Twins Death

3

Marie

Estábamos en clase de postura, aquí todas debemos de comportarnos por lo que somos, "señoritas", nos tienen separadas de los hombres ya que este es un orfanato religioso, desear a otro es el pecado de la lujuria y se condena con el infierno, según Layla todo es mentira de la directora si de verdad existiera un Dios no estaríamos aquí.

- Layla dime como se debe de comportar una verdadera dama?

Pregunto la señora Dinks, es la madre superiora así que siempre anda vestida de negro, usa gafas que ocultan unos ojos negros y tristes, sus cabellos blancos resaltan tanto de su piel morena...

- Claro madre, yo le muestro con gusto.

Dijo Layla levantandose lentamente de su silla con una sonrisa traviesa, esa sonrisa es cuando alguien gritara.

- Miren, una verdadera dama es la que se sacrifica para que otros puedan vivir muy bien.

Sacó una navaja de su calceta y la a punto hacia la madre, ella comenzó a reír y a jugar con el artefacto, parecía una demente, últimamente esta muy extraña caso no me cuenta nada, desde que le dije que John me gustaba siente que la traicione, pero no se que más quiere si hago lo que ella me pide, hasta me dejo tocar por ella...

- Deje de jugar señorita!, se ira a la dirección!

Todas nos quedamos calladas, no entiendo por que le temen a Layla ella no es mala solo esta pasando por una face muy rara, cuando se dio la vuelta para salir del salón de clases todas dieron un grito cuando vieron su falda llena de sangre, ella volteó a verme, tuve una extraña sensación en el estómago y cuando me levanté para ir detrás de ella me di cuenta que también yo tenía mi falda cubierta de sangre.
...

- Es tu maldita culpa Marie!
- Yo no hice que sagraras!

Layla y yo discutíamos mientras estábamos en la dirección, ella cree que yo tengo la culpa de que se convirtiera en mujer.

- Si tan sólo no te hubieras fijado en el!

Agache la cabeza y comencé a llorar, odio ser tan débil, odio que me haga sentir una basura, pero aún así es mi hermana y siempre estaré con ella...

- Sabes lo que significa?, ahora nos crecerán los senos, se nos ensancharan las caderas y todos los hombres nos desearan para procrear vida!

Lo que decía era cierto, nuestro deseo desde niñas siempre fue ser estéril así nadie se aprovecharía de nosotras.

- Pero yo no tengo la culpa!
- Da igual.

Sacó algo de su bolsillo y me lo dio en la mano... era un ojo... un ojo humano.

- Dijiste que no lo volverias hacer!
- Juraste que sólo seríamos tu y yo, maldita traidora!

Me lo metió a la boca y la tapó.

- Ahora tragalo!, si no lo haces te mataré mientras duermas!

Comencé a masticarlo, al principio fue desagradable, pero al final me Di cuenta que tenía un sabor exquisito, su consistencia gelatinosa y su sabor saldo hacían que mi paladar pidiera más por ese suculento sabor...