03

1.1K 111 66
                                    

Saliste de las ruinas, para encontrarte en un lugar totalmente nevado. Es un poco sorprendente el cambio. De pasar de un ambiente cálido a uno frío fue un fuerte golpe. Flowey, por lo mismo, se acercó un poco a ti. Volteaste a tu alrededor, encontrándote con árboles casi completamente secos.

Caminaste por otro largo camino. Pasaste una rama bastante grande y pesada para llevarla. Pero solo diste unos pasos, y se escuchó la rama partirse en varios trozos con un fuerte golpe. Flowey te apresuró, bastante nervioso. Tu seguiste la advertencia, y avanzaste un poco más rápido. De pronto, escuchaste pasos. Nuevamente, aumentaste tu velocidad con pavor. Más adelante, había un puente con unas vigas de madera. Intentaste llegar a el, pero una energía extraña te detuvo. Flowey se aterro.

...: Humana...

Comenzaste a temblar de desesperación al no poder mover tu cuerpo.

...: ¿eres idiota o que? -dijo la voz, cambiando de un semblante serio a uno burlón- ¿no sabes como saludar a alguien mas? Déjate de pendejadas y voltéate a darme la jodida mano.

Tu, nuevamente sin reaccionar por tu cuenta, volteaste y extendiste tu mano derecha. Entonces, tu y Flowey chillaron al sentir una fuente corriente eléctrica.

...: ¡Ha! El viejo truco del botón eléctrico. Los idiotas como tu siempre caen en el.

Tu retrocediste asustada y adolorida. Mirabas al esqueleto con desaprobación.

...: Bueno, no seas tan llorona. Mi nombre es Sans, y como se nota que no eres ciega, notaras que soy un esqueleto.

Y así es. El chico era un esqueleto. Una de sus cavidades tenía un brillo rojo que aparentemente servia de pupila. Llevaba una chamarra negra con detalles rojos y unos pantaloncillos negros con una franja amarilla. Su sonrisa mostraba un colmillo de oro, y tenía unos tenis negros.

Sans: se supone que debería estar cazando humanos, pero no me da la gana hacer estupideces. En cambio, mi hermano Papyrus... Bueno, el tiene algún tipo de estúpida y rara obsesión con capturar humanos. No se ni de donde la saco. Nunca ah visto uno solo. De hecho... Si, creo que el que viene por allá es el -dijo el mayor observando a lo lejos-. Bien, adoro enojarlo, así que te joderé un rato mientras te ayudo a sobrevivir.

Tú solo atinaste a sonreír mientras el esqueleto te volteaba y empujaba por un corto recorrido, hasta un lugar donde había una caseta. Entonces, te dejo, y señaló.

Sans: Rápido, lenta. Tras esa lámpara de forma conveniente.

Tú, al ver algo acercándose a lo lejos, corriste hacia ahí. Entonces, una voz un poco más graciosa, mientras observabas con dificultad a un esqueleto alto.

...: ¡Sans! ¡Pedazo de mierda floja! ¡Te dije que arreglaras tus pendejadas a las que llamas puzzles! ¡¿No sabes hacer ni eso bien?!
Sans: Tsk, cálmate Papyrus Papaya, y no chingues, ándate a joder a Undyne
Papyrus: -En cuanto el mayor gruñó molesto, viste como Sans cayó asustado a la nieve-. Recuerda, hermanito mayor, que tienes uno de vida. Y aún puedo reventarte la cara, idiota.

Dicho esto, el más alto se fue. El esqueleto más bajo, se levanto, sacudiéndose, y volteo para donde tú.

Sans: agh, sal de ahí, niña. -Tú obedeciste-. Escucha, no hagas ninguna pendejada. Papyrus me reventara a este paso, así que dejaré que te vea y luego te llevaré a Waterfall para que te las arregles sola.

Tú no entendías nada de lo que dijo, pero asentiste. Entonces, el esqueleto se acercó a ti, te tomo de la muñeca, y te arrastro. Tú avanzaste sobre una serie de puzzles rotos, inservibles, o mal hechos, mientras los monstruos se alejaban de ti, gracias a la presencia de Sans. Flowey, quien había estado en el otro brazo para su suerte, se había pasado a tu cuello, sin ahorcarte, pues recibía más calor ahí gracias al cabello y el cuello del suéter. En un punto, un monstruo te separó de Sans, quien apenas se dio cuenta, volteo en un aterrador gruñido, y el monstruo retrocedió asustado, y huyó.
Por alguna razón, el hecho de que Sans te protegiera, te hacía sentir calmada, pero algo te decía que luego las cosas no serían tan buenas.
Después de un rato, Sans te soltó, y te dijo que ya casi llegaban. Tú sabías lo que eso significaba. Prepararse mentalmente para correr, por qué Papyrus no sé de detendría. O quizá si, pero eso tú no lo sabias. ¿O si? Si no lo sabias, entonces, ¿por qué sabias lo que significaba? Después de todo... Tú nunca habías vivido nada de eso, ¿o sí?

Sans: escucha humana, te dejaré aquí, y me adelantaré. No tienes nada que hacer más que avanzar hacia enfrente. Te encontrarás con Papyrus. Si las cosas se salen de control, te ayudaré, por qué aún no quiero ver muerta a un estorbo como tú. ¿Bien? Además, eh notado que no atacaste a nadie. -volteo hacia a ti- ¿sabes? Harás que todos se encariñen de ti a este paso. ¿Qué pasaría si nadie tuviese el valor de matarte?... Querida. -de sus ojos desapareció el brillo, y su sonrisa se hizo más tétrica-. Me harás tener un muy buen rato.

Y sin advertencia, Sans desapareció.
Tú suspiraste, nerviosa, y avanzaste. Flowey volteo a ti.

Flowey: ¿cómo puedes confiar e-en el? ¿Y si te t-traiciona?

Tú volteaste en su dirección, y le sonreíste, aunque no te detuviste. Luego negaste con la cabeza.

Flowey: ¿no? ¡¿No que?!

Tú resiste levemente, mientras aclarabas la garganta.

-el no me va a traicionar, Flowey.

La flor se quejó, por supuesto.

Flowey: ¡¿Ahora hablas?! ¡¿Cuál es tu nombre, niña?!

Tú reíste nuevamente de forma leve, y negaste, deteniéndote al tiempo que la voz de Papyrus resonaba.

Papyrus: ¡Muy bien, Sans! ¡Al fin haces algo útil pedazo de mierda floja!
Sans: -El esqueleto voltea a otro lado, sonriendo nervioso, y nuevamente sin el brillo en los ojos-.
Papyrus: ¡Escucha, humana! ¡Eres un estorbo para nuestro mundo, así que te mataré!

En ese momento, entraste en la pantalla de pelea.

Papyrus: ¡no me importa que seas, o como seas! ¡Yo, el gran PAPYRUS, te derrotaré, y me volveré rey del subsuelo!

Tú esquivaste unos cuantos ataques. Esto no era parte del plan, ¿no? Sans te dijo que te ayudaría a escapar. No te estaba traicionando, ¡pero tampoco hacía nada!
O eso creías.
Papyrus retrocedió sorprendido cuando Sans se acercó y le puso una mano en el antebrazo. Cuando ambos se vieron mutuamente, Sans negó, decepcionado.
Papyrus gruñó, y la pantalla de pelea desapareció.

Papyrus: ¡¿por qué no?!
Sans: Papyrus, tú quieres ser rey, ¿no?
Papyrus: ¡obvio!
Sans: para hacerlo, el rey actual tiene que desaparecer -luego te señalo- y este humano, o humana, puede ayudarte.

Un brillo rojo resonó en los ojos de Papyrus, quien sonrío maquiavélicamente.

Frente a ti aparecieron dos botones.

La forma conveniente de esa lámpara, aún te llena con determinación.
Tener a alguien que te apoye en este basto lugar, te llena de determinación.
No haber peleado con nadie, te llena de determinación.
Una oportunidad para hacerte amiga de alguien, te llena de determinación.

Guardar.                 Continuar.

Guardaste la partida, y volteaste con Papyrus, quien te miraba con decisión.

Papyrus: en ese caso... Vamos a ser amigos...

UnderFellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora