Dos

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Últimamente sentía ganas de matar a todo aquel que se acercara de más al Uchiha — Aunque la principal amenaza seguía siendo aquel engendro que no paraba de crecer, ya casi estaba de la altura de Obito — sin embargo, tal vez — y rogaba a dios que no fuera así — a Obito le interesaba alguien más — dejando de lado a Itachi y el mismo — y en serio rogaba que fueran meras alucinaciones suyas, dado que últimamente no paraba de ver
posibles adversarios por todas partes.

Pero, por mucho que lo quisiera negar, el conocía aquella mirada — el brillo, lo dulce que se tornaba —, pues era la misma que el mocoso — y el mismo — le dirigían a Obito; amor, puro y sincero.

Y era dirigida a alguien demasiado bueno para que Itachi, él o cualquier otro pudiera competir contra esa persona: Su sensei.

Tal vez — y rogaba a Dios, al Diablo o a quien estuviera escuchando, que fuera mentira —, muy probablemente, a Obito le gustase su antiguo profesor de la escuela media, tal vez le gustase Minato-sensei, y él no se sentía en la capacidad de ganar contra eso.

Ni él ni nadie.

Pues por la cara de dolor de estómago que se cargaba el engendro a su lado, definitivamente: aquello no eran especulaciones suyas.

Mine(KakaObi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora