los ojos de Theo se abrieron perezosamente por el canto de los pájaros en la mañana, la bestia se había calmado por lo que ya podía hablar con normalidad, podía salir de esa maldita habitación del pánico o más bien en su caso habitación de confinamiento. Aun recordaba la razón por la cual le habían enviado allí, su poco control con la bestia. No habían muchos casos en que un Alfa era controlado por la bestia que residía en su interior, usualmente la taza de este tipo de hombres lobos era del 1% y eran una decepción para su familia. Cuando el señor Raeken se había enterado de que su hijo era débil es que había decidido aislarlo, fue para su primer cambio, Theo escapo de su cuarto a sus nueve años y causo una masacre entre los empleados que trabajaban por la noche. Pronto le llegaron noticias sobre su padre un año después de estar alejado de su hogar, fuera de la ciudad en una mansión que mantenía la familia en el campo. Su padre había escuchado que había una forma en que los Alfas sin control podían recuperarse por lo que lo había impuesto a varias terapias, una tras otra sin darle resultado. Para Theo nada de aquello tenía sentido, no le importaba masacrar a todas las personas, ellos no valían el sufrimiento que le causaban con cada experimento que realizaban en él. Incluso habían usado electrochoques en su frágil cuerpo de 10 años, solo había odio en su corazón hasta que llego él, Stiles, había sido un regalo por su cumpleaños. Pero no se había dado cuenta de la razón de que Stiles estuviera allí hasta que este había cumplido los 12 años, incluso si aun no había tenido su primer celo el olor que trasmitía Stiles era totalmente de un omega. Lo conocía desde los cuatro años por lo que cuando lo había visto llegar simplemente no pensó en los motivos ocultos tras su aparición, solo sabía que este era su amigo y que después de estar durante un año en ausencia ambos habían estado bien con su reencuentro. Poco a poco, incluso si las pruebas eran dolorosas para Theo existió una razón para soportarlo, quería controlar a la bestia, por Stiles. Sus sentimientos comenzaron a crecer día a día por él, el adoraba al chico y mediante este crecía para el alfa se iba volviendo más y más hermoso, quería ocultar el motivo por el que Stiles estaba allí, jamás le comentó que era un plan a largo plazo de las terapias de su padre. Esa era la razón por la que Stiles había estado confinado durante tantos años junto a él. 

Suspiro mientras se levantaba, el recordar todo aquello solo aumentaba más la molestia de haber perdido el control la noche anterior. Necesitaba verlo de una vez por toda. Tomo un una camisa negra y unos vaqueros ajustados negros antes de dirigir su agotado cuerpo a la ducha, dejo que el agua limpiara el rastro de sudor y las sangre seca que había quedado en sus manos cuando sus garras apretaron contra su piel. ¿Por qué de todos a él? ¿Por qué tenía que pasar por todo aquello? la irá lo atormento una vez más mientras su puño aterrizaba con fuerza en las baldosas del cuarto de baño trizandolas por la fuerza del golpe.

-Simplemente no es justo... -murmuró para si mismo. 

apago el chorro de agua antes de alejarse y comenzar a secarse perdido en sus pensamientos, ¿Por qué sentía la necesidad de lastimarlo? ¿Se suponía que amaba a Stiles? ¿Entonces por qué necesitaba lastimarlo si sentía ese amor por él? simplemente odiaba toda su existencia. Tomo la ropa que había escogido, de alguna manera por que no tuvo mucha gana de tomar en cuenta su presencia personal y salió de aquella casa, sabía donde se encontraba el castaño a esas horas. Era una rutina para él, tal vez un modo que tenía Stiles de no aburrirse del todo en aquel lugar abandonado. 

Lo encontró senado en la mesa de la terraza con la mirada perdida, incluso en esas circunstancias Theo no podía dejar de pensar en lo hermoso que era Stiles. Esa tez pálida llena de lunares que salpicaban su piel de manera provocativa como si incitaran a Theo a unir cada punto formando pequeñas constelaciones, la nariz respingona, sus labios que parecían un delirio pero lo que más afanaba al hombre lobo eran esos ojos de cervatillos, ojos cargados de inocencia, inocencia que él deseaba para él. Quería que Stiles lo quisiera de la mima manera en que él lo amaba.