Capítulo 11: Datos Tiroteados

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*-*Narra Pablo*-*

Despierto lentamente, abriendo los ojos pesadamente. Se me hace difícil despejar mi mente, me siento como si me hubieran derretido el cerebro. Es algo muy raro en mí.

Consigo abrir los ojos, no completamente, y miro a mi alrededor. Todo lo que el cuello me permite, ya que me duele la parte de la nuca. ¿Qué ha pasado? ¿Estoy en un hospital?

De pronto todos los recuerdos me vienen a la mente y no puedo reprimir un grito de dolor interno. Por mi corazón. Kyle... en coma y yo aquí como si nada, despierto. Tengo que hacer algo.

De pronto un médico entra en la habitación y corre hacia mi cuerpo aturdido. Esto me jode, no siento nada. Hasta el momento en el que muevo los dedos y se va expandiendo esa sensación. Al final puedo levantarme, después de un minuto claro.

Me levanto con la mente destrozada por el recuerdo de las malas noticias. ¿Podré aguantar sin sus besos? ¿Sin su cuerpo pegado a mí, entre mis brazos? Necesito que despierte ya, ¡PERO YA!

Me levanto y intento ir hacia la puerta. Pero el médico me para con una mano en mi pecho y su cuerpo obstaculizando la puerta. Me intenta dirigir una mirada fulminante, lo que pasa es que no me afecta. Podría dirigirle yo una peor.

-¡No puedes salir a por él! -de seguro que se refiere a Kyle.

-¿Qué me ha pasado? -pregunto con la voz rota.

-Te he tenido que sedar. Estabas fuera de control al ver a Kyle. Necesitaba hacerlo, sino a saber lo que habría pasado.

-No habría hecho nada malo. Solo quería cogerle de la mano, hacerle sentir que estoy a su lado.

-Todo eso no vale si no está despierto -dice y creo que tiene razón, si no está despierto, ¿qué me garantiza que me sentirá?

-¿Puedo verle, por favor? -le pido educadamente.

-Por supuesto. Es hora de visitas así que puedes verle -intento caminar, pero me vuelve a parar-. Como hagas algo estúpido -saca de un bolsillo una jeringilla que de seguro está lleno de tranquilizante-, te volveré a sedar. ¿Te ha quedado claro?

-Como el agua.

-Te estaré vigilando -se aparta de la puerta y me deja salir.

El pasillo blanco me rompe la vista. Bastante luminoso y creo que no he pasado más de diez horas dormido. Menos mal, porque no quiero quedarme aquí si no estoy con Kyle.

Giramos esquinas, pasamos varios pasillos largos y espaciosos, donde no paro de ver a médicos, enfermeras y demás. Esto me está matando, el blanco no me empieza a gustar, lo empiezo a odiar.

Aguanto hasta que por fin llegamos a la puerta de la habitación de Kyle. ¡Solo quiero entrar y ver que Kyle está despierto! ¡Universo, cumple mi deseo! Abro la puerta y me encuentro con Kyle en la camilla y vigilado por Elena. Entro y la miro con agradecimiento en la mirada. Se levanta y me da un abrazo de apoyo.

Sabe que esto me está matando por dentro. Y aún más, siendo yo el novio de este chico maravilloso. Solo quiero empezar a amarle día a día. Pero ya veis, está en coma.

Me acerco a Kyle y le cojo de la mano para, que por lo menos, sienta mi amor y mi fuerza. ¡No lo aguanto!

-Kyle, recuerda que estoy deseando que te despiertes. Estaré a tu lado. Puede que no físicamente, pero sí con un pedazo de mi alma contigo -me acerco, mientras le toco las manos con la yema de mis dedos-. Quiero que te despiertes, me beses y nos vayamos a casa para estar juntos. Dormir juntos, ver una película en mi portátil juntos, reírnos juntos... Todo lo que quiero hacer tiene que ser contigo. ¿Por qué no puedes despertar?

¿Un Amor Real? 2 (Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora