Capítulo 1

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Nunca pensé que mi vida podría cambiar de una manera tan repentina. Que perdería todo por lo que había luchado todo una vida, pero así fue, no pude hacer nada. Ahora me encuentro sola, perdida en un laberinto sin salida. No que hice para merecer todo esto pero lo que es que lucharé por mi nueva vida si es necesario, no dejaré que me la arrebaten, no nuevamente. Volví en una doble vida, con el rostro de otra chica a la que le llaman por el nombre de Lía Curie.

:Antes del accidente:

Pov: Anna

Me levanté rápidamente ya que me había quedado dormida y tenía una cena pendiente con Raphael.

Rephael podría ser el sueño de cada chica. Es un hombre guapo, tiene buen cuerpo, es trabajador y es un millonario. ¿Lo ven?, es el sueño para la mayoría de la chicas. El dinero me importa una mierda. Hay veces en las que discutimos por que no me gusta que paguen por mí, al menos que sea comida, eso sí lo acepto con gusto.
Además yo también vengo de una familia adinerada aunque nunca eso me ha importado, siempre he sido independiente.

Me dirigí al guarda ropa y tomé un conjunto sencillo pero lindo. Consistía en un vestido corto color negro que me llegaba a tres dedos más arriba de la rodilla, unas plataformas de color rojo y accesorios del mismo color que los zapatos. Me vestí rápido ya que me había duchado minutos antes. Ya que mi pelo era largo me lo recogí en una cola de caballo, me maquille un poco y me puse labial rojo.

Bajé las escaleras de la casa con mucho cuidado de no tropezarme y caminé rápidamente hacia el chofer que me esperaba con la puerta trasera abierta. Le agradecí y me adentré en el auto.

(...)

-Perdón por la tardanza amor es que...- le estaba diciendo cuando me interrumpió.

-¿Te has quedado dormida otra vez?- me dijo mientras me miraba seriamente.- Anna te he dicho más de una vez que no tienes por que trabajar. Te he dicho que...- lo interrumpí.

- Y yo te he dicho que quiero independizarme Raphael. No quiero depender de mis padres- le tomé las manos que estaban sobre la mesa y entrelacé nuestros dedos- Te amo Raphael, de verdad que lo hago pero por favor entiende.

- Yo te amo más Anna y te entiendo cariño, sabes que sí. No te molestaré más con este tema- se levantó y camino hacia mí- Estás hermosa amor- puso sus manos en mi cintura y me besó.

-Gracias- bajé la mirada en el momento en que sentía un calor abrazando mis mejillas y apoderándose de ellas.

-Me encanta cuando te sonrojas- me dijo mientras me daba besos en mis mejillas todas rojas.

-Raphael- susurré mientras le daba un pequeño empujón, el comenzó a reír y me besó como solo él lo sabe hacer.

Pov: Lía

-¡Y con ustedes la bella Lí!

En cuanto el presentador terminó de decir aquella frase solo se escuchaban los gritos y silbidos de los hombres por todo el lugar. Lí el nombre que he elegido para ser conocida en este ambiente.

Me paseo altiva por la tarima con gruesa capa de maquillaje y con actitud desafiante. Me incomodo un poco por la escasez de ropa, pero lo ignoro y comienzo a caminar hasta el tubo de baile y me dejo llevar. Siento como solo escucho la música, olvido el olor a cigarro y las luces estroboscópicas para concentrarme en los pasos del baile. Me olvido del asqueroso lugar en el que estoy, de los viejos rabo verde y de los problemas económicos por un rato. Me dejo llevar hasta que la música se termina.

Me aparto del tubo y todos aplauden, silban y gritan. Me alejo lo más sensual que puedo y me adentro a mi camerino,¡al fin paz!

-¡Esta noche estuvistes genial Lía!- me gritó Eliza, mejor amiga y compañera de trabajo. Eli es mesera ya que dejó la universidad cuando su madre enfermó, hace un año.

-Gracias Eli- le dije con media sonrisa ya que estaba muy cansada- ¿Algo nuevo?- le pregunté.

-¡Sí! A que no adivinas- me dijo con una sonrisa que llagaba hasta China.

-No -le dije cambiándome de ropa.

-¡Nathan Leduc estuvo aquí!- gritó

-¿Y eso a mí qué?- le contesté mientras me quitaba el maquillaje. Por Dios, parecía una maldita payasa.

-¿Eres tonta o te haces? Estuvo aquí solo para ver a la bailarina de la que todos hablan.- la miré sin expresión alguna en mi rostro.- ¿Por qué me miras hací? ¿Acaso no te das cuenta de que estamos hablando de uno de los hombres más prestigiados en todo Nueva York?

-¿Y tú acaso no te das cuenta que el dinero de los demás no me interesa?-le dije saliendo del camerino.- Además debe ser todo un egocéntrico e imbécil como los demás- le iba a decir otra de las características de los adinerados cuando siento como choco con algo o mejor dicho alguien, levanto la mirada y me quedo embobada con el hombre más sexy que mis ojos han visto en mi jodida existencia.

-Puede que sea un imbécil, pero no soy uno cualquiera- me dijo con esa sonrisa típica de mirame, sé que estoy muy comestible y con eso lo jodió todo.

-Tienes razón no eres uno cualquiera, si no que el más imbécil de todos.- me miró indignado y le sonreí, intenté irme pero me tomó por la cintura.

Lo miré desafiante y le sonreí para luego morder mi labio coquetamente o eso intento. Me acerqué un poco más a él y le pregunté inocentemente- ¿Me ayudas a buscar algo?

Él sonrió con la misma estúpida sonrisa y apretó más su agarre en mi cintura.

-¿Sí, en qué te ayudo muñeca?

-¡A buscar donde deje mi mente cuando permití que me tocaras!Atrevido!- le grité y lo empujé. Pasé por su lado y ni siquiera me fijé en Eli, solo quería llegar a casa en cuanto antes.

LíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora