Prólogo

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-Por favor Anna, solo resiste un poco más.
-No Lía, dejalo y sal de aquí, salvate por lo más que quieras mujer.
-No, no te dejaré.
-Pero Lía, el edificio explotará en cualquier momento, solo sal ¡ya!

Todo pasó muy rápido, de un momento a otro solo pude ver oscuridad y escuchar un pitido muy fuerte.

-¡Líaaa!- Me levanté toda sudada y con la respiración a mil.

-¿¡Estás bien Lía!?- Me preguntó Thomas, mi padre.

- Sí, lo estoy. Solo fue una pesadilla- Le contesté limpiandome el sudor de la frente.

-Lo sé Lía, pero no es normal que tengas éstas pesadillas cada noche.

-Sí papá, lo sé pero no pasa nada, de verdad que estoy bien- Le sonrío - Ahora ve y acuestate que has llegado tarde del trabajo.

-Sí, Sí, bueno pues cualquier cosa que necesites no dudes en llamarme- Me dijo caminando hacia la puerta.

Últimamente no sé que me pasa. He tenido estos sueños o mejor dicho, pesadillas muy raras. Dejé de seguir pensando en eso y volví a cerrar los ojos para poder dormir.

-¡Doctor la estamos perdiendo!
-¡Conecta la maquina de oxígeno, estamos a mitad de operación y no podemos darnos el lujo de perderla!

-¿En dónde estoy? ¿Qué me pasó? ¿Quiénes son ustedes?
-Te llamas Lía Curie, tienes 20 años y nosotros te salvamos de un incendio hace 2 años.
-¡No! Yo soy Anna, Anna Lombrand. ¡Saquenme de aquí! ¿!Dónde están mis padres!? ¿¡Dónde está Raphael!?
-Señorita por favor calmece o de lo contrario se hará daño.
-¡No, quiero ver a Raphael!
-¡Doctor hay que sedarla, si no se hará daño!

-Tranquila Lía, todo saldrá bien....

-¡Noo!- Agh no, otra vez no, estoy cansada de todas esas pesadillas.

-¡Lía, Lía!, ¿estás bien?- Llegó mi padre muy preocupado.

-Sí papá, solo fue otra maldita pesadilla.

LíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora